jueves, 4 de julio de 2019


Mohamed Chukri
EL PAN DESNUDO
Madrid, 2000, Debate.



“Era una noche maravillosa. Había luna llena y la temperatura era ideal.
  -Ella me quiere, ¿sabes? Hasta es capaz de matarse si yo se lo pido. A veces le pego hasta hacerla sangrar. Se va muy enfadada, pero a los dos días ya está otra vez conmigo. Siempre me dice que va a ser la última vez, pero vuelve.
  -¿Y tú la quieres?
  -¡Yo qué sé! Me acostumbré a ella. Si el amor es costumbre, entonces la quiero.
  -Y ¿por qué le pegas si la quieres?
  Nos paramos, descorchó una botella y bebimos unos tragos.
  -Yo creo que debe de ser algo masoquista. Me lleva la contraria.
  Pensé que Tafersiti se comportaba ya como un hombre con una mujer.
  -Tienes suerte -le dije.
  -¿Por qué?
  -Porque tienes una mujer que te hace compañía, a la que, además, le pegas cuando quieres.
  -Tú también tendrás alguna mujer.
  -Puede ser.
  -Si quieres, te la proporciono.” (pp. 67-68)

“Si hay alguien a quien desearía la muerte, ése sería mi padre. Incluso odiaba a los que se parecían a él y no recuerdo cuántas veces lo habré matado imaginariamente. Sólo me restaba matarlo de verdad.” (p. 71)