miércoles, 26 de febrero de 2014

Nicholas Carr (II)
SUPERFICIALES. ¿QUÉ ESTÁ HACIENDO INTERNET CON NUESTRAS MENTES?
Madrid, 2011, Taurus.


“Los motores de búsqueda a menudo llaman nuestra atención sobre un fragmento concreto de texto, algunas palabras o frases que revisten interés para lo que quiera que estemos buscando en un momento dado, y desincentivan cualquier consideración de la obra en su conjunto. Cuando hacemos búsquedas en Internet, no vemos el bosque. Ni siquiera vemos los árboles. Vemos ramitas, hojas; y a medida que empresas como Google y Microsoft perfeccionan motores de búsqueda para vídeo y audio, más productos se ven sometidos a la fragmentación que ya caracteriza las obras escritas.” (p. 115)

“Nos gusta sentirnos conectados, y odiamos sentirnos desconectados. Internet no cambia nuestros hábitos intelectuales en contra de nuestra voluntad. Pero cambiarlos, los cambia." (p. 116)

“Una vez que nuestras mentes se han adaptado a este puzle que es el contenido web, las empresas mediáticas han tenido que adaptarse a las nuevas expectativas de su público. Muchos productores están acortando sus contenidos para adaptarse a la capacidad de atención más corta que caracteriza a los consumidores en línea, así como para mejorar su clasificación en los motores de búsqueda.” (p. 119)

“Cuando el ámbito social prima sobre el literario, el escritor se ve abocado a descartar la virtud y la experimentación en aras de un estilo inocuo pero inmediatamente accesible. La escritura se convertirá en una forma de registrar banales chácharas.” (p. 134)

“Sus argumentos son otra importante señal del cambio fundamental operado en la actitud de la sociedad ante el logro intelectual. También facilitan la justificación de este cambio a los ojos de la gente, que se convence a sí misma de que navegar por la Red es un sustituto válido, incluso mejor, de la lectura y otras formas de pensamiento calmado y atento. Al proponer que los libros son arcaicos, prescindibles, Federman y Shirky, proporcionan la coartada intelectual que permite a personas sesudas deslizarse cómodamente al estado de distracción permanente que define la vida online.” (p. 140)
[Mark Federman es investigador de temas educativos en la Universidad de Toronto; Clay Shirky es profesor de la Universidad de Nueva York y experto en Internet y redes sociales. La cursiva pertenece a la cita.]

“Lo que no hacemos cuando estamos conectados a Internet también entraña consecuencias neurológicas. Así como las neuronas cuyas sinapsis están unidas permanecen unidas, aquellas cuyas sinapsis no lo están, no. Mientras el tiempo que pasamos buceando en la Red supere de largo el que pasamos leyendo libros, en tanto que el tiempo dedicado a intercambiar mensajes medibles en bits exceda grandemente al tiempo que dedicamos a la meditación y la contemplación en calma, los circuitos que sostenían los antiguos propósitos y funciones intelectuales se debilitan hasta desmoronarse. El cerebro recicla las neuronas en desuso y dedica sus sinapsis a otras tareas, más urgentes, que se le encomiendan. Adquirimos nuevas habilidades y perspectivas en detrimento de las viejas.” (p. 149)
[La cursiva pertenece a la cita.]

“Lo que estamos experimentando es, en sentido metafórico, lo opuesto a la trayectoria que seguimos a principios de la civilización: estamos evolucionando de ser cultivadores de conocimiento personal a cazadores recolectores en un bosque de datos electrónicos.” (p. 170)

