miércoles, 29 de marzo de 2023

Maimónides
GUÍA DE LOS DESCARRIADOS (IV)
Shalomhaverim.org
(EDITORIAL ORIÓN, S.R.L de C.V. MÉXICO, D.F. 1947)


“Sostenemos únicamente que los primeros teólogos, ora cristianos griegos, ora mahometanos, establecieron sus proposiciones sin indagar las propiedades verdaderas de las cosas; antes bien, se preocuparon de que las propiedades de las cosas les suministraran pruebas en pro o en contra de una u otra creencia. Pienso que Temistio tenía razón al decir que no se puede adaptar las propiedades de las cosas a nuestras creencias, sino que son nuestras creencias las que deben adaptarse a la realidad del ser.” (Libro Primero. Cap. LXXI)
[Temistio, analista de las ideas de Aristóteles, fue un filósofo griego del siglo IV d. C. ]

“Cuando advierten la falta de fuerza lógica de los argumentos de su escuela, y se percatan del carácter aleatorio de sus demostraciones, prefieren afirmar la doctrina como materia de fe antes que abandonarla, por falta de pruebas.” (Libro Primero. Cap. LXXV)

“Si quieres proseguir la indagación de la verdad, darás de lado a tus pasiones, a tu tradición, a las cosas en que has puesto tu cariño y a las que estás habituado” (Libro Primero. Cap. LXXVI)

“Es cosa establecida que las especies sólo existen en nuestro pensamiento. Las especies y géneros son meramente ideas de nuestra mente, mientras que todas las cosas que tienen existencia real son individuos o agregados de seres individuales.” (Libro Tercero. Cap. XXVIII)

Isaac Bashevis Singer
UNA VENTANA AL MUNDO Y OTROS RELATOS (I)
Madrid, 2022, Nórdica.


 

 “—¿De qué se lamenta? Así es la humanidad, la joya de la creación. Mi teoría es que todos los hombres son nazis. ¿Qué derecho tenemos para asesinar un ternero y comérnoslo? Quien tiene el cuchillo corta el melón. Es exactamente lo que creía Hitler: el poder es la razón. Y en cuanto a Dios, es el más nazi de entre los nazis. El archihitleriano. Tiene más poder que nadie, así que tortura a todo el mundo. Ya ve, no soy un no creyente. La gehena existe, claro que sí. ¿Por qué la gente iba a sufrir solamente en la tierra? Son torturados en la otra vida también. Dios tiene su propio Treblinka, con demonios, trasgos, diablos y ángeles de la muerte. Queman a los pobres pecadores o los cuelgan de la lengua o de los pechos. Todos los detalles están ahí, en «La vara del castigo». Pero el paraíso no existe. En todo lo que tiene que ver con la muerte soy un verdadero hereje.
   Reb Berish dejó de masticar.
   —¿Por qué iba el Creador del mundo a ser tan cruel?
   —¿Por que no iba a serlo? Tiene el palo más grande, así que lo usa. Nos ha dado una Torá, que nadie es capaz de seguir. Cualquier rabino de tres al cuarto decide añadir nuevas leyes, y si rompes una de estas leyes te reencarnas en serpiente. Los cristianos mantienen que Dios no fue capaz de redimir a la humanidad hasta que dejó morir a su único hijo en la cruz. De una forma u otra, todo lo que exige es sangre.” (p. 32-33)

[El texto pertenece al relato El huésped.]

 

Maimónides
GUÍA DE LOS DESCARRIADOS (III)
Shalomhaverim.org
(EDITORIAL ORIÓN, S.R.L de C.V. MÉXICO, D.F. 1947)


 

