Philippe Ariès
HISTORIA DE LA MUERTE EN OCCIDENTE DESDE LA EDAD MEDIA HASTA NUESTROS DÍAS
Barcelona, 2000, Acantilado.
HISTORIA DE LA MUERTE EN OCCIDENTE DESDE LA EDAD MEDIA HASTA NUESTROS DÍAS
Barcelona, 2000, Acantilado.
“Todos los hombres de hoy, creo yo, experimentan en un momento de su vida el sentimiento –más o menos fuerte, más o menos confesado o reprimido– de fracaso: fracaso familiar, fracaso profesional… Toda persona ha alimentado ambiciones desde su juventud, pero un día se da cuenta de que no las realizará jamás. Ha malogrado su vida. Ese descubrimiento –a veces lento, a menudo brutal– constituye una terrible prueba que no siempre superará. Su desilusión puede conducirlo al alcoholismo, al suicidio. El momento de la crisis llega en general hacia los cuarenta, algunas veces más tarde, pero actualmente, por desgracia, más temprano. Pero es siempre anterior a la decadencia fisiológica de la edad y a la muerte. El hombre contemporáneo se ve un día como un malogrado. Nunca se ve como un muerto. Este sentimiento de fracaso no es un rasgo permanente de la condición humana. (…) En la primera Edad Media era desconocido.” (p. 147)
“Hoy en día no queda nada ni de
la noción que cada cual tiene o debe tener de que su fin se acerca, ni del
carácter de solemnidad pública que tenía el momento de la muerte. Lo que debía
ser conocido permanece ahora oculto. Lo que debía ser solemne es eludido.” (p.
231)
“Atreverse a hablar de la muerte,
admitirla de ese modo en las relaciones sociales, no significa ya, como antaño,
permanecer dentro de lo cotidiano, sino provocar una situación excepcional,
exorbitante y siempre dramática. La muerte era en otro tiempo un rostro
familiar y los moralistas tenían que hacerla repulsiva para provocar miedo. Hoy
en día basta sólo con nombrarla para desencadenar una tensión emocional
incompatible con la regularidad de la vida cotidiana.” (p. 237)