miércoles, 21 de diciembre de 2011

Rosa Montero
HISTORIAS DE MUJERES
Madrid, 1996, Alfaguara. 


"¿Quién podría hoy creer, en su sano juicio, que la literatura sirva para salvar al mundo, o siquiera que el mundo pueda ser susceptible de ser salvado de ningún modo? La puerilidad del empeño sólo tiene parangón con el nivel de megalomanía que supone." (p. 78)


José Ovejero
LAS VIDAS AJENAS
Madrid, 2005, Espasa-Calpe.


"la palabra nos informa de algo, pero la fotografía nos hace partícipes. Perfecto, bien dicho. La fotografía nos hace partícipes; aunque sepamos que en el Congo, o en Irak o en Colombia se cometen atrocidades, la opinión pública apenas se inmuta -sí, unos cuantos activistas, unos cuantos que se creen guardianes de la ley, unos cuantos, llenos de odio hacia los vencedores en la sociedad, que lo canalizan a través de persecuciones políticas en las que se supone que defienden la ley, pero lo que hacen es despedazar al contrario..., otra vez, dónde estaba, sí, conocer las atrocidades-, ah, las palabras se olvidan rápido, los datos se vuelven mera información estadística; nada moviliza la indignación tanto como ver las fotografías: las manos cortadas, las torturas de los presos, fotos de fosas comunes... entonces la gente se siente obligada a actuar, porque al ver la foto es parte de la escena, podría sentirse culpable..., y eso es algo que la gente no soporta; siempre ha sido así; se benefician de los crímenes pero rechazan cualquier responsabilidad." (p. 195)

"Además: si los hombres de negocios occidentales no estuviésemos aquí -detrás de nosotros vienen las ONG, como antes los curas precedían a los ejércitos-, la vida para los negros sería aún más brutal. Ya lo era antes de que llegásemos los blancos. Porque sólo hay una diferencia fundamental entre negros y blancos: el sentimiento de culpa; ellos carecen de él." (p. 201)

"un régimen democrático puede ser brutal, pero no innecesariamente violento, lo que, comparado con una dictadura, permite reducir las pérdidas de productividad -huelgas, enfrentamientos con las fuerzas del orden, sabotajes, gente valiosa que se va al exilio- y el despilfarro de recursos para mantener un aparato de seguridad hipertrofiado. Los regímenes democráticos se basan en la satisfacción de las necesidades de las mayorías, que, casi por definición, desprecian la voluntad y las necesidades de las minorías. Las dictaduras sólo son necesarias para preservar el orden cuando, por ejemplo, durante una crisis económica, resulta imposible satisfacer los deseos de la mayoría -que entonces se vuelve contra el Estado- o cuando excepcionalmente la mayoría desea algo que choca con los intereses de las clases dirigentes. En tiempos normales, sin embargo, la democracia sale más barata que la dictadura para imponer los mismos intereses. Buena parte del continente africano se encuentra en la transición de un sistema a otro, pero falta una mayoría con un consenso suficiente para ser la base de un sistema democrático. Por eso, aunque haya instituciones democráticas, su funcionamiento es el propio de las dictaduras." (p. 200)

"Entrar en la casa de un muerto le producía una sensación que no debía de ser muy distinta de la que sintieron quienes, por primera vez, rompieron los sellos de las cámaras mortuorias de los faraones. Ante él se abre, incólume, el expresivo álbum formado por los objetos que han sobrevivido al difunto. Inspeccionar dichos objetos es un trabajo de arqueología del individuo, un recorrido por su historia, sus pecados sus aficiones, sus pasiones y sus angustias. Ningún objeto está mudo, aunque el lenguaje de algunos sea difícilmente inteligible y haya que pegar a ellos el oído, escuchar sus murmullos para intuir, si no el significado, por lo menos el tono en el que nos hablan. Una vida feliz deja huellas diferentes que una triste. Y lo mismo que a menudo se puede identificar un objeto por la sombra que proyecta, es posible reconstruir una vida por los residuos que dejó." (p. 225)

 "Pero saber no sirve de nada. La verdad no cambia la historia. El corazón humano es como un depósito de agua: una vez alcanzado el límite de su capacidad, comienza a rebosar si entra más líquido. El conocimiento ocupa lugar. La verdad, a fuerza de repetirse, anestesia. Revelar el horror sólo tiene efectos pasajeros. Porque otro horror llegará a ocupar su sitio. Lo único verdaderamente útil, justo, revolucionario, es la venganza. Las palabras se olvidan sin dejar huella.
Las heridas, por el contrario, dejan cicatrices." (p. 242)
[Quiero recordar al lector, para evitar desagradables malentendidos, que las citas anteriores son sólo opiniones vertidas por un personaje de la novela.]

lunes, 19 de diciembre de 2011

Carlos Díaz
DIEZ PALABRAS CLAVE PARA EDUCAR EN VALORES
Madrid, 2004, Fundación Emmanuel Mounier.


