John Stuart Mill
SOBRE LA LIBERTAD
Madrid, 1970, Alianza Editorial.
"En la época presente --que ha sido descrita como <<desprovista de fe, pero aterrorizada por el escepticismo>>--, en la que los hombres se sienten seguros, no tanto de la verdad de sus opiniones como de que no sabrían qué hacer sin ellas, la exigencia de una opinión de ser protegida contra los ataques públicos se apoya, más que en su verdad, en su importancia social." (p. 83)
"La fatal tendencia de la humanidad a dejar de pensar en una cosa en cuanto deja de ser dudosa, es causa de la mitad de sus errores. Un autor contemporáneo ha hablado con razón del <<profundo sueño de una razón categórica>>." (p. 111)
"La humanidad se hace rápidamente incapaz de concebir la diversidad cuando durante algún tiempo ha perdido la costumbre de verla." (p. 151)
"Es innecesario insistir aquí sobre el poder casi despótico de los maridos sobre sus mujeres, porque lo único que se necesita para la remoción completa de este mal es que las mujeres tengan los mismos derechos y reciban igual protección de la ley que las demás personas." (p. 193)
"El valor de un Estado, a la larga, es el valor de los individuos que lo componen; y un Estado que pospone los intereses de la expansión y elevación mental de sus individuos, a un poco más de perfección administrativa o a la apariencia que de ella da la práctica en los detalles de los asuntos; un Estado que empequeñece a sus hombres, a fin de que puedan ser más dóciles instrumentos en sus manos, aun cuando sea para fines beneficiosos, hallará que con hombres pequeños ninguna cosa grande puede ser realizada; y que la perfección del mecanismo, a la cual todo lo ha sacrificado, terminará por no servirle para nada por falta del poder vital que, en aras de un más fácil funcionamiento de la máquina, ha preferido proscribir." (pp. 206-207)