“DE LOS LÍMITES DE LA PERCEPCIÓN INTELECTUAL 


   Percibiréis todo cuanto hay al alcance de tu vista, con solo que vuelvas los ojos a tu alrededor. Empero, si fuerzas excesivamente el ojo, afanándote por ver algún objeto demasiado lejano, o examinando escritos y dibujos diminutos, se debilitará tu capacidad visual no sólo respecto de aquél determinado objeto, sino también respecto de todas las cosas que normalmente sueles percibir. Lo mismo acaece con las facultades especulativas de quien se consagra al estudio de una ciencia. Cuando una persona estudia demasiado y agota su capacidad de reflexión, viene a confundirse y a perder incluso la aptitud de percibir lo que antes claramente aprehendía.
   Si eres capaz de dudar y no tratas de convencerte de que existen pruebas con que sostener lo que no puede ser demostrado, ni intentas percibir cosas que están más allá de tus alcances, entonces habrás logrado el más alto nivel, de perfección humana, y serás como R. Akibha, que "en paz entraba y en paz salía" del estudio de los problemas teológicos. En cambio, si te violentas para sobrepasar los límites de tu facultad intelectiva, o si de buenas a primeras rechazas por imposibles las cosas que nunca se demostró que lo eran, entonces serás como Elisha Aher, y las ideas nacidas de la imaginación prevalecerán sobre ti, y te inclinarás hacia los vicios, y te degradarás en bajas costumbres, a causa de la confusión que nublará tu mente y enturbiará tus luces.
   Respecto de lo cual se ha dicho: "¿Has hallado miel?, pues toma de ella lo que baste para tu alimento, no sea que te hartes y la devuelvas" (PROV. XXV 16). Nuestros Sabios han aplicado este verso a Elisha Aher. También han aconsejado al hombre que no se aventure temerariamente a especular sobre falsos conceptos, y que cuando dude acerca de alguna cosa, o no logre encontrar prueba de ella, no por eso debe abandonarla de buenas a primeras, rechazarla y negarla; antes bien, debe suspender su juicio, y, por respeto a la gloria de su Creador, abstenerse de emitir una opinión precipitada. No pretendían los Profetas y Sabios, con tales declaraciones, cerrar la puerta a la especulación y estorbar que la mente comprendiera lo que está a su alcance, como imaginan los ignorantes y perezosos, a los cuales place presentar su ignorancia e incapacidad como sabiduría y perfección, y la prudencia de otros, como irreligiosidad y defecto, tomando así las tinieblas por luz y la luz por tinieblas. Lo que los Profetas y Sabios se proponían era solamente declarar que hay un límite establecido para la razón humana, donde ésta debe detenerse.” (Libro Primero. Cap. XXXII)
[R. Akibha, Akiva o Akiva ben Iosef (c. 50-c.- c.135) es considerado como el fundador del judaísmo rabínico.  Elisha Aher o Elisha Ben Abuyah (70 a. C., aprox.) fue un rabino extremadamente controvertido por sus interpretaciones heterodoxas del judaísmo.]

Immanuel Kant
SUEÑOS DE UN VISIONARIO EXPLICADOS MEDIANTE LOS ENSUEÑOS DE LA METAFÍSICA  (I)
Cádiz, 1989,  Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz.



“Es cierto que pienso con la mayor convicción muchas cosas que no tendré nunca el coraje de decir, pero nunca he dicho algo que no pensase... De hecho me ha sido difícil imaginar un método mediante el que revestir mis pensamientos sin exponerme a la ironía. Me pareció el más aconsejable adelantarme a los otros de modo tal que me riese el primero de mí mismo.” (p. 12)

“El reino de las sombras es el paraíso de los ilusos. Encuentran aquí un país sin fronteras en el que pueden instalarse a gusto: vapores hipocondríacos, cuentos de vieja y milagros de convento no dejan que les falte material para construir. (…) ¿Pero por qué las patrañas vulgares, que encuentran tanta credulidad y son tan mal combatidas, circulan por todas partes de un modo tan inútil como impune, infiltrándose incluso en las argumentaciones teóricas, a pesar de que no cuentan con la prueba de la utilidad (argumentum ab utili), que es la más concluyente de todas? ¿Qué filósofo, atrapado entre las aseveraciones de un testigo convincente y razonable y la interna defensa de una duda insuperable, no ha hecho alguna vez el papel más tonto que se pueda imaginar? ¿Debe negar totalmente toda aparición de espíritus? ¿Qué puede alegar como fundamento para combatirlas?” (p. 29)

“Pues de lo que se sabe mucho en la juventud, más tarde, en la madurez, se está seguro de no saber nada; y el hombre de la exactitud se convierte, a lo sumo, en el sofista de sus tempranas ilusiones.” (p. 33)

“El hilozoísmo lo vivifica todo; el materialismo, si es suficientemente tomado en consideración, lo mata todo.” (p. 59)

[El hilozoísmo, doctrina filosófica de la escuela griega de Mileto (siglo VI a. C. aprox.), establecía que toda materia existente está animada y es poseedora de una especie única de energía vital o sensibilidad.]