“En 2009 investigadores de la Universidad de Stanford encontraron indicios de que este cambio puede estar ya en marcha. Le dieron una batería de test cognitivos a un grupo de usuarios habituales de la multitarea, así como a otro grupo de usuarios multitarea comparativamente esporádicos. Encontraron que los usuarios multitarea habituales se dejaban distraer mucho más fácilmente por «estímulos irrelevantes del entorno», tenían un control significativamente menor sobre el contenido de su memoria de trabajo y, en general, eran mucho menos capaces de mantener su concentración en una tarea concreta. (…) Los usuarios multitarea intensiva son «pasto de la irrelevancia», comentó Clifford Nass, catedrático de Stanford que dirigió la investigación. «Cualquier cosa los distrae».” (p. 174)
[Se entiende por multitarea la realización de varias tareas online simultáneamente. Ejemplo: consultar un periódico digital y al instante interrumpir la lectura del mismo por un enlace remarcado en el texto, reanudarla, volver a interrumpirla para consultar un email entrante, tomar de nuevo la lectura y volver a interrumpirla para consultar un anuncio publicitario emergente en la pantalla de dicho periódico; todo ello cambiando en otra pantalla una melodía de fondo por otra.]

“La afluencia de mensajes en mutua competencia que recibimos cuando entramos en Internet no sólo sobrecarga nuestra muestra de trabajo, sino que hace mucho más difícil que nuestros lóbulos frontales concentren nuestra atención en una sola cosa. El proceso de consolidación de la memoria no puede ni siquiera empezar. Y gracias una vez más a la plasticidad de nuestras vías neuronales, cuanto más usemos la Web, más entrenamos nuestro cerebro para distraerse, para procesar la información muy rápidamente y de manera muy eficiente, pero sin atención sostenida. Esto ayuda a explicar por qué a muchos de nosotros nos resulta difícil concentrarnos incluso cuando estamos lejos de nuestros ordenadores. Nuestro cerebro se ha convertido en un experto en olvido, un inepto para el recuerdo.” (pp. 235-236)

“Un polemista podría decirlo de manera más enfática: cuanto más inteligente sea el ordenador, más tonto será el usuario.” (p. 259)
Pablo Dopico
EL CÓMIC UNDERGROUND ESPAÑOL, 1970-1980
Madrid, 2005, Cátedra.


“Fiel a su espíritu revolucionario, el movimiento underground atacó los tabúes burgueses de la obscenidad, el sexo, la pornografía, la promiscuidad y la homosexualidad, tanto en el campo cultural y social como en la vida cotidiana, vaciándolos del hipócrita contenido de la sociedad burguesa, donde la reprobación moral y religiosa coexistían con su explotación comercial. Sus creaciones se transformaron en hirientes espejos que reflejaban situaciones reales que otros pretendían ocultar.” (p. 12)

“Las editoriales oficiales editaron los cómix que antes les habían escandalizado, aunque reduciendo su carga de drogas, sexo y violencia. La música rock era aceptada y explotada comercialmente. Las formas de vestir que antes eran consideradas como ridículas y provocadoras se convertían en la base de un próspero negocio textil. Y los restos y despojos que todavía escandalizaban a la sociedad tradicional se retiraron de la circulación. Una muestra evidente de esta asimilación es la transformación del mítico eslogan del movimiento punk, «Fuck the fashion», en «Fashion fucks the punk», tras haber puesto de moda un estilo que en sus orígenes intentaba romper con todas las normas impuestas. En la actualidad, prestigiosas firmas de moda venden prendas inspiradas en la imagen punk, pero a precios desorbitados. Los pantalones ya no están rotos por el desgaste ni el maltrato recibido, sino que se venden con un aspecto envejecido. Las tachuelas e imperdibles se han transformado en cadenas de oro y titanio, y los mensajes contra el sistema de las camisetas han dejado su lugar a las siglas de las firmas de moda.” (p. 400)
Nicholas Carr (I)
SUPERFICIALES. ¿QUÉ ESTÁ HACIENDO INTERNET CON NUESTRAS MENTES?
Madrid, 2011, Taurus.



