Italo Svevo
LA CONCIENCIA DE ZENO
Madrid, 2004, Gredos.
LA CONCIENCIA DE ZENO
Madrid, 2004, Gredos.
“La verdadera religión es precisamente aquella que no es necesario profesar en voz alta para obtener ese consuelo del que alguna vez –raramente– no se puede prescindir.” (p. 114)
“La libertad completa consiste en hacer lo que se quiere a condición de hacer también algo que guste menos. La auténtica esclavitud es la condena a la obligación de abstenerse: Tántalo y no Hércules.” (p. 159)
“La vida actual está contaminada desde las raíces. El hombre ha invadido el espacio de los árboles y los animales y ha contaminado el aire, ha cercado el libre espacio. Pueden ocurrir cosas peores. El triste y activo animal que el hombre es podría descubrir y poner a su servicio a otras fuerzas. Hay una amenaza de este tipo en el aire. Todo ello provocará una gran riqueza… en el número de hombres. Cada metro cuadrado estará ocupado por un hombre. ¿Quién nos curará de la falta de aire y espacio? ¡Sólo de pensarlo me ahogo!” (p. 512)
“Los primeros artefactos que el hombre inventó parecían prolongaciones de sus brazos y no podían resultar eficaces más que por la fuerza de esas mismas extremidades, pero en la actualidad esos aparatos no tienen ya ninguna relación con tales miembros. Es el artefacto el que produce la enfermedad al abandonar la ley que fue símbolo de la creación en toda la tierra. La ley del más fuerte desapareció y perdimos con ella la forma más saludable de selección.
(…)
Tal vez, por medio de una catástrofe inaudita que lleguen a producir esos aparatos, volvamos a la salud. Cuando los gases venenosos no basten ya, un hombre como los demás, en el secreto de una habitación en este mundo, inventará un explosivo incomparable frente al que los explosivos que actualmente existen podrán considerarse inocuos. Otro hombre, en nada diferente tampoco él de los demás, sólo que un poco más enfermo que ellos, robará ese explosivo y alcanzará el centro de la tierra para ponerlo en el punto donde su efecto alcance la máxima magnitud. Habrá una enorme explosión y la tierra, tras volver a convertirse en una nebulosa, errará por los cielos libre de parásitos y de enfermedades.” (p. 513)
“La libertad completa consiste en hacer lo que se quiere a condición de hacer también algo que guste menos. La auténtica esclavitud es la condena a la obligación de abstenerse: Tántalo y no Hércules.” (p. 159)
“La vida actual está contaminada desde las raíces. El hombre ha invadido el espacio de los árboles y los animales y ha contaminado el aire, ha cercado el libre espacio. Pueden ocurrir cosas peores. El triste y activo animal que el hombre es podría descubrir y poner a su servicio a otras fuerzas. Hay una amenaza de este tipo en el aire. Todo ello provocará una gran riqueza… en el número de hombres. Cada metro cuadrado estará ocupado por un hombre. ¿Quién nos curará de la falta de aire y espacio? ¡Sólo de pensarlo me ahogo!” (p. 512)
“Los primeros artefactos que el hombre inventó parecían prolongaciones de sus brazos y no podían resultar eficaces más que por la fuerza de esas mismas extremidades, pero en la actualidad esos aparatos no tienen ya ninguna relación con tales miembros. Es el artefacto el que produce la enfermedad al abandonar la ley que fue símbolo de la creación en toda la tierra. La ley del más fuerte desapareció y perdimos con ella la forma más saludable de selección.
(…)
Tal vez, por medio de una catástrofe inaudita que lleguen a producir esos aparatos, volvamos a la salud. Cuando los gases venenosos no basten ya, un hombre como los demás, en el secreto de una habitación en este mundo, inventará un explosivo incomparable frente al que los explosivos que actualmente existen podrán considerarse inocuos. Otro hombre, en nada diferente tampoco él de los demás, sólo que un poco más enfermo que ellos, robará ese explosivo y alcanzará el centro de la tierra para ponerlo en el punto donde su efecto alcance la máxima magnitud. Habrá una enorme explosión y la tierra, tras volver a convertirse en una nebulosa, errará por los cielos libre de parásitos y de enfermedades.” (p. 513)