domingo, 22 de enero de 2017


Richard Dawkins
EL RELOJERO CIEGO
Barcelona, 1989, Labor.



“Nuestros cerebros fueron diseñados para comprender la caza y la recolección, el aparcamiento y la reproducción: un mundo de objetos de tamaño medio moviéndose en tres dimensiones con una velocidad moderada. Estamos mal equipados para comprender lo muy pequeño y lo muy grande; cosas cuya duración se mide en picosegundos o en gigaaños; partículas que no tienen posición; fuerzas y campos que no podemos ver o tocar, que conocemos sólo porque afectan a las cosas que podemos ver o tocar. Pensamos que la física es compleja porque nos resulta difícil de entender y porque los libros de física están llenos de complejos cálculos matemáticos. Pero los objetos que estudian los físicos son básicamente, y a pesar de todo, objetos simples. Son nubes de gases o pequeñas partículas, o conjuntos de materia uniforme como los cristales, con patrones atómicos repetidos prácticamente de manera infinita. No tienen, de acuerdo con los patrones biológicos, partes complejas. Incluso los grandes objetos físicos como las estrellas están formados por un conjunto de elementos bastante limitado, ordenados más o menos al azar. El comportamiento de los objetos físicos, no biológicos, es tan simple que es posible usar el lenguaje matemático existente para describirlo, y es por ello por lo que los libros de física están llenos de cálculos.” (p. 2)

“Si uno pasea arriba y abajo por una playa pedregosa, observará que las piedras no están ordenadas al azar. Las piedras más pequeñas tienden a encontrarse en zonas segregadas que discurren a lo largo de la playa, mientras que las más grandes están en zonas o franjas diferentes. Las piedras han sido clasificadas, ordenadas, seleccionadas. Una tribu que viviese cerca de la costa podría maravillarse ante esta prueba de clasificación u ordenamiento del mundo, y podría desarrollar un mito para explicarlo, atribuyéndolo, quizás, a un Gran Espíritu celestial con una mente ordenada y un gran sentido del orden. Podríamos sonreír con indiferencia ante esta idea supersticiosa, y explicar que, en realidad, el ordenamiento se debe a las fuerzas ciegas de la física, en este caso, la acción de las olas. Las olas no tienen ninguna finalidad, ni intención, ni una mente ordenada, no tienen mente. Simplemente, empujan las piedras con energía, y según éstas sean grandes o pequeñas responderán de manera diferente a este ira tratamiento, de manera que terminen a diferentes niveles de la playa. A partir de un gran desorden se origina un poco de orden, sin que lo planifique ninguna mente.” (p. 33)

“El fallo del argumento descansa en la inferencia de que, debido a que la vida se ha originado aquí, no puede ser demasiado improbable. Se observará que contiene implícita la hipótesis de que cualquier cosa que suceda en la Tierra es probable que haya ocurrido en cualquier otra parte del universo, y esto resume la cuestión. En otras palabras, esa clase de argumento estadístico, de que debe de haber vida en cualquier lugar del universo porque hay vida aquí, da por sentada la tesis que se está tratando de probar. Ello no significa que la conclusión de que existe vida en el resto del universo sea necesariamente errónea.” (p. 109)
[La cursiva pertenece al texto.]
 

“La mente humana es una fábrica inveterada de analogías. Nos sentimos compulsivamente atraídos a ver un significado en ligeras similitudes entre procesos muy diferentes. […] El científico que triunfa y el loco extravagante están separados por la calidad de sus inspiraciones. Pero sospecho que, en la práctica, esto equivale a una diferencia, que no reside tanto en la capacidad de observar analogías como en la de rechazar las absurdas y perseguir las útiles.” (p. 149)
Miguel Ángel Ballesteros
YIHADISMO
Madrid, 2016, La Huerta Grande.


