Manuel Arroyo-Stephens
DE DONDE VIENE EL VIENTO (II)
Barcelona, 2024, Acantilado.
“El propio Bermúdez se había burlado mil veces con sus amigos de Madrid de la incontinencia verbal de los españoles. Es un país donde nadie escucha porque todos piensan, como en los manicomios, que lo más interesante es lo que ellos tienen que decir. Siempre se sabe lo que el otro está pensando y se le contradice antes de que pueda empezar a decir nada. Es un viejo recurso retórico que se llama prolepsis, pero el término no se conoce porque nadie es consciente de usarlo. Por cada cincuenta gramos de información, siguió reflexionando Bermúdez, un español tiene kilo y cuarto de opiniones. Soltarlas a todo el que se le acerca y no tiene más remedio que escuchar es signo de madurez. Y hasta tienen muchos lo que llaman teorías. En una conversación, en la que nadie suele saber casi nada de lo que habla, de repente uno se pone solemne y dice: Yo sobre este asunto tengo una teoría. Los demás callan un instante y el susodicho suelta una majadería que supera a las que se estaban escuchando durante toda la noche. Tienen fama de soberbios los españoles, pero en realidad son solo arrogantes. Y lo son por ignorancia.” (pp. 197-198)