Elmer Mendoza
EL AMANTE DE JANIS JOPLIN
Barcelona, 2003, Tusquets.
EL AMANTE DE JANIS JOPLIN
Barcelona, 2003, Tusquets.
“¿Por qué sigues? La verdad, ya no te veo tan entusiasmado, ¿Tú crees?, Te veo cansado, como fuera de onda, De cansado lo estoy, pero pasión no me falta, quizá me volví menos acelerado, Mira, cabrón, cada quien hace de su culo un papalote, como dice tu papá, y yo, aunque siempre he querido otra cosa para ti, nunca me he metido en tu vida ni lo voy a hacer, pero me parece que debes reflexionar, carnal, neta: ¿qué futuro tienes ahí? Andar a salto de mata toda la vida ¿y qué más?, Cholo, tú no sabes de estos pedos, tú eres narco, cabrón, tú no podrías entender que queremos un sistema más justo, un gobierno del pueblo y para el pueblo, Pues se van a pelar la verga porque no van a conseguir nada, ¿Quién lo dice: el gobierno, los banqueros, la industria?, Lo digo yo carnal, no sé ni madres de política, del imperialismo ni de esas madres, pero no van a ganar, me corto los huevos si ganan, Vamos a ganar Cholo, el futuro es nuestro, Van a ganar pura verga, antes de que este país se haga socialista o comunista o lo que sea, te apuesto mis huevos a que todos se hacen narcos como yo, la raza no quiere tierras, Chato, ni fábricas, ni madres: la raza quiere billetes, quiere jalar la bofa y andar en carros como éste, ¿a poco no?, la raza quiere pistear y andar en el refuego, estás perdiendo el tiempo vilmente, Es tu visión y no me extraña, siempre has sido un pequeñoburgués, pero deja que yo haga mi lucha, es mi sueño cabrón, ¿qué sabe un pinche narco de sueños?, Pues yo duermo muy bien, No seas pendejo, Cholo: mira esas tierras tan bien cultivadas, mira ese empaque tomatero, ¿sabes de quién son?, Creo que de los Ritz, Por poco tiempo, pronto pasarán a ser propiedad de la comunidad, Ah, pues sí eso crees el pendejo no soy yo, ¿a poco el dueño lo va a permitir?, No es cuestión de que lo permita, se las arrebataremos, Pinche Chato, ¿de veras crees lo que me dices?, Eso y más, somos el futuro, la reencarnación de los revolucionarios muertos. Hubo un silencio arduo. Mira, te propongo algo: si quieres descansar más en forma, pasar unos días tranquilo, pisteando, con un culito al lado, buena comida, cotorreo, dime: para eso soy tu amigo; tengo una casa en Mazatlán a la que no se acercan ni las moscas, Órale, sonrió, Ya te la expropiaremos.” (pp. 149-151)