 
 “En las guerras, donde todo se exacerba y donde los objetivos inmediatos a menudo no dejan ver las consecuencias a largo plazo, los enemigos comunes hacen extraños compañeros de viaje, alianzas que pasado el tiempo son difíciles de explicar. Este es el caso del conflicto de intereses y de la esporádica colaboración que se produjo entre la insurgencia yihadista afgana y los Estados Unidos contra las tropas soviéticas desplegadas en Afganistán. Estados Unidos se preocupó únicamente de acabar con la invasión soviética de Afganistán, abandonando luego el país a su suerte y menospreciando quizá el peligro que significaba dejarlo en manos de los grupos yihadistas que se habían generado en la oposición y con elementos de procedencia diversa. De ese modo, Afganistán se convirtió en un santuario para los yihadistas, que interpretaron que habían derrotado a uno de los dos imperios del momento.” (pp. 40-41)

Richard Dawkins
EL ESPEJISMO DE DIOS (III)
Espasa Calpe, 2007, Pozuelo de Alarcón.

“Igual que cuando preguntamos: ¿Cuál es el valor de supervivencia de la religión? Podemos hacer la misma pregunta para la moralidad. En efecto, la moralidad probablemente es anterior a la religión. Al igual que con la religión, podemos dar marcha atrás y reformular la pregunta, y nos encontraremos con que la moralidad puede verse mejor como un subproducto de cualquier otra cosa.” (p. 226)
[La cursiva pertenece al texto.]

“La interpretación de la Biblia que hace Hartung sugiere que ofrece un campo para esa engreída complacencia entre cristianos. Jesús limitó su grupo de salvados estrictamente a los judíos, y a este respecto estaba siguiendo la tradición del Antiguo Testamento, que es todo lo que Él conocía. Hartung muestra claramente que «No matarás» no se dijo para indicar lo que ahora pensamos que significa. Muy específicamente, significa «no matarás judíos». Y todos aquellos mandamientos que hacen referencia a «tu prójimo» son igualmente exclusivos. «Prójimo» significa compañero judío. Moisés Maimónides, el respetado rabino y médico judío del siglo XII, expuso el significado completo de «No matarás» como sigue: «Si alguien mata a un único israelita, viola un mandamiento negativo, ya que las Escrituras dicen “No matarás”; si alguien asesina premeditadamente en presencia de testigos, debe ser matado a espada. No es necesario decirlo, uno no debe ser matado si asesina a un pagano». ¡No es necesario decirlo!” (p. 273)
[La cita se refiere a John Hartung y a su artículo en la revista Skeptic 3: 4, 1995.]

“Se cree en los libros que hablan de evolución no porque sean sagrados. Se cree en ellos porque presentan enormes cantidades de evidencias mutuamente apoyadas. En principio, cualquier lector puede comprobar esa evidencia. Cuando un libro de ciencia está equivocado, finalmente alguien descubre el error y es corregido en los siguientes libros. Curiosamente, eso no ocurre con los libros sagrados.” (p. 301)


Pétros Márkaris
HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO
Barcelona, 2015, Tusquets.



“-Nosotros vivíamos en un Estado capitalista, comíamos pasteles de verduras, sólo con aceite en muchos casos, y queríamos imponer el socialismo para comer mejor. Mientras que en Albania y en Bulgaria vivían en un Estado socialista, comían pasteles de verduras y soñaban con el capitalismo para comer mejor. Nos separaban el capital y la revolución y nos unían los pasteles de verduras.” (p. 130)
 
 “-En los Balcanes no hay ricos y pobres, señor comisario -toma la palabra Kolas-. Hay pobres y paupérrimos. Nosotros, los albaneses, éramos los paupérrimos y os teníamos envidia a vosotros, los griegos, que sólo erais pobres. En ocasiones, alguno de nuestros padres conseguía un pasaporte y un visado para ir a a visitar a su familia en Grecia. A la vuelta todo el pueblo se reunía en el café para oír lo bien que se lo pasaban los griegos y las maravillas que habían conseguido. Ahora ya sabemos que los griegos eran muy pobres entonces y que tenían que luchar muy duro para sobrevivir. Pero era cuando los paupérrimos envidiaban a los pobres.” (p. 278)
Richard Dawkins
EL ESPEJISMO DE DIOS (II)
Espasa Calpe, 2007, Pozuelo de Alarcón.


