LA EXCURSIÓN A TINDARI
Barcelona, 2007, Salamandra.
“Sea
como fuere, a lo largo de los años, había visto cómo sus compañeros, los
míticos del 68 empezaban a «razonar». Y, razona que te razonarás, los furores
abstractos se habían ido ablandando y posteriormente transformando en aquiescencias
concretas. Y ahora, exceptuando a uno que soportaba con extraordinaria dignidad
desde hacía más de diez años juicios y cárcel por un delito claramente no cometido
ni ordenado, y a otro misteriosamente asesinado, todos los demás se habían
colocado estupendamente bien, saltando de la izquierda a la derecha, de nuevo a
la izquierda y otra vez a la derecha, y los había que dirigían periódicos y
cadenas de televisión, o se habían convertido en peces gordos del Estado ya que
eran diputados o senadores. Puesto que no habían conseguido cambiar la sociedad,
habían cambiado ellos. O ni siquiera habían tenido necesidad de cambiar porque
en el 68 se habían limitado a hacer teatro, poniéndose disfraces y máscaras de
revolucionarios.” (p. 9)