Enrique Vila-Matas
EL MAL DE MONTANO
Barcelona, 2004, Anagrama.
“Los
españoles son de esa clase de gente que se cree que por repetir una y otra vez
la misma cosa al final acaba siendo verdad.” (p. 65)
“John Cheever fue un infatigable escritor de diarios personales a lo largo de cuarenta años en los que apenas tomó vacaciones a la hora de explicar su complejo conflicto con la vida, porque de fondo, más allá de las apariencias, el problema era la vida, tal como dice su hijo Benjamin Cheever en el prólogo a los diarios: «Un espíritu simple dirá que la esencia de su problema era la bisexualidad. No es así. Tampoco lo era el alcoholismo. Asumió su bisexualidad. Dejó la bebida. Pero la vida seguía siendo un problema.»" (pp. 236-237)
“John Cheever fue un infatigable escritor de diarios personales a lo largo de cuarenta años en los que apenas tomó vacaciones a la hora de explicar su complejo conflicto con la vida, porque de fondo, más allá de las apariencias, el problema era la vida, tal como dice su hijo Benjamin Cheever en el prólogo a los diarios: «Un espíritu simple dirá que la esencia de su problema era la bisexualidad. No es así. Tampoco lo era el alcoholismo. Asumió su bisexualidad. Dejó la bebida. Pero la vida seguía siendo un problema.»" (pp. 236-237)
"y me dejo invadir por los recuerdos, los míos y los de los otros, y me digo que sin ellos y sin las ruinas de esos recuerdos, sin la memoria, sería aún más angustiosa la vida, aunque tal vez sea aún más angustioso darse cuenta de que cuanto más crece nuestra memoria, más crece nuestra muerte. Porque el hombre no es más que una máquina de recordar y de olvidar que camina hacia la muerte. Y no digo esto con tristeza porque también es cierto que la memoria, disfrazándose de vida, convierte la muerte en algo sutil y tenue." (p. 287)