viernes, 30 de agosto de 2013

George Orwell
EL LEÓN Y EL UNICORNIO Y OTROS ENSAYOS
Barcelona, 2010, Random House Mondadori.


“La conexión mental que hay entre pesimismo y planteamientos reaccionarios es sin duda evidente. Tal vez no lo sea tanto por qué los principales escritores de los años veinte son predominantemente pesimistas. ¿Por qué aparece siempre esa sensación de decadencia, las calaveras y los cactus, el anhelo de la fe perdida y las civilizaciones imposibles? ¿No era, a fin de cuentas, porque todas esas personas escribían en una época en la que reinaba una comodidad excepcional? Es en tales ocasiones cuando florece la «desesperación cósmica». Quien tiene el estómago vacío nunca desespera del universo; ni siquiera piensa en el universo.” (p. 80)
[Las cursivas son del original.]

“Las buenas novelas no las escriben los que andan buscando la ortodoxia, ni quienes andan concienciados al máximo de su propia heterodoxia. Las buenas novelas las escriben los que no tienen miedo.” (p. 92)
[Ambas citas pertenecen al opúsculo En el vientre de la ballena.]

"Según escribo estas líneas, seres humanos sumamente civilizados me sobrevuelan intentando matarme.
  No sienten ninguna enemistad personal hacia mí, ni yo hacia ellos. Sólo «cumplen con su deber», según se suele decir. La mayoría, no me cabe duda, son hombres de corazón amable, respetuosos con las leyes, que nunca soñarían con cometer un asesinato en su vida privada. Por otra parte, si uno consigue hacerme pedazos gracias a una bomba bien lanzada, no dormirá peor. Está al servicio de su país, y su país tiene plenos poderes para absolverle de todo mal." (p. 113)
[Orwell se refiere a los bombardeos de Londres por parte de la aviación alemana entre 1940 y 1941. La cita pertenece al ensayo El león y el unicornio: el socialismo y el genio de Inglaterra.]

Ciertos códigos de la ley y de la moral, o los propios sistemas religiosos, nunca dejan demasiado espacio para una visión humorística de la vida. Todo lo que tenga gracia es subversivo, todos los chistes son a la sazón un pastel de nata que se puede lanzar a la cara de alguien, y la razón por la cual son tantos los chistes que giran en torno a la obscenidad es sencillamente que todas las sociedades, como precio por su pervivencia, han de insistir en un elevado criterio de moralidad sexual. Un chiste verde no es un ataque serio contra la moralidad, por supuesto, pero sí es una suerte de rebelión mental, un momentáneo deseo de que las cosas fueran de otro modo.” (p. 187)
[La cita pertenece al artículo El arte de Donald McGill.]

domingo, 18 de agosto de 2013

Medardo Fraile
ESCRITURA Y VERDAD. CUENTOS COMPLETOS
Madrid, 2004, Páginas de Espuma. 



"El escritor, al terminar su trabajo, se va a la calle a vivir, como las gentes que pasan, como ustedes. El escritor «en pose» es un señorón empeñado en dar clase a los demás en vez de recibirla, y se entera, por tanto, de pocas cosas. Va desapareciendo. Pero tal vez la vida, siendo esencial, no basta. Es un cuento seco. Hay una desazón en el hombre que puede ser, simplemente, la búsqueda, siempre fallida y renovada en la vida, del cuento lejano que nos contó la abuela. Volvemos la cabeza con ilusión, aupamos el alma hasta los labios, nos paramos en los escaparates, registramos por dentro a las personas, para acabar preguntando: Abuela, ¿dónde está aquel cuento que nos contaste? Porque no lo vemos, aunque lo sintamos.” (p. 91)
[La cita pertenece al texto titulado NOTA DESDE DICIEMBRE, que hace de breve introducción a la colección de relatos A LA LUZ CAMBIAN LAS COSAS.]

“Nunca me ha sabido mejor un café que el de aquel bar donde nos metimos, en el que, todavía ajenos el uno al otro, nos contamos a medias mentiras y verdades de otro tiempo. Ahora charlamos por teléfono muchas noches y nos reímos charlando con la libertad sabia que dan los años. Creo que ella y yo empezamos a no acordarnos de aquellos con los que desfogamos la mentira amorosa, también llamada amor, en la que los sexos al fin se separan o acaban equiparándose a una oficina de sábado más o menos gozosa, según el día. Vamos de vez en cuando a algún concierto, al cine, a una exposición, al teatro, a merendar juntos y, después, como los novios de antes, cada mochuelo a su olivo. Y, como los novios de antes, nos hemos besado, la he cogido de la cintura, de su brazo bendito, sus ojos y los míos alegres, mirándose. Estoy lelo de felicidad. Ya no me siento viejo. Creo que empiezo a ser un príncipe, ni heredero, ni consorte.” (pp. 480-481)
[La cita pertenece al relato DOCTOR ZHIVAGO.]


