Adrian Berry
LOS PRÓXIMOS DIEZ MIL AÑOS
Madrid, 1977, Alianza Editorial.
“Platón no halla gran mérito en la invención de la escritura, porque enseña a los hombres a ser perezosos. Teniendo libros, sin tener que memorizar sus contenidos, un hombre puede conseguir información siempre que lo desee. No se puede decir estrictamente que un hombre así sepa algo. Se debería uno desprender de todos los libros, declara Platón, en cuanto se han leído. Su propietario se verá entonces obligado a desarrollar su memoria y, mediante una meditación profunda, a elevar las facultades de su intelecto. Pero Bacon, como se puede imaginar, no puede comprender bajo ningún concepto por qué proezas innecesarias de la memoria tendrían utilidad para el hombre. Las compara con exhibiciones de funámbulos y malabaristas. <<Las dos representaciones –dice- son muy parecidas. Una es un abuso de la mente; la otra es un abuso del cuerpo. Ambas pueden excitar nuestro asombro, pero ninguna es digna de nuestro respeto>>.” (p. 23)