George Orwell
EL LEÓN Y EL UNICORNIO Y OTROS ENSAYOS
Barcelona, 2010, Random House Mondadori.
“La conexión mental que hay entre pesimismo y planteamientos reaccionarios es sin duda evidente. Tal vez no lo sea tanto por qué los principales escritores de los años veinte son predominantemente pesimistas. ¿Por qué aparece siempre esa sensación de decadencia, las calaveras y los cactus, el anhelo de la fe perdida y las civilizaciones imposibles? ¿No era, a fin de cuentas, porque todas esas personas escribían en una época en la que reinaba una comodidad excepcional? Es en tales ocasiones cuando florece la «desesperación cósmica». Quien tiene el estómago vacío nunca desespera del universo; ni siquiera piensa en el universo.” (p. 80)
[Las cursivas son del original.]
“Las buenas novelas no las escriben los que andan buscando la ortodoxia, ni quienes andan concienciados al máximo de su propia heterodoxia. Las buenas novelas las escriben los que no tienen miedo.” (p. 92)
[Ambas citas pertenecen al opúsculo En el vientre de la ballena.]
"Según escribo estas líneas, seres humanos sumamente civilizados me sobrevuelan intentando matarme.
No sienten ninguna enemistad personal hacia mí, ni yo hacia ellos. Sólo «cumplen con su deber», según se suele decir. La mayoría, no me cabe duda, son hombres de corazón amable, respetuosos con las leyes, que nunca soñarían con cometer un asesinato en su vida privada. Por otra parte, si uno consigue hacerme pedazos gracias a una bomba bien lanzada, no dormirá peor. Está al servicio de su país, y su país tiene plenos poderes para absolverle de todo mal." (p. 113)
[Orwell se refiere a los bombardeos de Londres por parte de la aviación alemana entre 1940 y 1941. La cita pertenece al ensayo El león y el unicornio: el socialismo y el genio de Inglaterra.]
Ciertos códigos de la ley y de la moral, o los propios sistemas religiosos, nunca dejan demasiado espacio para una visión humorística de la vida. Todo lo que tenga gracia es subversivo, todos los chistes son a la sazón un pastel de nata que se puede lanzar a la cara de alguien, y la razón por la cual son tantos los chistes que giran en torno a la obscenidad es sencillamente que todas las sociedades, como precio por su pervivencia, han de insistir en un elevado criterio de moralidad sexual. Un chiste verde no es un ataque serio contra la moralidad, por supuesto, pero sí es una suerte de rebelión mental, un momentáneo deseo de que las cosas fueran de otro modo.” (p. 187)
[La cita pertenece al artículo El arte de Donald McGill.]
EL LEÓN Y EL UNICORNIO Y OTROS ENSAYOS
Barcelona, 2010, Random House Mondadori.
“La conexión mental que hay entre pesimismo y planteamientos reaccionarios es sin duda evidente. Tal vez no lo sea tanto por qué los principales escritores de los años veinte son predominantemente pesimistas. ¿Por qué aparece siempre esa sensación de decadencia, las calaveras y los cactus, el anhelo de la fe perdida y las civilizaciones imposibles? ¿No era, a fin de cuentas, porque todas esas personas escribían en una época en la que reinaba una comodidad excepcional? Es en tales ocasiones cuando florece la «desesperación cósmica». Quien tiene el estómago vacío nunca desespera del universo; ni siquiera piensa en el universo.” (p. 80)
[Las cursivas son del original.]
“Las buenas novelas no las escriben los que andan buscando la ortodoxia, ni quienes andan concienciados al máximo de su propia heterodoxia. Las buenas novelas las escriben los que no tienen miedo.” (p. 92)
[Ambas citas pertenecen al opúsculo En el vientre de la ballena.]
"Según escribo estas líneas, seres humanos sumamente civilizados me sobrevuelan intentando matarme.
No sienten ninguna enemistad personal hacia mí, ni yo hacia ellos. Sólo «cumplen con su deber», según se suele decir. La mayoría, no me cabe duda, son hombres de corazón amable, respetuosos con las leyes, que nunca soñarían con cometer un asesinato en su vida privada. Por otra parte, si uno consigue hacerme pedazos gracias a una bomba bien lanzada, no dormirá peor. Está al servicio de su país, y su país tiene plenos poderes para absolverle de todo mal." (p. 113)
[Orwell se refiere a los bombardeos de Londres por parte de la aviación alemana entre 1940 y 1941. La cita pertenece al ensayo El león y el unicornio: el socialismo y el genio de Inglaterra.]
Ciertos códigos de la ley y de la moral, o los propios sistemas religiosos, nunca dejan demasiado espacio para una visión humorística de la vida. Todo lo que tenga gracia es subversivo, todos los chistes son a la sazón un pastel de nata que se puede lanzar a la cara de alguien, y la razón por la cual son tantos los chistes que giran en torno a la obscenidad es sencillamente que todas las sociedades, como precio por su pervivencia, han de insistir en un elevado criterio de moralidad sexual. Un chiste verde no es un ataque serio contra la moralidad, por supuesto, pero sí es una suerte de rebelión mental, un momentáneo deseo de que las cosas fueran de otro modo.” (p. 187)
[La cita pertenece al artículo El arte de Donald McGill.]