“En algún momento de 2007, un mar de dudas se deslizó por mi infoparaíso. Empecé a ver que la Red estaba ejerciendo una influencia mucho mayor sobre mí que la que había tenido mi viejo ordenador de mesa. No era sólo que estuviera empleando tantísimo tiempo en mirar una pantalla de ordenador. No era sólo que muchos de mis hábitos y rutinas estaban transformándose mientras me acomodaba cada vez más a, y hacía dependiente de, las páginas y servicios de la Red. El modo mismo en que mi cerebro funcionaba parecía estar cambiando. Fue entonces cuando empecé a preocuparme sobre mi incapacidad para prestar atención a una sola cosa durante más de dos minutos. Al principio pensé que el problema era un síntoma de degradación mental propia de la madurez. Pero mi cerebro, comprendí, no estaba sólo disperso. Estaba hambriento. Exigía ser alimentado de la manera en que lo alimentaba la Red, y cuanto más comía, más hambre tenía. Incluso cuando estaba alejado de mi ordenador, sentía ansias de mirar mi correo, hacer clic en vínculos, googlear. Quería estar conectado. Al igual que Microsoft Word me había convertido en un procesador de textos de carne y hueso, Internet, me daba cuenta, estaba convirtiéndome en algo parecido a una máquina de procesamiento de datos de alta velocidad, un HAL humano.
   Echaba de menos mi viejo cerebro." (p. 29)
[La palabra HAL (Heuristically Programmed Algorithmic) hace referencia a “HAL 9000”, el nombre de la supercomputadora que aparece en la película “2001: una odisea del espacio”. Las cursivas pertenecen al texto.]

“La ética intelectual de una tecnología rara vez es reconocida por sus inventores. Por lo general están tan concentrados en resolver un problema particular o desenredar algunos espinosos dilemas científicos o de ingeniería, que no ven las consecuencias más amplias de su trabajo. Los usuarios de la tecnología también son generalmente ajenos a su ética. También ellos están más centrados en los beneficios prácticos que adquieren al emplear la herramienta. Nuestros antepasados no desarrollaron o utilizaron los mapas con el fin de aumentar su capacidad de pensamiento conceptual o de sacar a la luz las estructuras ocultas del mundo. Tampoco fabricaron relojes mecánicos para estimular la adopción de un modo más científico de pensar. Ésos fueron subproductos de sus tecnologías. Pero ¡menudos subproductos! En última instancia, la ética intelectual de una invención es lo que surte el efecto más profundo sobre nosotros. La ética intelectual es el mensaje que transmite una herramienta o medio a las mentes y la cultura de sus usuarios.” (p. 63)

“Leer un libro significaba practicar un proceso antinatural de pensamiento que exigía atención sostenida, ininterrumpida, a un solo objeto estático. Exigía que los lectores se situaran en lo que el T. S. Eliot de los Cuatro cuartetos llamaba «punto de quietud en un mundo que gira». Tuvieron que entrenar su cerebro para que hiciese caso omiso de todo cuanto sucedía a su alrededor, resistir la tentación de permitir que su enfoque pasara de una sensación sensorial a otra. Tuvieron que forjar o reforzar los enlaces neuronales necesarios para contrarrestar su distracción instintiva, aplicando un mayor «control de arriba abajo» sobre su atención.” (p. 85)

“En los tranquilos espacios abiertos por la lectura prolongada, sin distracciones, de un libro, la gente hace sus propias asociaciones, saca sus propias inferencias y analogías, desarrolla sus propias ideas. Piensa profundamente porque lee profundamente.” (p. 85)

viernes, 21 de febrero de 2014

John Irving
LA NOVIA IMAGINARIA
Madrid, 1997, Tusquets.


“Este relato es autobiográfico, pero os pido por favor que comprendáis que, para cualquier escritor dotado de una buena imaginación, todos los relatos autobiográficos son falsos. La memoria de un narrador es una proveedora de detalles especialmente imperfecta. Un detalle imaginado es siempre mejor que uno recordado. El detalle correcto pocas veces es con exactitud lo sucedido; el detalle más verdadero es lo que podría o debería haber sucedido. La mitad de mi vida es un acto de revisión, y más de la mitad de ese acto se lleva a cabo con pequeños cambios. Ser escritor es un arduo maridaje entre una observación minuciosa y la imaginación, no menos minuciosa, de las realidades que no has tenido ocasión de ver. El resto es el necesario, estricto y asiduo trabajo con el lenguaje, lo cual significa para mí escribir las frases una y otra vez hasta que parezcan tan espontáneas como una buena conversación.” (p. 13)

