domingo, 27 de octubre de 2013

Armando Rigobello
EL PORQUÉ DE LA FILOSOFÍA
Madrid, 200, Caparrós Editores.


“Del asombro –como queda dicho- nació la filosofía; este asombro, después de milenios de especulación, se sigue hoy produciendo. El objeto del que nos asombramos cambia –su identidad va ligada al progreso, a las diversas condiciones de vida, a los campos de una investigación cada vez más específica y refinada-; pero no está en el objeto la causa principal de la admiración, sino que está en el hombre que se interroga, en la tensión que se genera entre sus preguntas fundamentales y los varios contextos técnicos o prácticos en que él ha de pensar y actuar. El asombro se produce en el hombre; la naturaleza de los griegos o las complicaciones epistemológicas o existenciales de los modernos son solamente las ocasiones, la materia, la situación histórica del problema.” (p. 52)
[La noción de “asombro” o “admiración” (thaumazein) ante la realidad ya fue planteada por Aristóteles en su Metafísica.]

“Para que se dé interpretación ha de haber un contexto, objeto por interpretar, que no sea precisamente claro y distinto, sino más bien rico en cifras, enigmas, símbolos y ambigüedades, y es necesario un intérprete que pueda relacionarse con esos signos mediante un conjunto de criterios, valoraciones y categorías capaces de dar un sentido unitario (que tienda a delinear un horizonte de sentido, una visión del mundo); es necesario, en fin, que el intérprete se implique existencialmente en el contexto de signos por interpretar, que él mismo sea puesto en cuestión por la exigencia que manifiesta y por la pregunta que hace. La conexión entre el hombre simbólico y el hombre hermenéutico se completa así por la identificación de este último como el homo viator.” (p. 98)
[El concepto de Homo viator (hombre viajero) es un tópico filosófico y literario de origen bíblico relativo a la naturaleza humana y a su permanente peregrinar físico y espiritual en busca de sentido.]

jueves, 24 de octubre de 2013

Montero Glez
MANTECA COLORÁ
Madrid, 2005, Taller de Mario Muchnik.

 

“Por si no lo he dicho antes, estamos hablando de Conil de la Frontera, un pueblo marinero situado en la región más antigua y más ofendida de occidente: la costa gaditana. El pueblo no es muy grande y, visto de lejos, se asemeja a un brochazo blanco sobre la playa que llaman de los Bateles. Sin embargo, a la noche, recién encendidas las casas, guarda cierto parecido con un belén navideño de los tiempos de Augusto, no haciendo falta que sea época de villancicos para que el milagro acontezca. Ocurre en todas las épocas del año, incluso en las de verano, con sus noches de brisa agradable y sardinita a la plancha, siendo en tan candente estación cuando el Nacimiento puede verse al completo. No faltan ni las luces de mentiras ni las estrellas de purpurina, ni tampoco los camellos ni sus tabernas brillando a lo lejos.” (pp. 22-23)

“El coronel Peralta tenía todo el aspecto de un sapo al que hubiesen inflado más de la cuenta y por el culo. Si le mirabas de perfil, su panza era igual a la de los botijos. Y si le contemplabas del revés, sus nalgas tenían la misma consistencia de los cuartos traseros de un cochino al que, en lugar de maíz o bellota, hubiesen cebado con trapos.” (p. 81)

“Otro elemento bueno era el Moquillo. El apodo le venía porque cuando saludaba lo hacía con un apretón de mano. Esto último no tendría nada en especial si no fuera porque en la palma siempre llevaba un moco crudo. El citado individuo era, además de guarreras, un tipo sin ningún escrúpulo a la hora de llevarse por delante a quien fuese. Capaz de meterle fuego a un orfanato sólo por darse lumbre, el Moquillo trabajaba como soplón de la policía desde que cumplió edad penal y era de un servilismo viscoso en su trato con la Guardia Siví.” (p. 107)

domingo, 20 de octubre de 2013

Mo Yan
GRANDES PECHOS AMPLIAS CADERAS
Madrid, 2013, Kailas.


“Allí donde hay vida, la muerte es inevitable. Morir es fácil; lo difícil es vivir. Y cuanto más difícil se vuelve, más fuerte es la voluntad de seguir viviendo. Y cuanto mayor es el miedo a la muerte, mayor es el esfuerzo que se hace por conservar la vida.” (pp. 599-600)

“Los gritos de los niños de la escuela primaria sonaron muy cercanos: «¡Ataquemos, ataquemos, ataquemos a todos los enemigos de clase! ¡Llevemos a cabo la Gran Revolución Cultural Proletaria!». Sus roncos lemas iban en todas direcciones, por las calles y los senderos. Unos dibujos infantiles y unos lemas mal escritos pero intensos adornaban todas las paredes del barrio. Los habían pintado con tizas de colores.” (p. 702)
Calvin, W. H.
APARICIÓN DE LA INTELIGENCIA
En revista "Investigación y Ciencia".
Diciembre, 1994. Número, 219; pp. 78-85.


“Algo muy afín a la sintaxis verbal parece contribuir, asimismo, a la capacidad de hacer planes, otra propiedad de la inteligencia humana. (...) Nuestra capacidad de hacer planes se desarrolla gradualmente a partir de los cuentos de la infancia y constituye un importante fundamento para las decisiones éticas; al imaginarnos el curso de una acción imaginamos sus efectos sobre los demás y decidimos si actuar o no. Tomando las estructuras mentales de la sintaxis para enjuiciar otras combinaciones de posibles acciones, podemos ampliar nuestra capacidad de hacer planes y nuestra inteligencia.” (p. 81)
Berger, P. y Luckmann, Th.
LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD
Madrid, 1986, Amorrortu-Murguía.



“El hombre está biológicamente predestinado a construir y a habitar un mundo con otros. Ese mundo se convierte para él en la realidad dominante y definitiva. Sus límites los traza la naturaleza, pero una vez construido, ese mundo vuelve a actuar sobre la naturaleza. En la dialéctica entre la naturaleza y el mundo socialmente construido, el propio organismo humano se transforma. En esa misma dialéctica, el hombre produce la realidad y por tanto se produce a sí mismo.” (p. 227)