“La selección natural construye cerebros infantiles con una tendencia a creer cualquier cosa que les digan sus padres y los ancianos de la tribu. Esta confiada obediencia es muy valiosa para la supervivencia: lo análogo a dejarse guiar por la Luna de las mariposas nocturnas. Pero la cara opuesta de la obediencia confiada es la credulidad servil. El inevitable subproducto es la vulnerabilidad a la infección por virus mentales. Por excelentes razones relacionadas con la supervivencia darwinista, el cerebro de los niños necesita confiar en sus padres y en adultos en quienes sus padres les dicen que confíen. Una consecuencia automática es que quien confía no tiene manera de distinguir un buen consejo de uno malo. El niño no puede saber que «no chapotees en el Limpopo infestado de cocodrilos» es un buen consejo, pero «debes sacrificar una cabra en luna llena, porque de otra forma no lloverá» es, en el mejor de los casos, un desperdicio de tiempo y de cabras. Ambas admoniciones suenan igualmente merecedoras de confianza. Ambas provienen de una fuente respetada y son emitidas con una solemne seriedad que infunde respeto y demanda obediencia. Lo mismo vale para proposiciones sobre el mundo, sobre el Cosmos, sobre la moralidad y sobre la naturaleza humana. Y, muy probablemente, cuando los niños crecen y tienen sus propios hijos, naturalmente les traspasarán el lote completo —tanto las tonterías como el sentido común— utilizando la misma infecciosa gravedad de maneras.” (pp. 192-193)

“Los líderes religiosos son bien conscientes de la vulnerabilidad del cerebro infantil y de la importancia del adoctrinamiento en edades tempranas. La jactancia jesuítica «Dame al niño durante sus siete primeros años y te devolveré al hombre» no por trillada es menos adecuada (o siniestra).” (p. 194)

Javier Cercas
ANATOMÍA DE UN INSTANTE (I)
Madrid, 2009, Random House Mondadori.


“De forma que cuando en los meses previos al 23 de febrero la embajada norteamericana en Madrid y la estación de la CIA empiezan a recibir noticias de la inminencia de un golpe de bisturí o de timón en la democracia española, su reacción, más que favorable, es entusiasta, en particular la de su embajador Terence Todman, un diplomático ultraderechista que años atrás, como encargado de la política norteamericana en América Latina, apoyó a fondo las dictaduras latinoamericanas, que ahora consigue que los dos únicos políticos españoles acogidos por el presidente Reagan en la Casa Blanca antes del golpe sean dos significados políticos franquistas en barbecho -Gonzalo Fernández de la Mora y Federico Silva Muñoz- y que el día 13 de febrero se reúne en una finca próxima a Logroño con el general Armada. No conocemos el contenido de esa reunión, pero hay hechos que demuestran sin lugar a dudas que el gobierno norteamericano estuvo informado del golpe antes de que ocurriera: desde el día 20 de febrero las bases militares de Torrejón, Rota, Morón y Zaragoza se hallaban es estado de alerta y buques de la VI Flota fueron situados en las cercanías del litoral mediterráneo, y a lo largo de la tarde y la noche del día 23 un avión AWACS de inteligencia electrónica perteneciente al 86 Escuadrón de Comunicaciones desplegado en la base alemana de Ramstein sobrevoló la península con objeto de controlar el espacio radioeléctrico español. Estos detalles no se conocieron sino días o semanas o meses más tarde, pero en la misma noche del 23 de febrero, cuando el secretario de estado norteamericano, el general Alexander Haig, despachó una pregunta sobre lo que estaba sucediendo en España sin una palabra de condena del asalto al Congreso ni una palabra en favor de la democracia -el intento de golpe de estado no pasaba de ser para él «un asunto interno»-, nadie dejó de entender lo único que podía entenderse: que Estados Unidos aprobaba el golpe y que, si éste acababa triunfando, el gobierno norteamericano sería el primero en celebrarlo.” (pp. 75-76)

Richard Dawkins
EL ESPEJISMO DE DIOS (I)
Espasa Calpe, 2007, Pozuelo de Alarcón.