"Quisiéramos ser claros, profundos y breves, pues sabemos que muchos usan más palabras de las necesarias para decir más cosas de las que saben, y toman por trivialidad lo que es sencillez; quizá por eso merezcan haber sido llamados <<advenedizos de la vanilocuencia>>, <<pedantes que no abren el ojo a casi nadie, pero se lo saltan a unos cuantos con sus palabras esdrujulísimas>>.
Llevado, sin embargo, de la convicción de que son personas capaces aquellas que logran simplificar lo complejo, y menos capaces en cambio aquellas otras que sólo saben complicar lo sencillo (...)" (p. 11)

"...pero no se puede vivir sin de alguna manera arriesgar. Esfuérzate, en todo caso, y haz de la necesidad virtud: basta mirar algo con atención para que se vuelva interesante, pues no existe en el mundo un asunto sin interés, lo que existe son personas que no se interesan; sólo el desinterés almuerza con la abundancia, come con la pobreza, cena con la miseria, y va a acostarse al fin con la muerte. Al menos no seas pesimista de entrada, ya sabes que el optimista ve una oportunidad en toda calamidad, y el pesimista una calamidad en toda oportunidad." (p. 12)

"Hay sin embargo un tipo de pesimismo del que nadie habla: el de quienes se forman, se forman y se forman para no entrar nunca en la acción, ignorando que la razón de que muchos de nuestros problemas se queden sin resolver es que les tenemos miedo a las acciones que podrían aportar soluciones; en definitiva, tenemos miedo a la vida, y preferimos la abstracción." (p. 13)

"El saber va entreverado de ignorancia; quizá sólo podamos aspirar a la docta ignorancia, esa que es el resultado de la exploración sistemática del azar. Al saber no se llega bien cenado, es preciso tener un caos dentro para engendrar una estrella fugaz (sólo lo que duele enseña: duele, luego existo, decía Sören Kierkegaard). Además, no siempre se sabe decir lo que se quiere decir; con frecuencia tengo algo que decir, pero no sé del todo qué, ni cómo. La sabiduría es como las luciérnagas, necesita las tinieblas para brillar. En última instancia, el entendimiento alumbra como las velas, derramando lágrimas, y no hay saber que no tenga el 99% de transpiración y el 1% de inspiración. Ver lo que se tiene enfrente de nosotros y en nosotros mismos exige un esfuerzo constante. Infortunadamente, saber significa crujirse las espaldas y dejarse sobre el pupitre las dioptrías, envejecer. Sólo el viejo sabe (no todo el viejo, sino el que ha envejecido sobre el banco de pruebas)." (p. 15)

martes, 13 de diciembre de 2011

Ernesto Sábato
ABADDÓN, EL EXTERMINADOR
Barcelona, 1978, Seix Barral.


"alguien que ha nacido con la maldición de no resignarse a esta realidad que le ha tocado vivir; alguien para quien el universo es horrible, o trágicamente transitorio e imperfecto. Porque no hay una felicidad absoluta, pensaba. Apenas se nos da en fugaces y frágiles momentos, y el arte es una manera de eternizar (de querer eternizar) esos instantes de amor o de éxtasis; y porque todas nuestras esperanzas se convierten tarde o temprano en torpes realidades; porque todos somos frustrados de alguna manera, y si triunfamos en algo fracasamos en otra cosa, por ser la frustración el inevitable destino de todo ser que ha nacido para morir; y porque todos estamos solos o terminamos solos algún día: los amantes sin el amado, el padre sin sus hijos o los hijos sin sus padres, y el revolucionario puro ante la triste materialización de aquellos ideales que años atrás defendió con su sufrimiento en medio de atroces torturas; y porque toda la vida es un perpetuo desencuentro, y alguien que encontramos en nuestro camino no lo queremos cuando él nos quiere, o lo queremos cuando ya él no nos quiere, o después de muerto, cuando nuestro amor ya es inútil; y porque nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día, y nuestra casa de infancia ya no es más la que escondió nuestros tesoros y secretos, y el padre se muere sin habernos comunicado palabras tal vez fundamentales, y cuando lo entendemos ya no está más entre nosotros y no podemos curar sus antiguas tristezas y los viejos desencuentros; y porque el pueblo se ha transformado, y la escuela donde aprendimos a leer ya no tiene aquellas láminas que nos hacían soñar, y los circos han sido desplazados por la televisión, y no hay organitos, y la plaza de infancia es ridículamente pequeña cuando la volvemos a encontrar."

