Francisco López de Gómara (1511-1566)
HISTORIA DE LA CONQUISTA DE MÉXICO
Caracas, 2007, Biblioteca Ayacucho.
“Está aquel ancón en treinta y dos grados de altura, y aun algo más; es allí la mar bermeja, crece y mengua muy por concierto. Hay por aquella costa muchos volcanejos, y están los cerros pelados; es tierra pobre. Hallose rastro de carneros, digo cuernos grandes, pesados y muy retuertos. Andan muchas ballenas por este mar; pescan en él con anzuelos de espinas de árboles y de huesos de tortugas, que las hay muchas y muy grandes. Andan los hombres desnudos y trasquilados, como los otomíes de la Nueva-España; traen a los pechos unas conchas relucientes como de nácar. Los vasos de tener agua son buches de lobos marinos, aunque también los tienen de barro muy bueno.” (p. 379)
“No se han hallado letras hasta hoy en las Indias, que no es pequeña consideración; solamente hay en la Nueva-España unas ciertas figuras que sirven por letras, con las cuales notan y entienden toda cualquier cosa, y conservan la memoria y antigüedades. Semejan mucho a los jeroglíficos de Egipto, mas no encubren tanto el sentido, a lo que oigo; aunque ni debe ni puede ser menos. Estas figuras que usan los mexicanos por letras son grandes; y así, ocupan mucho; entállanlas en piedra y madera; píntanlas en paredes, en papel que hacen de algodón y hojas de metl. Los libros son grandes, cogidos como pieza de paño, y escritos por ambas haces; haylos también arrollados como pieza de jerga. No pronuncian b, g, r, s; y así, usan mucho de p, c, l, x; esto es la lengua mexicana y náhuatl, que es la mejor, más copiosa y más extendida que hay en la Nueva-España, y que usa por figuras. También se hablan y entienden algunos de México por silbos, especialmente ladrones y enamorados: cosa que no alcanzan los nuestros, y que es muy notable.” (p. 380)
“Es costumbre de esta tierra saludar al niño recién nacido, diciendo: «¡Oh criatura! ¡Ah chiquito! Venido eres al mundo a padecer; sufre, padece y calla». Pónenle luego un poco de cal viva en las rodillas, como quien dice: «Vivo eres, pero morir tienes, o por muchos trabajos has de ser tornado polvo como esta cal, que piedra era». Regocijan aquel día con bailes y cantares y colación.” (p. 406)
HISTORIA DE LA CONQUISTA DE MÉXICO
Caracas, 2007, Biblioteca Ayacucho.
“Está aquel ancón en treinta y dos grados de altura, y aun algo más; es allí la mar bermeja, crece y mengua muy por concierto. Hay por aquella costa muchos volcanejos, y están los cerros pelados; es tierra pobre. Hallose rastro de carneros, digo cuernos grandes, pesados y muy retuertos. Andan muchas ballenas por este mar; pescan en él con anzuelos de espinas de árboles y de huesos de tortugas, que las hay muchas y muy grandes. Andan los hombres desnudos y trasquilados, como los otomíes de la Nueva-España; traen a los pechos unas conchas relucientes como de nácar. Los vasos de tener agua son buches de lobos marinos, aunque también los tienen de barro muy bueno.” (p. 379)
“No se han hallado letras hasta hoy en las Indias, que no es pequeña consideración; solamente hay en la Nueva-España unas ciertas figuras que sirven por letras, con las cuales notan y entienden toda cualquier cosa, y conservan la memoria y antigüedades. Semejan mucho a los jeroglíficos de Egipto, mas no encubren tanto el sentido, a lo que oigo; aunque ni debe ni puede ser menos. Estas figuras que usan los mexicanos por letras son grandes; y así, ocupan mucho; entállanlas en piedra y madera; píntanlas en paredes, en papel que hacen de algodón y hojas de metl. Los libros son grandes, cogidos como pieza de paño, y escritos por ambas haces; haylos también arrollados como pieza de jerga. No pronuncian b, g, r, s; y así, usan mucho de p, c, l, x; esto es la lengua mexicana y náhuatl, que es la mejor, más copiosa y más extendida que hay en la Nueva-España, y que usa por figuras. También se hablan y entienden algunos de México por silbos, especialmente ladrones y enamorados: cosa que no alcanzan los nuestros, y que es muy notable.” (p. 380)
“Es costumbre de esta tierra saludar al niño recién nacido, diciendo: «¡Oh criatura! ¡Ah chiquito! Venido eres al mundo a padecer; sufre, padece y calla». Pónenle luego un poco de cal viva en las rodillas, como quien dice: «Vivo eres, pero morir tienes, o por muchos trabajos has de ser tornado polvo como esta cal, que piedra era». Regocijan aquel día con bailes y cantares y colación.” (p. 406)