lunes, 30 de julio de 2012

Patricia Highsmith
EXTRAÑOS EN UN TREN
Barcelona, 1984, Seix Barral.


“-Ahí es exactamente donde se equivoca. Cualquier persona es capaz de asesinar. Es puramente cuestión de circunstancias, sin que tenga absolutamente nada que ver con el temperamento. La gente llega hasta un límite determinado... y sólo hace falta algo, cualquier insignificancia, que les empuje a dar el salto. Cualquier persona. Su mismísima abuela, incluso. ¡Me consta!.” (p. 29)

“Durante unos segundos Guy vio las dos facetas de su vida, matrimonio y carrera profesional, puestas una al lado de la otra, como jamás las había visto antes. Su cerebro divagaba febrilmente, tratando de averiguar cómo podía ser tan estúpido e inútil en una y, al mismo tiempo, tan competente en la otra.” (p. 32)