sábado, 3 de mayo de 2014

W. B. Yeats, J. M. Synge y Sean O'Casey
TEATRO IRLANDÉS
Madrid, 1983, Editora Nacional.


“Ahora me gustaría decir que una literatura importante no puede crearse sólo a base de grandes escritores individuales, aunque tengan muchísimo talento. Una literatura grande, importante, sólo es posible cuando los escritores sienten que no sólo están expresándose a sí mismos sino también las ideas y sentimientos de todo un pueblo, cuando se dan cuenta de que son los portavoces de una idea nacional.” (p. 11)
[La cita pertenece a la Corina J. Reynolds, autora de la introducción crítica del libro.]

“¿Y es por eso, porque tienen la memoria tan corta, es por lo que viven una vida tan larga?” (p. 63)

“Hay quien vende su alma por el brillo del oro, otros porque el vecino la vendió primero y algunos porque hay una alegría extraña cuando se desecha la esperanza, cuando se pierde toda causa de alegría; hay alegría sí, una alegría extraña cuando se abandona toda resistencia, cuando al fin abre uno los brazos a la llama eterna, las velas desplegadas al viento ineluctable.” (p. 81)

[Ambas citas pertenecen a la pieza teatral de Yeats titulada La Condesa Catalina.]

“Camaradas, soldados de los Voluntarios Irlandeses y del Ejército Ciudadano, esta guerra terrible es un hecho gozoso para nosotros. El viejo corazón de la tierra necesitaba calentarse con el rojo vino de la sangre que se vierte en los campos de batalla… Nunca se ofreció a Dios una ofrenda como esta: el sacrificio augusto de millones de vidas gozosamente entregadas por amor a nuestra patria. También nosotros debemos estar prontos a derramar ese vino rojo en la misma ofrenda gloriosa porque sin sangre no hay redención posible.” (p. 293)

“Nuestros enemigos son fuertes, pero, por fuertes que sean, más fuertes son los milagros de Dios, que hace madurar en el corazón de los jóvenes la semilla que sembró la juventud de una generación anterior. Piensan que lo han previsto todo. Que han atado todos los cabos. Pero, los imbéciles, los pobres imbéciles nos han dejado las tumbas de los héroes que murieron por nuestra independencia, y mientras Irlanda atesore esas tumbas, nunca habrá paz en Irlanda hasta que la patria sea libre.” (p. 321)

[Ambas citas pertenecen a la pieza teatral de O’Casey titulada El arado y las estrellas.]