Anónimo


"Atesórase en esta sepultura un asperjador, hijo de un asperjador, varón. Su gloria está en las regiones de los vientos, pues hizo descender la lluvia."
[Inscripción de una lápida de la judería de Toledo (siglo XVI).]

lunes, 12 de diciembre de 2011

Jorge Luis Borges
EL ALEPH
Madrid, 1975, Alianza Editorial.


"comprendí que estaba soñando; con un vasto esfuerzo me desperté. El despertar fue inútil; (...) Alguien me dijo: No has despertado a la vigilia, sino a un sueño anterior. Este sueño está dentro de otro, y así hasta lo infinito, que es el número de los granos de arena. El camino que habrás de desandar es interminable y morirás antes de haber despertado realmente." (p. 138)
[La cita pertenece al relato "La escritura de Dios".]

sábado, 10 de diciembre de 2011

Donald Spoto
NOTORIUS. LA VIDA DE INGRID BERGMAN
Madrid, 2000. T&B EDITORES.



"Mi tío, en vez de reírse de mí, solía ponerse furioso, porque era fanáticamente religioso y creía que el teatro era obra del demonio." (p. 33)
[Palabras de Ingrid Bergman referidas a las representaciones teatrales domésticas que hacía cuando era niña.]

"Al contrario que muchas sociedades, los Estados Unidos han puesto en el mercado -pero sólo desde la Segunda Guerra Mundial- el curioso mito de la madre maravillosa, que cuida de Dick y de Jane, los llama a ellos y a su perro para cenar y domina fácilmente el acto de imposible equilibrio de sus deberes como cocinera, doncella, niñera y maestra. De sus obligaciones de ser una fiel y satisfactoria esposa no se ha dicho nunca nada: esto siempre se ha considerado <<natural>>. (...) A este respecto es interesante observar que la cultura norteamericana presumía de que los padres estaban en su mayor parte ausentes del hogar, manteniendo día a día a sus familias con su trabajo, a menudo en viaje de negocios, preocupados por trepar por la escala laboral de su compañía y normalmente capaces de dedicar tan sólo una pequeña parcela de su tiempo a sus hijos. Eso estaba bien, eso era <<natural>> también. Se esperaba que las madres fueran brillantes horneadoras de galletas con trocitos de chocolate, criadas para todo, siempre preparadas con tiritas, vasos de leche, respuestas a las preguntas de geografía y aritmética y una interminable paciencia para las exigencias de los chicos." (p. 159)
Ronald D. Laing
LA POLITIQUE DE L'EXPÉRIENCE
Paris, 1980, Éditions Stock.


"No empezamos a plantearnos interrogantes más que cuando algo se convierte en problemático."  (p. 57)

"Hoy en día, todos somos prisioneros del infierno de la pasividad." (p. 58)

"La pasividad de los grupos humanos, que se nos presenta como la negación misma de la acción, es de hecho el producto de una acción. Puede, además, ser un instrumento de mistificación si se la contempla como la expresión del <<orden natural de las cosas>>. El mensaje ideológico de este mensaje es evidente, puesto que sirve a los intereses de los que desean que la masa crea que el statu quo forma parte de este <<orden natural>>, ordenado por Dios o por leyes <<naturales>>." (p. 68)

"Los hombres invocan la fraternidad humana a tenor de las circunstancias, pero raramente la hacen extensiva a todos los seres humanos. En nombre de nuestra libertad y de nuestra fraternidad, estamos dispuestos a destruir a la otra mitad de la humanidad -y la otra mitad a nosotros." (p. 67)
[Las traducciones son mías.]

martes, 6 de diciembre de 2011

Susan Sontag
CUESTIÓN DE ÉNFASIS
Madrid, 2007, Alfaguara.