“El accidente ocurrió cuando el conductor del coche, que iba solo, se distrajo observando el vuelo maestro de una gaviota. Apenas le dio tiempo a pensar «es como un poema». Su alma se liberó por los cristales rotos y fue elevándose vertical, en ángulo recto con el horizonte. La gaviota intentó hacer lo mismo pero no pudo y fue rodeándola en espiral hasta que la perdió en lo alto. Cuando se oyeron las sirenas de la ambulancia y de la policía, ni el cielo azul ni el aire parecían darse por aludidos y animaban a todos a disfrutar del buen tiempo. En una casa, lejos, llamaron a la puerta. La abrió una señora, pero no había nadie.” (p. 493)
[El texto reproduce íntegramente el relato titulado N III.]

 


domingo, 4 de agosto de 2013

Robert Musil
SOBRE LA ESTUPIDEZ
Barcelona, 1974, Tusquets.


“Un hombre aparece generalmente como vanidoso simplemente por el hecho de que le falta la inteligencia de ocultarlo; pero en realidad no hay ni siquiera necesidad de ello, porque el parentesco entre estupidez y vanidad es directo. Un hombre vanidoso produce la impresión de hacer menos de lo que sería capaz de hacer; es como una máquina que pierde vapor. El viejo dicho «estupidez y orgullo crecen bajo el mismo árbol» significa precisamente esto, como también la expresión de que la vanidad es «ciega».” (pp. 27-28)  

“El insulto no representa lo que simboliza, sino una mezcla de imágenes, sentimientos e intenciones, que no puede de ningún manera expresar, sino sólo señalar. (…) Por ese motivo los insultos contienen algo extraordinariamente excitante, que coincide evidentemente con su intención, pero no con su contenido” (p. 39)
 

“No existe prácticamente ningún pensamiento importante que la estupidez no esté en condiciones de utilizar, es móvil en todos los sentidos y puede ponerse todos los vestidos de la verdad. En cambio, la verdad sólo tiene un vestido en cualquier ocasión, y sólo un camino, y siempre está en desventaja.” (pp. 50-51)

sábado, 3 de agosto de 2013

José Lezama Lima
CONFLUENCIAS (ENSAYOS SOBRE POESÍA)
Madrid, 2007, Dilema.
 
“Si decimos, por ejemplo, el cangrejo usa lazo azul y lo guarda en la maleta, lo primero, lo más difícil es, pudiéramos decir, subir a esa frase, trepar al momentáneo y candoroso asombro que nos produce. Si el fulminante del asombro restalla y lejos de ser rechazados en nuestro afán de cabalgar esa frase, la podemos mantener cubierta con la presión de nuestras rodillas, comienza entonces a trascender, a evaporar otra consecuencia o duración del tiempo del poema. El asombro, primero, de poder ascender a otra región, donde vamos ya de asombro en asombro, pero como de natural respiración, a una causalidad que es un continuo de incorporar y devolver, de poder estar en el espacio que se contrae y se expande, separados tan solo por esa delicadeza que separa a la anémona de la marina.
   Tenemos, pues, que el cangrejo del lazo azul nos hizo ganar otra región. Si después lo guardó en una maleta, nos hizo ganar una morada, es decir, una causalidad metafórica.” (p. 259)

“¿Qué es la sobrenaturaleza? La penetración de la imagen en la naturaleza engendra la sobrenaturaleza. En esa dimensión no me canso de repetir la frase de Pascal que fue una revelación para mí, «como la verdadera naturaleza se ha perdido, todo puede ser naturaleza»; la terrible fuerza afirmativa de esa frase, me decidió a colocar la imagen en el sitio de la naturaleza, perdida de esa manera frente al determinismo de la naturaleza, el hombre responde con el total arbitrio de la imagen. Y frente al pesimismo de la naturaleza perdida, la invencible alegría en el hombre de la imagen reconstruida.” (p. 296)