“En la época en que Eric Ross y yo llegamos a Viena, hacía mucho tiempo que el antisemitismo se practicaba de un modo más severo que la «sonrisa ambigua», había degenerado en vil matonismo y era imposible «no tenerlo en cuenta». Aunque no era insólito ver «cabezas rapadas» con pendientes en forma de cruz gamada, no te topabas con frecuencia con ellos. Lo que sí menudeaba era la imagen de los tímidos ciudadanos que desviaban la vista de los cabezas rapadas, fingiendo que no los veían. En nuestra condición de norteamericanos jóvenes e idealistas, lo único que Eric y yo podíamos hacer era sostener un espejo ante esa inexplicable tolerancia de la intolerancia. Más de treinta años después, todavía es un tema de conversación frecuente entre Eric y yo: no la simple intolerancia sino la tolerancia de la intolerancia es lo que posibilita la persistencia de la intolerancia.” (pp. 68-69)

“Para el lector moderno, con demasiada frecuencia, cuando un escritor corre el riesgo de ser sentimental ya es culpable. Pero es una cobardía por parte del escritor temer tanto el sentimentalismo que lo evita por completo.” (pp. 265-266)
Antón Chéjov
EXTRAÑA CONFESIÓN
Madrid, 2013, Reino de Cordelia.


“La mañana era encantadora. Diríase que la felicidad, deteniéndose sobre la tierra, se reflejaba en las gotas de rocío y atraía el alma de cuantos pasaban. Una límpida luz inundaba el bosque, que parecía escuchar el rumor de mis pasos y el gorjeo de los pájaros. Éstos, al acercarme, manifestaban tan sólo desconfianza. El aire estaba perfumado del aroma primaveral que exhalaba el verdor y que mis pulmones abiertos aspiraban ávidamente. Mis ojos entusiasmados lo recorrían todo; por doquier reinaba la primavera y la juventud, y me parecía que tanto los tiernos abedules, como las hierbas del camino y los saltamontes que zumbaban en el aire, sentían lo mismo que yo.” (p. 99)
Gilbert Durand
LA CRISIS ESPIRITUAL EN OCCIDENTE
LAS CONFERENCIAS DE ERANOS

Madrid, 2011, Siruela.



“La mayor ventaja de la sociedad de la comunicación es que la información circula muy deprisa y se difunde con facilidad; su mayor inconveniente es que la abundancia de mensajes es inversamente proporcional a la atención que se le presta, de modo que en la misma papelera coinciden ideas geniales y bazofia intelectual. Este perverso mecanismo lleva bastante tiempo minando y desvitalizando el pensamiento occidental.” (p. 9)
[La cita pertenece a Alain Verjat, prologuista de la obra.]

“el evolucionismo, y con mayor razón los historicismos, son mitos producidos por el hombre y no mitos que producen el hombre” (p. 128)

“El sociólogo, después del psicólogo, sólo puede constatar que toda acción humana queda desviada desde el momento que deja de estudiar y de utilizar los fundamentos de la naturaleza humana, de lo que constituye las estructuras profundas, irreductibles y plurales del sapiens.” (p. 260)
[La cursiva pertenece a la cita.]

“Toda ciencia humana empieza con una paradoja.” (p. 312)
Jorge Luis Borges
EL LIBRO DE LOS SERES IMAGINARIOS
Barcelona, 1980, Bruguera.


