martes, 26 de febrero de 2013

Carlos Franz
ALMUERZO DE VAMPIROS
Madrid, 2007, Alfaguara.


"<<Me dejé llorar>>. La expresión es la apropiada y no la inventé yo. Fue lo que el profesor me aconsejó, desde su mecedora:
-Déjese llorar, amigo, déjese.
   Así es que lloré. Cerré los ojos y lloré. Con sollozos largos, hipados, con los mocos cayéndoseme, lloré como no lo había hecho en los dos años que habían transcurrido desde que mi madre murió.
   También lloré con rabia, con mucha ira, contenida hasta entonces. Y esto lo sabía asimismo, de algún modo, el profesor, porque me pasó el brazo sobre los hombros (ni siquiera advertí cuando vino a sentarse a mi lado) y me dijo, él, que nunca usaba una palabrota:
-Qué gran cagada.
-Sí.
-No se llevó bien con ella, ¿verdad?
-No.
-Natural. Hijo único del hombre que la había dejado…
-Me decía que yo era… -empecé, pero un sollozo me hizo callar.
-Igualito a su padre, le apuesto.
-Al cabrón, lo llamaba ella.
-Y usted sentía que la odiaba.
-Soñaba con matarla –reconocí, y precisé-: Con un hacha.
(…)
-Lástima –me dijo, palmeándome la espalda con su mano sin peso y ofreciéndome un pañuelo con la otra.
-¿Lástima qué?
-Que no la vio envejecer, achicarse, debilitarse. Perder ese poder sobre usted.
   Lo miré sin entender. Pero seguro de que él sí me entendía.
-El tiempo odia por nosotros, amigo. Nos quita ese hacha. Y perdona.” (pp. 100-101)


El desierto de los tártaros. (…) Se vive para nada, haciendo guardia en el desierto, y esperando una invasión que no acaba de llegar, o que llegará demasiado tarde para nosotros. Yo me siento como el teniente Drogo, que a poco de llegar a la remota fortaleza (ese laberinto de tierra amarilla en algún desierto innominado) intenta a toda costa conseguir un certificado médico que lo releve de su puesto. Pero ya es demasiado tarde, nunca se irá de allí. Enfermará del mismo mal que consume a los demás soldados: la espera sin esperanzas.” (pp. 123-124)


“La madurez es la muerte de la sensibilidad a manos de la experiencia” (p. 235)

miércoles, 20 de febrero de 2013

Ralf Dahrendorf
OPORTUNIDADES VITALES. NOTAS PARA UNA TEORÍA SOCIAL Y POLÍTICA. 
Madrid, 1983, Espasa-Calpe.


“La esperanza puede descansar sobre la fuerza de atracción de la visión del mundo, que es muy distinta a la que nos trae la experiencia común, que representa, incluso, lo contrario de los hechos de la vida real: la inmortalidad, la felicidad eterna, el bien universal y, sobre todo, la certidumbre. Es posible que la fe, como el amor y la esperanza sean sensaciones de este mundo, pero su fuerza movilizadora suele residir precisamente en el encanto de otro mundo completamente distinto. Suele decirse que las ideologías revolucionarias tienen una cualidad religiosa, lo cual es, sin duda, cierto en la medida en que prometen certidumbre y salvación.” (pp.179–180).
William James
LAS VARIEDADES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA
Barcelona, 1999 (ed. original de 1902), Península.


"Actualmente, como en cualquier tiempo anterior, el individuo religioso exige que la divinidad se reúna con él a partir de sus intereses personales." (p. 367)
Diane Wei Ling
EL OJO DE JADE
Madrid, 2007, Siruela.


"El juego era el opio de aquella gente. De día podían dedicarse a cualesquiera ocupaciones: podían ser maestros de escuela, o bien opulentos funcionarios. Uno podía encontrarse allí a una dulce abuelita con la dentadura postiza o a un padre que no permitía a sus hijos la menor brizna de libertad. Algunos probablemente habían mentido, diciendo que iban a visitar a unos vecinos o a reunirse con unos amigos. Algunos no habían logrado eludir los reproches de la esposa histérica o del iracundo marido, y se sentaban a sus mesas descorazonados y avergonzados. Pero eran más frecuentes las expresiones de liberación y alivio: aquéllos eran los viajeros que estaban a miles de kilómetros de sus casas. En la inmensidad anónima de la ciudad se hallaban fuera del alcance de cualquier conocido y podían de verdad dejarse llevar.” (p. 122)

domingo, 10 de febrero de 2013

Montero Glez
CUANDO LA NOCHE OBLIGA
Barcelona, 2004, Random House Mondadori.


"Aquel día, igual que los demás días, la Patro presentaba en su piel una tirantez de nalga de mulo. Llevaba las mejillas brillantes, como frotadas con tocino rancio, y su papada no era una, qué va, era media docena. Carecía de humor, lo mismo que carecía de educación o de pescuezo y, físicamente, tenía todo el atractivo que pudo tener en su tiempo la mujer de Cromañón, pero con la salvedad de la estatura. La patrona parecía reducida por la minuciosa labor de un jíbaro.” (p. 26)

lunes, 4 de febrero de 2013

J. Zulaika
VIOLENCIA, TEXTO Y PARODIA
Madrid, Diciembre/1993, en Antropología. Revista de pensamiento 
antropológico y estudios etnográficos.


"Cualquiera que haya hecho trabajo de campo sabe la tensión personal e intelectual que exige un trabajo etnográfico realizado en profundidad. (...) Esta es la diferencia fundamental entre una antropología basada en la etnografía y una antropología de sillón. La originalidad última del conocimiento etnográfico surge de la ambivalencia y el desafío que supone ese encuentro radical con el rostro del otro nativo a través del cual uno pretende conocerse a sí mismo (...). La forma de 'mojarse' del antropólogo en relación a los sujetos sobre los que escribe no es tanto juzgarlos desde la distancia y la autoridad académica, sino enfrentándose con ellos en la inmediatez desnuda del trabajo de campo, que es a priori una situación de igualdad tanto intelectual como ética." (p. 55)

José Luis Pinillos
LA MENTE HUMANA
Madrid, 1970, Salvat Editores-Alianza Editorial.


“Indudablemente, es difícil demostrar que la humanidad, al menos la humanidad histórica, ha progresado sensiblemente en el orden moral y artístico; aunque también aquí el progreso es evidente si se opera con períodos de tiempo superiores a los que nos tiene habituados nuestra historia. De todas formas, en esta dimensión no técnica del progreso siempre cabe argüir que las atrocidades de los asirios no superaron a las de Dachau, Katin o Hiroshima, y también es difícil demostrar que las pinturas rupestres del Paleolítico superior sean artísticamente inferiores a la producción pictórica de nuestra época.” (pp. 33-34)