Yasmina Khadra
LA SAL DE TODOS LOS OLVIDOS (I)
Madrid, 2021, Alianza Editorial.
“-¿Adónde piensa ir?
-Allá donde no me vea obligado a sonreír cuando no tenga ganas de hacerlo, o a saludar todas las mañanas a gente a la que no soporto o también a fiarme de quien no se merece mi confianza.
-Allá donde no me vea obligado a sonreír cuando no tenga ganas de hacerlo, o a saludar todas las mañanas a gente a la que no soporto o también a fiarme de quien no se merece mi confianza.
El director se echó el fez hacia atrás para secarse la cabeza con un pañuelo.
-Esos lugares no existe, Sy Naït-Gacem. Vivir en sociedad consiste en asumir el reto de las relaciones mutuas, con todos los demás, los honrados y los canallas. En sociedad, nadie puede cumplir con moralidad sin violentarse. Hay ermitaños que creen que, aislándose, podrán comportarse con mayor serenidad. Pero se engañan a sí mismos. La moral solo puede ejercerse entre los demás. Rehuirlos es renegar de las propias responsabilidades.
-No reniego de mis responsabilidades, renuncio a ellas.” (pp. 23-24)