 

“LOS BROWNIES
Son hombrecitos serviciales de color pardo, del cual han tomado su nombre. Suelen visitar las granjas de Escocia y durante el sueño de la familia, colaboran en las tareas domésticas. Uno de los cuentos de Grimm refiere un hecho análogo.
El ilustre escritor Robert Louis Stevenson afirmó que había adiestrado a sus Brownies en el oficio literario. Cuando soñaba, éstos le sugerían temas fantásticos; por ejemplo, la extraña transformación del doctor Jekill en el diabólico señor Hyde, y aquel episodio de Olalla en el cual un joven, de una antigua casa española, muerde la mano de su hermana.” (p. 48)

“HOCHIGAN
Descartes refiere que los monos podrían hablar si quisieran, pero que han resuelto guardar silencio, para que no los obliguen a trabajar. Los bosquimanos de África del Sur creen que hubo un tiempo en que todos los animales podían hablar. Hochigan aborrecía los animales; un día desapareció, y se llevó consigo ese don.” (p. 120)

sábado, 15 de febrero de 2014


Juan Carlos Onetti
EL ASTILLERO
Madrid, 1970, Salvat-Alianza Editorial.



“Larsen se sentó en un banco, sobre el borde de la plaza circular de verdes oscuros y húmedos, pavimentada con gastados ladrillos envueltos en musgo, rodeada por casas viejas de frente color rosa y crema, enrejados y herméticos, con manchas que se hacen intensas a cada amenaza de lluvia. Miró la estatua y su leyenda asombrosamente lacónica, BRAUSEN—FUNDADOR, chorreada de verdín. Mientras fumaba un cigarrillo al sol pensó distraídamente que en todas las ciudades, en todas las casas, en él mismo, existía una zona de sosiego y penumbra, un sumidero, donde se refugiaban para tratar de sobrevivir los sucesos que la vida iba imponiendo. Una zona de exclusión y ceguera, de insectos tardos y chatos, de emplazamientos a largo plazo, de desquites sorprendentes y nunca bien comprendidos, nunca oportunos.” (p. 143)

Andreu Martín
APRENDE Y CALLA
Madrid, 1979, SEDMAY ediciones.



“Vivo en un mundo en el que siempre hay que cumplir con las amenazas. Uno sólo puede caminar tranquilo, desenvolverse con soltura en este mundo, cuando sabe que de él se desprende un cierto halo de respeto que le protege y que le consigue favores de los demás. Sin ese halo, en mi mundo de putas, puteros y puteados, uno sólo sirve para decir: «Sí, señor» y para ofrecer la otra mejilla. La gente de este mundo está siempre a punto para saltar agresivamente, para enseñar los dientes, sacar pecho y cerrar los puños a la primera provocación. Porque, tío, si descubren que tienes miedo, o que estás indefenso, o si te pescan en un farol, vete despidiendo del Barrio, tío. Por eso estaba yo allí aquella noche.” (p. 73)
Óscar Soto Guzmán
ALLENDE EN EL RECUERDO
Madrid, 2013, Sílex.


 

“Salvador Allende era un político sencillo y humano, gustaba de la vida familiar con sus hijas, intentaba practicar deportes, en especial la natación, tenían un profundo respeto por las personas cualquiera que fuera su origen y posición económico-social. Por su franqueza, era fácil entenderse con él. Con respecto a su carácter yo creo que convivían en su manera de ser dos variables complementarias. Atractivo, simpático, atento, lograba la conquista fácil de sus interlocutores/as. Por otra parte era rígido, terco, con algo de prepotencia y extrema seriedad cuando trataba asuntos políticos o económicos con sus colaboradores. (…) Siempre era consecuente, lo que él dijera o prometiera tenía que cumplirlo. Muchas veces además de médicos, éramos portadores de alguna libreta donde nos indicaba que apuntáramos aquellas peticiones legítimas que había que considerar y satisfacer que se le planteaban en sus visitas.” (p. 85)
 
“Intentar crear artificialmente un Allende guerrillero con cuello blanco y corbata es falso. Por eso pienso que Fidel Castro y García Márquez están equivocados. No se requiere el uniforme verde-olivo para pensar y ser un revolucionario. Allende y su Unidad Popular intentaron cambiar la sociedad chilena, revolucionariamente, con métodos democráticos y electorales.” (p. 184)  
[Óscar Soto fue médico personal de Salvador Allende hasta su fallecimiento en 1973.]

sábado, 1 de febrero de 2014

Kjell Adskilsen
UN VASTO Y DESIERTO PAISAJE
Madrid, 2001, Lengua de Trapo.