"no pienso a menudo en lo que para mí representa Europa en cuanto estadounidense, pienso en lo que representa para mí en cuanto escritora, en cuanto ciudadana de la literatura; la cual es una ciudadanía internacional.
  Si he de describir lo que para mí representa Europa como estadounidense, comenzaría por la liberación. La liberación de lo que en Estados Unidos pasa por cultura. La diversidad, seriedad, exigencia, densidad de la cultura europea constituye un punto de Arquímedes desde el que puedo, mentalmente, mover el mundo. No puedo desde Estados Unidos, desde lo que me ofrece la cultura estadounidense, como un conjunto de criterios, como legado. De ahí que Europa sea esencial para mí, más esencial que Estados Unidos, aunque todas mis estancias en Europa no me conviertan en una expatriada." (pp. 317-318)
[La cita pertenece al artículo "La idea de Europa (otra elegía más)".]

"Siendo ciudadana de un país cuya cultura política y ética promueve y reafirma la desconfianza, el miedo y el desprecio hacia los intelectuales (reléase a Tocqueville), el país con la tradición antiintelectual más desarrollada del planeta, me inclino por una visión menos hastiada del papel de los intelectuales que la de mis colegas europeos. (...)
   Por supuesto, sería hablar demasiado bien de los intelectuales esperar que la mayoría tenga el gusto de protestar contra la injusticia, defender a las víctimas, poner en entredicho las reinantes piedades autoritarias. La mayoría de los intelectuales son tan conformistas -tan dispuestos, digamos, a apoyar la prosecución de guerras injustas- como la mayoría de las personas que ejercen profesiones ilustradas. La cantidad de personas que han dado buena reputación a los intelectuales, como alborotadores, voces de la conciencia, siempre ha sido exigua. Los intelectuales que toman partido responsablemente y se colocan en primera línea por sus convicciones (en oposición a la firma de peticiones) son mucho menos comunes que los intelectuales que adoptan posiciones públicas por deliberada mala fe o ignorancia desvergonzada acerca de lo que se está pronunciando: por cada André Gide o George Orwell o Norberto Bobbio o Andrei Sajarov o Adam Michnik, diez Romain Rolland o Ilya Ehrenburg o Jean Baudrillard o Peter Handke, etcétera, etcétera." (p. 328)
[La cita pertenece al artículo "Respuestas a un cuestionario".]




Camilo José Cela
VIAJE A LA ALCARRIA
Barcelona, 1985,  Seix Barral.


"Sentado sobre un mojón, un hombre arregla una bandeja de baratijas.
-¿Viene de Cifuentes?
-Sí
-¿Y qué tal?
-Pues... ¡Muy bien!
El hombre hace un gesto de desagrado.
-Pues ya no voy.
-¡Pero, hombre!
-Sí, ¡qué quiere usted! Ya no voy. A mí nadie me dice la verdad.
El buhonero tiene los párpados mondos y lirondos, sin una pestaña, y lleva una pata de palo, mal sujeta al muñón con unas correas. Tiene una cicatriz que le cruza la frente y una nube en un ojo, una nube color azul celeste, casi blanca. Es bajo y estrechito como un alfeñique, y tiene malas pulgas.
-A mí nadie me dice la verdad, me tienen asco. ¿Sabe usted cómo me llaman en Guadalajara?
-No.
-Pues me llaman el Mierda, ¿qué le parece? 
-Pues, hombre, me parece mal, ¡qué quiere que le diga!
-¡Los arrastrados! ¡Así los arrastren hasta pelarlos!" (pp. 93-94) 


"El viajero escucha cómo el buhonero perdió la pata.
-Ya le digo. El día de San Enrique del año de la República, me dije: Estanislao, esto hay que acabarlo. Eres un desdichado, ¿no ves que eres un desdichado? Hacía un calor que no se podía aguantar. Yo estaba en Camporreal, me acerqué hasta Arganda y me acosté en la vía. Cuando venga el tren -pensé-, Estanislao se va para el otro mundo. Pero, ¡sí, sí! Yo estaba muy tranquilo, se lo juro, pero era mientras no venía el tren. Cuando el tren asomó yo noté como si se me soltara el vientre. Aguanté un poco, pero, cuando ya estaba encima, me dije: ¡Escapa, Estanislao, que te trinca! Di un salto, pero la pata se quedó atrás. Si no es por unos de la fábrica de azúcar que me recogieron, allí me desangro como un gorrino. Me llevaron a la casa del médico y allí me curaron y me pusieron el mote al ver cómo tenía los pantalones. Uno de los que me cogieron llevaba la pata en la mano, agarrada por la bota, no hacía más que preguntar: Oiga, ¿qué hago con esto? El médico se conoce que no sabía qué hacer, porque lo único que le contestaba era: Eso se llama pierna, mastuerzo, eso se llama pierna." (p. 96)



