Félix J. Palma
EL GRAN TIMO DE LAS HADAS (I)
Barcelona, 2024, Destino.
“A estas horas, el generalmente concurrido pub está medio vacío, apenas hay una veintena de clientes desperdigados por el local, bebiendo sus pintas en silencio. El sol de la tarde entra por los ventanales inclinado, dibujando en la penumbra lanzas de luz, en las que no faltan las constelaciones de polvo girando en su interior. Más que congelado, allí dentro el mundo parece haber frenado su velocidad para mecerse dulcemente, como una barca a merced de la marea mansa. Sólo el tintineo del cristal que produce el tabernero presta sonidos a la soledad. Da la sensación de que aquel momento del tiempo no está facultado para acoger hechos relevantes.” (p. 94)