domingo, 28 de septiembre de 2014

Jacques Bergier
LOS LIBROS CONDENADOS
Barcelona, 1976, Plaza & Janés.


 
“Pero la Biblioteca continuó. A pesar de las sucesivas destrucciones de que fue víctima, prosiguió su obra hasta que los árabes la aniquilaron por completo. Y, si lo hicieron, sabían por qué lo hacían. Habían destruido ya, en el propio Islam -y también en Persia- gran número de libros secretos sobre magia, alquimia y astrología. 
    La consigna de los conquistadores era «no hacen falta libros que no sean el Libro», es decir, el Corán. Así, la destrucción total de la biblioteca el 646 d. de J.C. tuvo por objeto, más que la destrucción de los libros condenados, la de los libros en general. El historiador musulmán Abd al-Latif (1160-1231) escribió: «La Biblioteca de Alejandría fue incendiada y destruida por Amr ibn-el-As, por orden del triunfador Omar.» El tal Omar se había opuesto, por otra parte, a que se escribiesen libros musulmanes, siempre siguiendo el principio de que «el libro de Dios nos basta». Era un musulmán recién convertido, extraordinariamente fanático, que odiaba los libros y había destruido muchísimos de ellos en numerosas ocasiones, porque no hablaban del Profeta.” (pp. 35-36)