Bill Hansson
CUESTIÓN DE OLFATO.
Historias asombrosas sobre el mundo de los olores (II)
Barcelona, 2022, Crítica.
“El macho del pez sapo se aferra con sus dientes a la hembra. Poco a poco, la pareja se funde hasta que incluso su piel y su torrente sanguíneo constituyen un solo sistema. Cuanto más tiempo espere el macho al desove, más estrecha será esa unión. Él acabará perdiendo sus ojos y todos sus órganos internos, e incluso sus órganos olfativos se atrofiarán. Lo único que se mantendrá intacto serán sus testículos: estos órganos aún resultan necesarios, dado que el macho solo tiene una función, a saber, producir células espermáticas para su hospedadora. Es como si fuera un banco de semen portátil. Se trata de un parásito sexual tenaz, pero a menudo no está solo: las promiscuas hembras de esta especie pueden llevar consigo hasta seis machos.” (p. 116)
“Imaginemos que tomamos un kilogramo de azúcar, que lo lanzamos al mar Báltico y que lo removemos bien, hasta que se haya distribuido de una manera uniforme por sus aguas. A continuación, probamos un sorbo de esas aguas. ¿Seríamos capaces de percibir un cambio en la concentración tan minúsculo como este? Una polilla podría hacerlo. De hecho, eso es exactamente lo que hace un macho cuando quiere encontrar a una hembra por el rastro de olor que ella emita para atraerlo entre sus alas abiertas.” (p. 151)