Horacio
ODAS. CANTO SECULAR. ÉPODOS
Madrid, 2007, Gredos.
“En tanto que hablamos, el tiempo envidioso habrá escapado; échale mano al día, sin fiarte para nada del mañana.” (p. 270. Odas. Libro I-11.)
“Al hombre justo y tenaz en su designio, ni el furor de los ciudadanos que le piden que obre mal, ni el rostro del tirano amenazante lo mueven a abdicar de su entereza; ni el viento austro, que turbulento impera en el Adriático revuelto, ni la enorme mano de Júpiter lanzando rayos. Si el mundo en pedazos se desploma, sobre él caerán sin asustarlo sus ruinas.” (pp. 372-373. Odas. Libro III-3.)
“¿Qué cosa hay que no estropee el paso dañino de los días? La generación de nuestros padres, peores que nuestros abuelos, nos engendró a nosotros todavía más malvados, y que pronto daremos una estirpe aún más viciosa.” (p. 389. Odas. Libro III-6.)
“No harás bien llamando feliz a quien tienen muchas cosas; el nombre de feliz más bien le cuadra a quien sabe usar prudentemente de los dones que los dioses le conceden, y llevar la dura pobreza con paciencia; y al que teme, más que a la muerte, a la deshonra, sin miedo a perecer por los amigos queridos o la patria.” (p. 463. Odas. Libro IV-9.)
ODAS. CANTO SECULAR. ÉPODOS
Madrid, 2007, Gredos.
“En tanto que hablamos, el tiempo envidioso habrá escapado; échale mano al día, sin fiarte para nada del mañana.” (p. 270. Odas. Libro I-11.)
“Al hombre justo y tenaz en su designio, ni el furor de los ciudadanos que le piden que obre mal, ni el rostro del tirano amenazante lo mueven a abdicar de su entereza; ni el viento austro, que turbulento impera en el Adriático revuelto, ni la enorme mano de Júpiter lanzando rayos. Si el mundo en pedazos se desploma, sobre él caerán sin asustarlo sus ruinas.” (pp. 372-373. Odas. Libro III-3.)
“¿Qué cosa hay que no estropee el paso dañino de los días? La generación de nuestros padres, peores que nuestros abuelos, nos engendró a nosotros todavía más malvados, y que pronto daremos una estirpe aún más viciosa.” (p. 389. Odas. Libro III-6.)
“No harás bien llamando feliz a quien tienen muchas cosas; el nombre de feliz más bien le cuadra a quien sabe usar prudentemente de los dones que los dioses le conceden, y llevar la dura pobreza con paciencia; y al que teme, más que a la muerte, a la deshonra, sin miedo a perecer por los amigos queridos o la patria.” (p. 463. Odas. Libro IV-9.)