 


Maimónides
GUÍA DE LOS DESCARRIADOS (II)
Shalomhaverim.org
(EDITORIAL ORIÓN, S.R.L de C.V. MÉXICO, D.F. 1947) 



“DE LA FACULTAD Y ALCANCES DEL ENTENDIMIENTO HUMANO

    Los filósofos saben bien cuán considerablemente exceden las facultades intelectivas de unos hombres a las de otros. Hay quien acierta a descubrir por sí mismo una cosa, mientras que otro se muestra incapaz de entenderlo, aun cuando le sea enseñada agotando todas las metáforas y maneras de expresión posibles. Mas esta superioridad no es tampoco ilimitada. La mente humana tiene indudablemente sus fronteras que no puede transponer. Se sabe que al otro lado de la linde, hay cosas inaccesibles a la comprensión humana, y que el hombre no muestra deseos de alcanzar, ora convencido de que le es imposible tal conocimiento, ora percatado de que no posee los instrumentos con que vencer la dificultad. No sabemos, por ejemplo, el número de las estrellas del cielo, ni si es par o non, ni conocemos el número de los animales, minerales y plantas, y otras cosas por el estilo.
   Hay, empero, otros conocimientos que el hombre apetece mucho conocer, y los pensadores de todas las creencias y edades hicieron ahincados esfuerzos pura examinarlos e investigarlos. Discrepan entre sí, reina el desacuerdo y suscítanse constantemente nuevas dudas respecto de tales cosas, porque sus entiendimientos tratan tendenciosamente de comprenderlas, quiero decir, que se dejan arrastrar por el deseo; y cada cual cree haber dado con el camino que lleva al verdadero conocimiento de tal o cual cosa, aun cuando la razón humana no acierte a demostrarlo, con pruebas convincentes.
   Priva, sobre todo, esta confusión en los temas de metafísica; es menos común en los que atañen a la física, y desaparece por completo cuando se trata de ciencias exactas. Alejandro Afrodisio dijo que tres eran las causas que impiden a los hombres descubrir una verdad cierta: Primero, la arrogancia y vanagloria; segundo, la delicadeza, profundidad v dificultades de cualquier asunto que se examine, y tercero, la ignorancia y la falto de capacidad para comprender qué es lo que está al alcance del entendimiento. Ahora hay uno cuarta causa, es a saber, la costumbre y la educación. Naturalmente nos inclinamos a gustar de aquello a que estamos acostumbrados, que nos atrae y cautivo. El hombre ama y defiende las opiniones a que lo habituaron desde su infancia, y repugna los pareceres contrarios. Esta es también una de las causas que impiden a los hombres encontrar la verdad, haciéndolos esclavos, de la creencia común. Así acaece con las nociones que el vulgo tiene acerca de la corporeidad de Dios, y con otras muchas cuestiones que luego explicaré. A fuerza de leer ciertos pasajes bíblicos, se habitúan a respetar y recibir nociones falsas como verdaderas, tomando en sentido literal palabras que implican que Dios es un ser corporal, cuando fueron empleadas como figuras y metáforas, por razones que explicaré más adelante.
   Y no se piense que lo que hemos dicho acerca de la insuficiencia del entendimiento humano, se funde únicamente en la Biblia, pues los filósofos sostienen también lo mismo, y lo entienden cabalmente, sin que les mueva consideración alguna de religión o creencia. Se trata de un hecho que solo pueden poner en tela de juicio los que ignoran las cosas que han sido perfectamente demostradas.” (Libro Primero. Cap. XXXI)


Juan José Millás / Juan Luis Arsuaga
LA MUERTE CONTADA POR UN SAPIENS A UN NEANDERTAL (II)
Barcelona, 2022, Alfaguara.



