Julian Harris Salomon
ARTE Y COSTUMBRES DE LOS PIELES ROJAS (I)
Valladolid, 2006, MAXTOR.
(Edición facsímil de la edición traducida de EDICIONES HYMSA, Barcelona, 1937.)
“El baile tenía mucha mayor importancia en la vida de los indios que en la nuestra. En vez de ser una diversión social y un ejercicio o pasatiempo, se asociaba con las cosas más importantes de la vida y servía para expresar toda suerte de emociones. Muchos de los bailes eran realmente ceremonias religiosas, con el fin de influir en las fuerzas sobrenaturales. Otros estaban asociados con la guerra y se celebraban antes de que saliera una expedición guerrera y también a su victorioso regreso. Había danzas cómicas, otras para curar a los enfermos, danzas de paz, danzas para celebrar la siembra y la cosecha, danzas fúnebres, cinegéticas y también algunas de tipo social. Otras se celebraban solamente por los hombres o por las mujeres, aunque también las había en que bailaban juntos. Se conocían bailes en que todos podían formar parte, y otros, en cambio, corrían a cargo de un solo bailarín. Las danzas, como las canciones, eran una propiedad particular y sólo podían ser ejecutadas por sus legítimos propietarios. Así, aunque los indios pueblos ejecutaban los bailes de sus vecinos, no lo hacían sin haber obtenido por medio de la compra o de convenio el derecho de usarlos. (…) La palabra «danza» ha sido aplicada muchas veces erróneamente por los blancos a los grandes ritos y ceremonias indios en los que la danza sólo juega un papel secundario. Así sucede en los ritos que nosotros hemos llamado falsamente danza del calumet, la del fantasma, de la serpiente y la del sol.” (pp. 248-249)