domingo, 4 de diciembre de 2011

Luis Landero
MEMORIAS DE UN HOMBRE INMADURO
Barcelona, 2009, Tusquets.


"Y es que la vida soporta toda la fantasía que uno quiera meterle. La vida lo soporta todo. Toda la estupidez, toda la belleza, todo el tedio, todo el horror; hasta lo imposible soporta la vida. ¿Cómo entonces vamos a aprender nunca el oficio este de vivir?" (p. 194)

"Creo que ya le dije que los mejores pensamientos son los que llevan en su zurrón un poco de poesía. ¿Cómo decir? Uno no puede adentrarse en los abismos del conocimiento con la mera razón. Hace falta algo más, una inspiración, un pálpito, un rapto de locura, o unas cuantas palabras afortunadas que nos franqueen el paso hacia esos parajes adonde la razón no llega porque ignora la contraseña que abre la puerta del misterio. Yo creo que la inteligencia es como una lámpara que sólo se puede encender en toda su luz con la chispa de la intuición." (p. 222)

"¿Usted no sabe que los muertos mantienen durante quince días el sentido del oído? Sí, siguen oyendo. Pueden oír los pasos sobre su tumba. Eso lo contó una vez alguien en el Maracaná, con gran acopio de argumentos científicos. Y don Obvio dijo: <<Pero ese oír de los muertos, ¿tiene que ver con la conciencia o son sólo ruidos captados por una leve vibración en las membranas auditivas todavía tensas?>>. Y el otro se sulfuró y dijo: <<¡Que no, joder, que oyen, cómo cojones se lo voy a decir! Está demostrado. Como estamos oyendo ahora nosotros. Durante quince días. Ni uno más ni uno menos.>>" (pp. 224-225)
Pío Baroja
LAS INQUIETUDES DE SHANTI ANDÍA
Madrid, 1988, Espasa-Calpe.


"Las condiciones en que se desliza la vida actual hacen a la mayoría de la gente opaca y sin interés. Hoy, a casi nadie le ocurre algo digno de ser contado. La generalidad de los hombres nadamos en el océano de la vulgaridad. Ni nuestros amores, ni nuestras aventuras, ni nuestros pensamientos tienen bastante interés para ser comunicados a los demás, a no ser que se exageren y se transformen. La sociedad va uniformando la vida, las ideas, las aspiraciones de todos."



R. Descartes
EL DISCURSO DEL MÉTODO
Madrid, 1987, Alhambra.


"Bueno es saber alguna cosa de las costumbres de los diversos pueblos para juzgar de las nuestras más cuerdamente, y para no pensar que todo lo que se opone a nuestros modos es ridículo y contrario a la razón como suelen hacer aquellos que no han visto nada. Pero cuando se emplea demasiado tiempo en viajar, acaba uno por ser extranjero en su país; y cuando uno es excesivamente curioso sobre las cosas que se practicaban en los siglos pasados, generalmente permanece más ignorante de lo que se practica en éste (tiempo presente)." (p. 35)

"habiendo visto por los viajes que no todos aquellos que tienen sentimientos muy contrarios a los nuestros son por ello bárbaros o salvajes, sino que muchos usan, tanto o más que nosotros, de la razón; y habiendo considerado que un mismo hombre, con su mismo espíritu, que fuese criado desde su infancia entre franceses o alemanes, llegaría a ser muy diferente de haber vivido siempre entre chinos o <<caníbales>>." (p. 47)

"a causa de la corrupción de nuestras costumbres, hay pocas personas que acepten decir todo lo que creen, sino también porque muchos lo ignoran ellos mismos; pues el acto del pensamiento por el que algo se cree es diferente, de aquel por el cual uno conoce que lo creemos, es frecuente que se dé el uno sin el otro." (p. 58)