“Deberíamos hablar de «hijo de padres católicos», si queremos; pero si usted oye a alguien hablar de un «niño católico», párele y educadamente indíquele que los niños son demasiado pequeños para conocer cuál es su postura en esos temas, de la misma forma que son demasiado pequeños para conocer cuál es su postura en cuanto a la política o a la economía. [...] Puede que usted no lo diga muy a menudo. Yo lo diré siempre. Ese no es un niño musulmán, sino un hijo de padres musulmanes. Ese niño es demasiado pequeño para saber si es musulmán o no. No existe nada llamado niño musulmán. No existe nada llamado niño cristiano.” (p. 14)

“Pero otra hipótesis es que la religiosidad de América habría surgido, paradójicamente, del laicismo de su Constitución. Precisamente porque por ley Estados Unidos es una nación laica, la religión se habría convertido en un ente del libre mercado. Las iglesias rivales compiten por los fieles —no menos que por los donativos que ellos aportan— y la competencia funciona con todas las agresivas técnicas de venta del mercado. Lo que funciona para el mundo funciona para Dios, y el resultado es algo que se acerca a la manía religiosa actual existente entre las clases menos educadas.” (pp. 49-50) 

 
“Los místicos se regocijan en el misterio y quieren que siga siendo misterioso. Los científicos se regocijan en el misterio por una razón distinta: les da algo que hacer. De forma más general, […] uno de los verdaderamente nefastos efectos de la religión es que nos inculca como virtud el estar satisfechos con el desconocimiento.” (p. 138)

martes, 3 de enero de 2017


Stephen King
DANZA MACABRA (II)
Madrid, 2006, Valdemar.



“Es posible que no haya nada en el mundo tan difícil de comprender como el terror cuyo tiempo ya ha pasado, lo que podría explicar por qué los padres pueden regañar a sus hijos por tenerle miedo al coco, cuando de niños también ellos tuvieron que enfrentarse a esos mismos temores (y a esos mismos padres simpáticos pero poco comprensivos). También podría ser por eso que la pesadilla de una generación se convierte en la sociología de la siguiente, e incluso aquellos que caminaron por las llamas tienen problemas a la hora de recordar exactamente qué sentían al pisar aquellos carbones ardientes.
    Puedo recordar, por ejemplo, que en 1968, cuando yo tenía veintiún años, el tema del pelo largo era extremadamente desagradable y explosivo. Hoy en día parece tan difícil de creer como la idea de que la gente se matara por un motivo como el de si el sol giraba alrededor de la tierra o si era la tierra la que giraba alrededor del sol, pero también sucedía.
    Aquel feliz año de 1968, un obrero de la construcción me sacó a empujones de un bar llamado el Stardust en Brewster, Maine. El tipo tenía músculos encima de los músculos, y me dijo que podía volver a terminarme mi cerveza «cuando te hayas cortado el pelo, maricón de mierda». También estaban los gritos habituales que te lanzaban desde los coches (normalmente coches viejos con grandes aletas y enormes radiadores): ¿Eres un tío o una tía? ¿La mamas bien cariño? ¿Cuándo fue la última vez que te diste un baño?” (pp. 241-242)

“¿Es usted de los que se entregan a este desagradable e indigno engaño? ¡Sí,usted! ¡Estoy hablando con usted! ¡No mire hacia otro lado ni se ría por lo bajini! ¡Dé la cara! ¿Alguna vez estando en la librería ha mirado furtivamente a su alrededor y ha leído el final de una novela de Agatha Christie para saber quién era el asesino y por qué? ¿Alguna vez se ha adelantado hasta el desenlace de una novela de terror para ver si el protagonista sale de la oscuridad y hacia la luz? Si alguna vez lo ha hecho, sólo tengo tres palabras que me siento en el deber de trasmitirle: ¡DEBERÍA DARLE VERGÜENZA! Si y a es una bajeza doblar las esquinas de las páginas de un libro para marcar el punto, MIRAR LAS TRES ÚLTIMAS PÁGINAS PARA VER CÓMO VA A ACABAR TODO es peor aún. Si tiene usted esta costumbre, le insto a que la abandone… ¡abandónela de inmediato!” (pp. 427-428)

