Adam Schaff
HISTORIA Y VERDAD (I)
México D.F., 1982, Grijalbo.
“La llamada objetividad pura es una ficción; el factor subjetivo está introducido en el conocimiento histórico por el mismo hecho de la existencia del sujeto cognoscente. Como contrapartida, hay dos subjetividades: la “buena", o sea la que procede de la esencia del conocimiento como relación subjetivo-objetiva y del papel activo del sujeto en el proceso cognoscitivo; la “mala", o sea la subjetividad que deforma el conocimiento debido a factores tales como el interés, la parcialidad, etc. La “objetividad" es la diferencia entre la buena y la mala subjetividad, y no la eliminación total de la subjetividad.
(...)
Si la objetividad del conocimiento significara la exclusión de todas las propiedades individuales de la personalidad humana, si la imparcialidad consistiera en emitir juicios de valor renunciando al propio punto de vista y al sistema de valores aceptado, si la validez de los juicios universales consistiera en la eliminación de todas las diferencias individuales y colectivas, la objetividad sería pura y simplemente una ficción, ya que supondría que el hombre es un ser sobrehumano o ahumano.” (pp. 338-341)
[Schaff desarrolla en estas líneas reflexiones de Paul Ricoeur.]