“La poza de Juanón era una concavidad en la que el agua del río se remansaba provocando una mancha de color verde esmeralda que parecía colocada allí por un decorador de interiores, más que por la naturaleza. Tal era el problema, pensé, de conocer la representación de las cosas, como me había ocurrido a mí, antes que las cosas. Tomaba el paisaje por una copia de las estampas de los cuentos en vez de tomar las estampas de los cuentos por una copia del paisaje.
    Para contribuir al sentimiento de irrealidad del que era víctima, descubrí que, justo antes de que se manifestara la poza, se elevaba sobre el cauce del río un hermoso puente medieval, con sus piedras desgastadas por el paso del tiempo y la intemperie y cubiertas de musgo: un puente, en fin, que, aun gozando de las tres dimensiones propias de los objetos reales, evocaba más la obra de un pintor romántico que la de un arquitecto práctico.
    Con la excusa de orinar, me retiré detrás de unos matorrales y me lavé la cara en el río al objeto de recuperarme del mareo. El agua se manifestó fría y transparente como el aire que respirábamos. Una vez repuesto, observé el bosque con la esperanza de que me hubiera abandonado el sentimiento de irrealidad anterior. Lejos de eso, se acentuó al sentir que todo cuanto veía continuaba siendo una copia, una reproducción, un calco. Entonces me vino a la memoria aquella idea de Oscar Wilde: la de que la naturaleza imitaba al arte, de manera que yo, en medio de aquel facsímil del arte era sin duda una falsificación también, una copia, pero una falsificación o copia de qué, de quién. ¿Dónde se hallaba entonces mi verdadero yo? ” (pp. 221-222)
Maimónides
GUÍA DE LOS DESCARRIADOS (I)
Shalomhaverim.org
(EDITORIAL ORIÓN, S.R.L de C.V. MÉXICO, D.F. 1947)



“EN QUÉ SENTIDO SE ATRIBUYE MOVIMIENTO A DIOS

   Dice el Talmud que EL TORA habla según el lenguaje del hombre, valiéndose de expresiones que todos puedan fácilmente comprender, para referirse a Dios. De aquí que se le describa por medio de atributos que implican corporeidad, porque la mayoría de la gente no concibe la existencia a menos de relacionarla con algún cuerpo. De igual manera atribuimos a Dios todo lo que se nos aparece con cierto estado de perfección, para indicar que El es perfecto desde cualquier punto de vista que se le considere. Y no se le atribuye nada que la multitud pueda considerar defectuoso o incompleto, y así, la Escritura no lo representa nunca comiendo, bebiendo, durmiendo, enfermo, o de otra parecida manera.
   Bien sabes que el movimiento es una de las características de los seres vivos, indispensable para su progreso hacia la perfección. Necesitan moverse para acercarse a lo que conviene a su naturaleza, y para escapar de lo que la ofende y contraría. Ciertamente no hay mayor diferencia en atribuir a Dios el movimiento o la necesidad de comer y beber; pero las expresiones e ideas corrientes estimarían lo segundo como una imperfección, y no el movimiento, a pesar de que éste es consecuencia de aquella necesidad. Además, es evidente que todo cuanto se mueve ha de ser corpóreo y divisible; se demostrará más adelante que Dios es incorpóreo y que en El no hay movimiento, y que no puede atribuírsele reposo, pues que el reposo sólo puede darse en lo que también se mueve.
   Fuera superfluo extenderse tan largamente en el esclarecimiento de esta materia, si el vulgo no estuviera acostumbrado a semejantes ideas; parécenos necesario hacerlo atendiendo al beneficio de los que anhelan adquirir la perfección, y con el propósito de liberarlos de ciertas nociones que crecieron con ellos desde los días de su infancia.” (Libro Primero. Cap. XXVI)

lunes, 6 de marzo de 2023

Juan José Millás / Juan Luis Arsuaga
LA MUERTE CONTADA POR UN SAPIENS A UN NEANDERTAL (I)
Barcelona, 2022, Alfaguara.

