lunes, 17 de julio de 2023

Kazuo Ishiguro
UN ARTISTA DEL MUNDO FLOTANTE (I)
Barcelona,1989, Anagrama.



“Todavía hoy, tres o cuatro veces por semana, sigo cogiendo el sendero que va hasta el río y el puente de madera. Los que vivían aquí antes de la guerra aún lo llaman el Puente de las Vacilaciones. El nombre se debe a que, hasta hace no mucho, para ir al barrio de la vida nocturna había que cruzarlo, y se dice que, a menudo, había hombres que se quedaban a mitad del puente, sin saber si ir a divertirse o volver a casa con sus esposas. En mi caso, si alguna vez me he quedado a mitad del puente, no es que vacilara, es sólo que me produce un gran placer contemplar cómo se pone el sol, mirar el entorno, y examinar todos los cambios que ha habido.” (p. 109)