“Probablemente sea cierto que los pensamientos el escritor y los del lector nunca coinciden plenamente, que la imagen que ve el escritor y la que ve el lector nunca coinciden al cien por cien. Después de todo, no somos ángeles, sino algo menos elevado, y nuestro lenguaje tiende a trabarse enloquecidamente, un hecho que cualquier poeta o novelista atestiguará. No existe escritor creativo, me parece a mí, que no haya sufrido ese frustrante choque contra los muros que se levantan en los límites del lenguaje, que no haya maldecido la palabra que sencillamente no existe. Emociones como la pena y el amor romántico son particularmente difíciles de manejar, pero incluso operaciones tan sencillas como arrancar un coche de transmisión manual y conducirlo hasta el final de la calle pueden presentar problemas casi insalvables cuando uno intenta escribir el proceso en vez de sencillamente llevarlo a cabo. Y si no me cree, escriba tales instrucciones y páseselas a un amigo que no sea conductor… pero asegúrese antes de tener un buen seguro.” (p. 515)



Jesús Antonio Rojas
EL AÑO DEL MONO
Málaga, 1995, Diputación de Málaga.


“Ah el Jardín del Rencor,
qué pútridas sus flores...!” (p. 45)

“Cualquier pluscuamperfecto de subjuntivo
ama en su vida a variados complementos circunstanciales
que invariablemente le suelen abandonar
intentando conocer el resto de la conjugación.” (p. 57)


“PECES SIN PAN

                                                 A Javier Florén

En algún rincón de las vaguedades del sueño
existe un mar de mercurio donde divagan
telúricos peces de metal. Articulados o no, vivos
o fósiles, de carnes aceradas o esqueletos
rasposos, el proceloso líquido que los mantiene
no permite la existencia (o la comprensión de la
existencia) de ningún otro espacio ajeno al
suyo: son los peces inasequibles al hombre
común: son los que alimentan, precisamente,
las vigilias del Artista y del Místico, los peces
metálicos de la imaginación y el desarraigo, la
opuesta frontera al pan de la tierra.” (p. 162)
Stephen King
DANZA MACABRA (I)
Madrid, 2006, Valdemar.


 
“La película de horror es una invitación a dejarse llevar simbólicamente por una conducta desviada y antisocial, a cometer actos de violencia gratuita, a consentir nuestras pueriles fantasías de poder, a entregarnos a nuestros miedos más cobardes. Quizá, más que otra cosa, la novela o película de horror nos dice que está bien unirse a la masa, convertirse en un ser completamente tribal, destruir al forastero.” (p. 65)

“La monstruosidad nos fascina porque hace salir al republicano conservador vestido con el traje de tres piezas que todos llevamos dentro. Necesitamos y nos encanta el concepto de la monstruosidad porque es una reafirmación del orden que todos ansiamos como humanos... y permítame sugerir además que no es la aberración física o mental en sí misma la que nos horroriza, sino más bien la falta de orden que estas aberraciones parecen implicar.” (p. 75)

“Lo que parece olvidar el aspirante a escritor de ficción «seria» (que relegaría la trama y la historia al último puesto de una larga lista encabezada por la sintaxis y ese fluir natural del lenguaje que la mayoría de los profesores de escritura universitarios identifican equivocadamente con el estilo) es que las novelas son motores, igual que lo son los coches; un Rolls-Royce sin motor podría ser igualmente la maceta de begonias más lujosa del mundo, y una novela en la que no hay historia se convierte únicamente en una curiosidad, un pequeño ejercicio mental.” (p. 130)

“Los sueños sólo son películas mentales, las sobras y remanentes de nuestra vida en la vigilia entretenidas hasta formar pequeños edredones subconscientes por la ahorrativa mente humana, que siempre se resiste a tirar nada. Algunas de estas películas mentales son de las calificadas X, otras son comedias; algunas son películas de horror.” (p. 139)