 

“Llevaba un rato junto a la ventana abierta mirando la acera. Estaba vacía, era domingo, a primera hora de la tarde, y también él se sentía vacío por dentro, como si lo desierto de la acera hubiese penetrado en él, y cuando su mujer, desde el sillón al fondo de la habitación, le preguntó algo que sólo requería un sí o un no por respuesta, él no contestó. No contestó, él mismo era una acera completamente vacía.” (p. 31)
[La cita pertenece al relato La colisión.]
 

“Seguí llorando durante mucho tiempo después de haber salido de la biblioteca, y me pareció que el mundo estaba en contra mía. Pero luego hice un esfuerzo por recapacitar. Bueno, bueno, Paulus, me dije a mí mismo, todo esto te ha pasado antes, no tiene importancia. En cualquier caso, la vida pronto llegará a su fin, y entonces no importará que hayas sido solitario, feo e infeliz.” (p. 44)

“Me sentí tan animado que abrí una ventana para contemplar el espacio. Por supuesto, no vi nada, hace mucho que no se ve un cielo estrellado sobre esta ciudad, pero no importaba, yo sabía que existía el infinito y que todo lo irracional perecerá en él.” (p. 51)
[Ambas citas pertenecen al relato El estimulante entierro de Johannes.]
 

“Tal vez fuera esa la razón, la suave lluvia y el silencio, lo cierto es que ocurrió lo que ocurre de vez en cuando: se te viene encima un gran vacío, es como si la misma falta de sentido de la existencia se te metiera dentro y se extendiera como un inmenso y desnudo paisaje.” (p. 81)
[La cita pertenece al relato El comodín.]
Santiago Ramón y Cajal (IV)
REGLAS Y CONSEJOS SOBRE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
LOS TÓNICOS DE LA VOLUNTAD

Madrid, 2007, Espasa Calpe.


 
“Hoy nos preocupamos de la autonomía universitaria. Está bien. Mas si cada profesor no mejora su aptitud técnica y su disciplina mental, si los centros docentes carecen del heroísmo necesario para resistir las opresoras garras del caciquismo y favoritismo extra e intrauniversitario, si cada maestro considera a sus hijos intelectuales como insuperables arquetipos del talento y de la idoneidad, la flamante autonomía rendirá, poco más o menos, los mismos frutos que el régimen actual. ¿De qué servirá emancipar a los profesores de la tutela del Estado, si éstos no tratan antes de emanciparse de sí mismos, es decir, de sobreponerse a sus miserias éticas y culturales? El problema central de nuestra Universidad no es la independencia, sino la transformación radical y definitiva de la aptitud y del ideario de la comunidad docente.” (p. 161; nota a pie de página)

“Además, en cada período nuestros hombres de ciencia fueron escasos, y los genios, como las cumbres más elevadas, surgen solamente en las cordilleras. Para producir un Galileo o un Newton es preciso una legión de investigadores estimables.” (p. 163)

“La causa culminante de nuestro retardo cultural no es otra que el enquistamiento espiritual de la Península. A la manera de un tumor, el talento hispano desarrollóse, viciosa y monolateralmente, nutriéndose de la pobre savia nacional. La frase «Santiago, cierra España», citada por Bunge (que le da un sentido erróneo, sin duda por imperfecto conocimiento del castellano), no fue sólo el grito de combate de nuestros guerreros, sino la divisa de nuestros sabios. Cerramos las fronteras para que no se infiltrase el espíritu de Europa, y Europa se vengó alzando sobre los Pirineos una barrera moral mucho más alta: la muralla del desprecio. Desde fines del siglo XVII, nuestros sabios, nuestros filósofos, nuestros literatos, dejaron casi enteramente de ser leídos y citados. 
  Como consecuencia de esta segregación intelectual, no prendió apenas en España la semilla del Renacimiento, según nota oportunamente Federico de Onís. Los inyectores de la savia nueva, tales como Lebrija, el Brocense, Pedro Ciruelo y otros, fueron perseguidos. Y no digamos nada de Servet y del Dr. F. Sánchez, el precursor del cartesianismo y del agnosticismo moderno, porque ambos tuvieron que expatriarse para escribir. El terror a lo nuevo, a lo extranjero, obsesionaba a nuestros claustros profesorales, más inquisidores que la Inquisición misma, que recelaban no sólo de las Ciencias Naturales, sino hasta de las inofensivas Filología, Gramática e Historia. Y semejante estado de espíritu perduró muchos años, según revelan los escritos de Villarroel y los más modernos de Feijoo, Campomanes y Jovellanos.” (pp. 182-183)
[Las cursivas pertenecen al texto.]
 

