Harold Bloom
CÓMO Y POR QUÉ LEER
Barcelona, 2000, Círculo de Lectores.
“Leer bien es uno de los mayores placeres que puede proporcionar la soledad, porque, al menos según mi experiencia, es el más saludable desde un punto de vista espiritual. Hace que uno se relacione con la alteridad, ya sea la propia, la de los amigos o la de quienes pueden llegar a serlo. La invención literaria es alteridad, y por eso alivia la soledad. Leemos no sólo porque nos es imposible conocer a toda la gente que quisiéramos, sino porque la amistad es vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por el espacio, el tiempo, la falta de comprensión y todas las aflicciones de la vida familiar y pasional.” (p. 13)
“No puedo menos que sentirme escéptico ante la tradicional esperanza social que da por sentado que el crecimiento de la imaginación individual ha de conllevar inevitablemente una mayor preocupación por los demás, y pongo en cuarentena toda argumentación que relacione los placeres de la lectura personal con el bien común.” (p. 19)
“Con frecuencia, aunque no siempre nos demos cuenta, leemos en busca de una mente más original que la nuestra.” (p. 22)
“En los cuentos de primer orden, la realidad se vuelve fantástica y la fantasmagoría desconcertantemente mundana. Tal vez sea por eso por lo que hoy en día muchos lectores rehúyen los libros de cuentos y prefieren comprar novelas, incluso si los cuentos son de mucha mayor calidad.” (p. 69)
“Toda la mala literatura es parecida, pero la que merece el calificativo de grande es de una diversidad pasmosa, y los géneros constituyen auténticas divisiones dentro de ella.” (p. 149)
“Contemporáneos exactos (puede que hayan muerto el mismo día), es evidente que Shakespeare había leído el Quijote pero muy improbable que Cervantes hubiese siquiera oído hablar del dramaturgo inglés.” (p. 152)
“Hay partes de sí mismo que el lector no conocerá totalmente hasta que no conozca lo mejor posible a don Quijote y Sancho Panza.” (p. 158)
CÓMO Y POR QUÉ LEER
Barcelona, 2000, Círculo de Lectores.
“Leer bien es uno de los mayores placeres que puede proporcionar la soledad, porque, al menos según mi experiencia, es el más saludable desde un punto de vista espiritual. Hace que uno se relacione con la alteridad, ya sea la propia, la de los amigos o la de quienes pueden llegar a serlo. La invención literaria es alteridad, y por eso alivia la soledad. Leemos no sólo porque nos es imposible conocer a toda la gente que quisiéramos, sino porque la amistad es vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por el espacio, el tiempo, la falta de comprensión y todas las aflicciones de la vida familiar y pasional.” (p. 13)
“No puedo menos que sentirme escéptico ante la tradicional esperanza social que da por sentado que el crecimiento de la imaginación individual ha de conllevar inevitablemente una mayor preocupación por los demás, y pongo en cuarentena toda argumentación que relacione los placeres de la lectura personal con el bien común.” (p. 19)
“Con frecuencia, aunque no siempre nos demos cuenta, leemos en busca de una mente más original que la nuestra.” (p. 22)
“En los cuentos de primer orden, la realidad se vuelve fantástica y la fantasmagoría desconcertantemente mundana. Tal vez sea por eso por lo que hoy en día muchos lectores rehúyen los libros de cuentos y prefieren comprar novelas, incluso si los cuentos son de mucha mayor calidad.” (p. 69)
“Toda la mala literatura es parecida, pero la que merece el calificativo de grande es de una diversidad pasmosa, y los géneros constituyen auténticas divisiones dentro de ella.” (p. 149)
“Contemporáneos exactos (puede que hayan muerto el mismo día), es evidente que Shakespeare había leído el Quijote pero muy improbable que Cervantes hubiese siquiera oído hablar del dramaturgo inglés.” (p. 152)
“Hay partes de sí mismo que el lector no conocerá totalmente hasta que no conozca lo mejor posible a don Quijote y Sancho Panza.” (p. 158)