lunes, 13 de agosto de 2018

Sergio del Molino
LA ESPAÑA VACÍA. VIAJE POR UN PAÍS QUE NUNCA FUE (I)
Madrid, 2016, Turner. 


“Los guardianes de las esencias lamentan a menudo que la economía globalizada haya barrido la idiosincrasia de las grandes ciudades. Todas las calles comerciales de todas las capitales tienen las mismas tiendas, sucursales de multinacionales. Y no deja de ser cierto, pero es una homogeneización menor comparada con la que propiciaron en Europa el románico o el gótico, o la que mucho antes causó la romanización. Un pueblo medieval se parece más a un pueblo medieval de otro país que al pueblo de al lado de su mismo país.” (p. 45) 

“A medida que se pierden fechas, nombres y referencias concretas, se gana en sugestión y en capacidad para amarrar nuevas identidades. Es, de hecho, más sencillo identificarse con una genealogía difusa, esparcida por una geografía desconocida, que con una casa concreta de un pueblo concreto habitada en unos años concretos. Por eso es más fuerte la fe del analfabeto que apenas conoce los evangelios que la del erudito que los ha estudiado a fondo.” (p. 81) 

“Cuando una explicación sobre la conducta humana suena muy convincente, hay que sospechar de ella, pues lo verosímil a menudo no es más que una forma elegante de expresar los prejuicios. La verosimilitud es una marca narrativa y se encuentra en la narración, no en los hechos narrados. Es un requisito para dotar de sentido una historia y, por tanto, es una interpretación. Pero no depende sólo de la voluntad del narrador ni de la disposición del lector a creérsela, sino que funciona en un contexto cultural, y ese contexto se compone de arquetipos y sobreentendidos.” (pp. 93-94)