“Hemos vivido, pues, durante siglos, recluidos en nuestra concha, dando vueltas a la noria del aristotelismo y del escolasticismo, y desinteresados y desdeñosos (con excepción de pocos paréntesis) del poderoso movimiento crítico y revisionista que impulsó en Europa a las ciencias y las artes.” (p. 185)
Ramiro Calle
LOS MEJORES CUENTOS ESPIRITUALES DE ORIENTE Y OCCIDENTE
Madrid, 2010, Kailas.



“Lentamente el sol se había ido ocultando y la noche cubría la tierra con su manto negro. Por la inmensa planicie se deslizaba un tren como si fuera una descomunal serpiente quejumbrosa. Varios hombres compartían un departamento y, como quedaban muchas horas para llegar al destino, decidieron apagar la luz y ponerse a dormir. El tren proseguía su marcha. Transcurrieron unos minutos y los viajeros comenzaban a conciliar el sueño. Llevaban ya un buen número de horas de viaje y estaban muy cansados. De repente, empezó a escucharse una voz que decía:
-¡Ay, qué sed tengo! ¡Ay, qué sed tengo!
Así, una y otra vez, insistente y monótonamente. Era uno de los viajeros que no cejaba de quejarse de su sed, impidiendo con ello dormir al resto de sus compañeros de viaje. Ya resultaba tan molesta y repetitiva su queja, que uno de los viajeros se levantó, salió del departamento, fue al lavabo y le trajo un vaso de agua. El hombre sediento bebió con avidez el agua y sació su sed. Se apagó la luz y todos se dispusieron de nuevo a conciliar el sueño. Transcurrieron unos minutos. Y, de repente, la misma voz de unos minutos antes comenzó a exclamar:
-¡Ay, qué sed tenía, pero qué sed tenía!” (p. 73)

“hay un abismo entre lo pensado y lo hecho, lo deseado y lo realizado. No nos podemos mover sólo por creencias, sino por experiencias. La palabra no es la cosa; la descripción no es el hecho y de ahí que al azúcar le dé igual que le llamemos azúcar o sal, porque sigue siendo dulce. El pensamiento ocupa un lugar en nuestras vidas, pero no es toda la vida. La vida es tan polivalente que no puede ser atrapada por los pensamientos, pero si todo lo reducimos al concepto, corremos el riesgo de disecar o asesinar a la vida.” (pp. 383-384)
Paul Auster
INFORME DEL INTERIOR
Barcelona, 2013, Anagrama.


 
“Ningún país podía compararse con el paraíso en el que vivías, te decían tus maestros, porque aquella era tierra de la libertad, de la oportunidad, y cualquier muchachito podía soñar con llegar a ser presidente. Los valerosos Peregrinos habían cruzado el océano para fundar una nación en un páramo salvaje, y las hordas de colonos que los siguieron habían extendido el Edén americano por todo el continente, del Atlántico al Pacífico, de Canadá a México, porque los norteamericanos eran industriosos e inteligentes, el pueblo más ingenioso de la tierra, y cualquier niño podía soñar con llegar a ser un hombre próspero y rico. (…) Norteamérica era perfecta. (…) Cada día traía más progreso, y por extraordinario que hubiera sido el pasado norteamericano, el futuro guardaba aún más promesas. Nunca olvidéis lo afortunados que sois. Ser norteamericano es participar en la empresa más grandiosa desde la creación de la humanidad.” (pp. 58-59)