Elias Canetti
AUTO DE FE (I)
Barcelona, 2006, Random House Mondadori.
"Todo ser humano necesita una patria, pero no una tal como la entienden algunos patrioteros primitivos, ni tampoco una religión, insulso anticipo de una patria ultraterrena. No, una patria en la que el suelo, el trabajo, los amigos, las diversiones y el propio espacio espiritual confluyan en un todo natural y organizado, en una especie de cosmos personal. La mejor definición de patria es: biblioteca." (pp. 80-81)
“La ceguera es un arma contra el tiempo y el espacio. Nuestra existencia no es sino una inmensa y única ceguera, exceptuando lo poco que nuestros mezquinos sentidos -mezquinos tanto por su naturaleza como por su alcance- nos transmiten. El principio dominante en el cosmos es la ceguera. Permite yuxtaponer una serie de cosas que jamás coexistirían si pudieran verse unas a otras. Permite interrumpir el paso del tiempo cuando uno es incapaz de hacerle frente. ¿Qué es, por ejemplo, una espora enquistada, sino un trozo de vida que se envuelve en una capa de ceguera hasta nueva orden? Para escapar al tiempo, que es un continuum, solo hay un medio: no verlo de vez en cuando. Así lo reducimos a aquellos fragmentos que nos resultan conocidos.” (p. 99)
AUTO DE FE (I)
Barcelona, 2006, Random House Mondadori.
"Todo ser humano necesita una patria, pero no una tal como la entienden algunos patrioteros primitivos, ni tampoco una religión, insulso anticipo de una patria ultraterrena. No, una patria en la que el suelo, el trabajo, los amigos, las diversiones y el propio espacio espiritual confluyan en un todo natural y organizado, en una especie de cosmos personal. La mejor definición de patria es: biblioteca." (pp. 80-81)
“La ceguera es un arma contra el tiempo y el espacio. Nuestra existencia no es sino una inmensa y única ceguera, exceptuando lo poco que nuestros mezquinos sentidos -mezquinos tanto por su naturaleza como por su alcance- nos transmiten. El principio dominante en el cosmos es la ceguera. Permite yuxtaponer una serie de cosas que jamás coexistirían si pudieran verse unas a otras. Permite interrumpir el paso del tiempo cuando uno es incapaz de hacerle frente. ¿Qué es, por ejemplo, una espora enquistada, sino un trozo de vida que se envuelve en una capa de ceguera hasta nueva orden? Para escapar al tiempo, que es un continuum, solo hay un medio: no verlo de vez en cuando. Así lo reducimos a aquellos fragmentos que nos resultan conocidos.” (p. 99)