viernes, 12 de noviembre de 2021

Ana Iris Simón
FERIA (I)
Madrid, 2021, Círculo de Tiza.



“Creo que si Hilario hubiera podido estudiar y no se hubiera tenido que poner a trabajar con diez años habría sido profesor, aunque la paciencia no fuera su mayor virtud. Maestro, habría sido maestro. (…) Y el día que murió, murió también buena parte de nuestra memoria, y mi padre me pidió que escribiera algo para leer en el cementerio porque a Hilario no se le podía dar misa, con todos los improperios que había lanzado no solo contra Dios, sino también contra «todos los santos en hilera» y en ocasiones incluso contra «la virgen puta», en la que también se cagaba si la ocasión lo merecía.
   En los Simones, y esa es otra de las enseñanzas que no se explicitan, la blasfemia tiene grados, según lo grave que sea aquello que lo provoca o lo envalentonado que esté uno: me cago en Dios, me cago en Dios y en Cristo a caballo, me cago en Dios y en todos los santos en hilera y me cago en Dios y en la virgen puta.” (p. 65)