 

“Vemos un insecto palo gigante y un grupo de mariposas cuyas alas parecen hojas de rosal. Entonces me viene a la memoria un artículo sobre mimetismo que leí de joven en la Enciclopedia Espasa, donde se decía que algunos gusanos adoptaban la forma de un excremento de pájaro para evitar que esos mismos pájaros los devorasen. Me pregunté entonces, y me pregunto ahora, si vale la pena conservar la vida a cambio de parecer una mierda. Mantengo hacia el mimetismo una actitud ambivalente. De un lado, me fascina; de otro, me parece uno de los recursos más humillantes de la naturaleza. Hay otro bicho que cobra, para defenderse de sus depredadores, el aspecto de un cadáver recubierto de moho. Están a salvo, sí, pero a qué precio. «No te signifiques, hijo», decían las madres de mi época cuando nos veían salir de casa con la barba y la trenca. No significarse quería decir pasar inadvertido o ser tomado por una caca o por un cadáver en estado de descomposición. Lo importante era que no se fijaran en ti porque, una vez localizado, podías servir de alimento a especies más violentas que la tuya. Había en el servicio militar un sargento que aconsejaba lo mismo que las madres, aunque de un modo más plástico: «Los que estén gordos que adelgacen y los que estén delgados que engorden».
   No parezcas árabe, en fin, ni negro, ni chino, ni anarquista, ni siquiera socialdemócrata. No te signifiques. Mimetízate. Adelgaza si estás gordo y engorda si estás flaco. No has elegido el mejor momento para ser distinto, muchacho, qué pretendes. Procura no parecer ni sí ni no, ni carne ni pescado. Disimula las ideas, no disientas, no te signifiques, no destaques. Si a un insecto no le parece mal que lo confundan con una rama seca, por qué ese empeño tuyo en parecer alguien. Haz como que bajas las escaleras cuando las subes y como que las subes cuando las bajas. No levantes la voz, guarda las apariencias, adelgaza, engorda, ven, vete, sal, entra. Sobrevive, en fin, finge ser una caca, un palo, una corteza. Y en casa a las diez.” (pp. 143-144)


jueves, 2 de marzo de 2023

Juan José Millás / Juan Luis Arsuaga
LA VIDA CONTADA POR UN SAPIENS A UN NEANDERTAL
Barcelona, 2020, Alfaguara.



“—En los cadáveres solo hay anatomía, estructura. Los seguidores de Vesalio eran muy rompedores frente a los partidarios de Galeno. Los galenistas eran los viejos, los que detentaban el poder. Tenían muchas disputas en las universidades. Hay una anécdota según la cual, en una discusión entre un vesaliano y un galenista, el vesaliano dijo que Galeno se equivocaba en no recuerdo qué. ¿Cómo te atreves a desafiar a la autoridad?,  dice  el  galenista. Porque lo he comprobado en un cadáver, responde el vesaliano. Pues el muerto se equivoca, concluye el galenista.” (pp. 59-60)

“La evolución tiene una lógica interna, no permite cualquier posibilidad. No puede haber un conejo carnívoro. El conejo-gato no es posible. Tampoco puede haber un carnívoro con cuernos. Cuentan que un día se le apareció el diablo a Cuvier que es el padre de la paleontología, y le dijo: «Soy el demonio y te voy a comer». Cuvier lo miró de arriba abajo y le respondió: «Tienes cuernos y pezuñas, no puedes ser carnívoro». Y se dio la vuelta en la cama, porque estaba en la cama.” (p. 120)

“Aquel jueves de noviembre me desperté eufórico. El día, en cambio, amaneció torcido. Cayó desde primeras horas una lluvia sucia y levísima, como de harina gris, que difuminaba el contorno de las personas y de los edificios. Fui hasta la esquina a por el periódico y volví con la ropa empapada y el ánimo por los suelos. Me crucé con un par de autobuses que parecían trasladar cadáveres con los ojos abiertos. Luego fui a la oficina de Correos del barrio a enviar una carta certificada y la empleada que me atendió tenía los párpados hinchados, como si acabara de llorar. Ya que no podía administrarle un antidepresivo al jueves, me tomé yo una cucharada de un antitusígeno con codeína que guardo como oro en paño en la mesilla de noche. Aquel Madrid triste, me dije, no lograría contagiarme su aflicción. Los opiáceos legales están para lo que están.” (p. 139)