lunes, 6 de mayo de 2013

Max Weber
LA ÉTICA PROTESTANTE Y EL ESPÍRITU DEL CAPITALISMO
Barcelona, 1998, Península.


"El viejo protestantismo de Lutero, Calvino, Knox y Voët tenía harto poco que ver con lo que hoy se llama «progreso». Era directamente hostil a muchos aspectos de la vida moderna, de los que el más fiel prosélito protestante actual no sabría ya prescindir. Luego si queremos encontrar un parentesco íntimo entre determinadas manifestaciones del espíritu protestante y de la moderna cultura capitalista, no hemos de ir a buscarlo en su (supuesto) «amor al mundo» más o menos materialista (o, al menos, antiascético), sino más bien en sus rasgos puramente religiosos.” (pp. 39-40)

“Pero no menos absurdo sería defender la tesis doctrinaria según la cual el «espíritu capitalista» (siempre en el sentido provisional que le hemos asignado) sólo habría podido nacer por influencia de la Reforma, con lo que el capitalismo sería un producto de la misma. (…) Lo que es menester señalar es si y hasta qué punto han participado influencias religiosas en los matices y la expansión cuantitativa de aquel «espíritu» sobre el mundo, y qué aspectos concretos de la civilización capitalista se deben a ellos.” (pp. 106-107)

“Materialismo y espiritualismo son interpretaciones igualmente posibles, pero como trabajo preliminar; si, por el contrario, pretenden constituir el término de la investigación, ambas son igualmente inadecuadas para servir la verdad histórica.” (pp. 261-262)