miércoles, 11 de diciembre de 2024

Walter Mosley
EL DEMONIO VESTIDO DE AZUL (I)
Barcelona, 2006, Anagrama.



“Cuando me alisté estaba orgulloso porque creía lo que decían en los diarios y los noticiarios. Creía que yo formaba parte de la esperanza del mundo. Pero después descubrí que el ejército era tan segregacionista como el Sur. Me entrenaron como soldado de infantería, como combatiente, y me pusieron frente a una máquina de escribir los tres primeros años de mi campaña. Había atravesado África e Italia en la unidad de estadísticas. Seguíamos a los hombres que luchaban, rastreando sus movimientos y contando sus cabezas.
   Yo estaba en una división de negros, aunque todos los oficiales eran blancos. Me habían entrenado para matar hombres, pero los blancos no se mostraban ansiosos por ver un arma en mis manos. No querían verme derramar sangre blanca. Decían que nosotros no teníamos ni la disciplina ni la mente necesarias para la guerra, pero en realidad les asustaba que pudiera llegar a gustarnos la clase de libertad que proporciona el vérselas con la muerte.” (p. 98)