STALIN EL GRANDE
Barcelona, 2012, Edhasa.
“Los
americanos nunca han perdonado a Stalin el robo de la bomba. A diferencia de
los estudiosos europeos, que no desvirtúan la verdad histórica por penosa que
les sea, la mayoría de los autores estadounidenses de biografías, memorias y
otras obras en que aparece el personaje no son capaces de enmascarar el odio
que sienten por él: se traduce entre líneas el rencor soterrado, la intensa
aversión a quien, contra todo pronóstico, rompió en cuatro años el monopolio
atómico de Estados Unidos y, con ellos, sus sueños de hegemonía mundial. Como
excepción, Henry Kissinger, en su libro Diplomacia,
declara abiertamente su admiración por Stalin.” (pp. 598-599)