sábado, 28 de junio de 2014

Benjamin Black
EL OTRO NOMBRE DE LAURA
Madrid, 2008, Alfaguara.


“Necesitaba una copa. Qué extraño el modo en que esa necesidad aumentaba y menguaba. Podían pasar varios días sin que pensara con una cierta seriedad en el alcohol; en otras ocasiones, se pasaba las horas tembloroso, horas sin fin, en tensión, con todos los nervios resecos, pidiendo a gritos que saciara su sed. Había otro yo en su interior, el que lo intimidaba de palabra, el que lo camelaba, el que le exigía saber con qué derecho le había impuesto esta cruel abstinencia, o bien le susurraba que había sido bueno, muy bueno, durante muchísimo tiempo, durante meses y meses y meses, y que casi con toda seguridad se había ganado a pulso una copa, una miserable copichuela de nada.” (pp. 100-101)