Edward Bernays
PROPAGANDA (I)
Barcelona, 2008, Melusina.
PROPAGANDA (I)
Barcelona, 2008, Melusina.
“Creo que internet, y la tecnología en general, están provocando de nuevo en la mayoría de nosotros esa angustia frente a lo que no es asumible, desbordando los mecanismos que nos habíamos construido para sentir que comprendíamos nuestra vida y nuestro entorno. Por eso se hace imposible simplificar. Esa es quizá la razón que explicaría el enorme éxito del cristianismo, y de las religiones monoteístas. Frente al desbarajuste caótico de lo que hoy conocemos como mitología grecorromana, y el intrincado de leyes de la religión judía, Jesús predicó un único Dios y un único precepto. Me imagino que algo así alivió a mucha gente.” (p. 11)
[La cita pertenece a Toni Segarra, prologuista de la obra de Bernays para esta edición.]
“La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país.
Quienes nos gobiernan, moldean nuestras mentes, definen nuestros gustos o nos sugieren nuestras ideas son en gran medida personas de las que nunca hemos oído hablar. Ello es el resultado lógico de cómo se organiza nuestra sociedad democrática. Grandes cantidades de seres humanos deben cooperar de esta suerte si es que quieren convivir en una sociedad funcional sin sobresaltos.” (p. 15)
“La propaganda es el mecanismo por el cual se diseminan las ideas a gran escala, en el sentido amplio de un proyecto organizado para extender una creencia o una doctrina en particular.” (pp. 28-29)
"El estudio sistemático de la psicología e masas reveló a sus estudiosos las posibilidades de un gobierno invisible de la sociedad mediante la manipulación de los motivos que impulsan las acciones del hombre en el seno de un grupo. Trotter y Le Bon, quienes se aproximaron a la materia desde una perspectiva científica, y Graham Wallas y Walter Lippmann, entre otros, quienes continuaron el trabajo de los primeros con investigaciones sobre la mentalidad del grupo, llegaron a la conclusión de que el grupo posee características mentales distintas de las del individuo, y se ve motivado por impulsos y emociones que no pueden explicarse basándonos en lo que conocemos de la psicología individual. De ahí que la pregunta no tardase en plantearse: si conocemos el mecanismo y los motivos que impulsan a la mente del grupo, ¿no sería posible controlar y sojuzgar a las masas con arreglo a nuestra voluntad sin que éstas se dieran cuenta?
La práctica reciente de la propaganda ha demostrado que ello es posible, al menos hasta un cierto punto y dentro de unos límites. La psicología de masas dista todavía de ser una ciencia exacta y los misterios de las motivaciones humanas no han sido desentrañados en absoluto. Pero nadie puede negar que teoría y práctica se han combinado con acierto, de modo que hoy es posible producir cambios en la opinión pública que responden a un plan preconcebido con sólo actuar sobre el mecanismo indicado, al igual que los conductores puede regular la velocidad de su automóvil manipulando el flujo de gasolina.” (pp. 61-62)
“Pues siendo gregario por naturaleza, el hombre se siente miembro de una grey aunque se encuentre solo en su habitación con las cortinas cerradas. Su mente conserva los patrones que la influencia del grupo le ha imprimido.” (p. 64)
La práctica reciente de la propaganda ha demostrado que ello es posible, al menos hasta un cierto punto y dentro de unos límites. La psicología de masas dista todavía de ser una ciencia exacta y los misterios de las motivaciones humanas no han sido desentrañados en absoluto. Pero nadie puede negar que teoría y práctica se han combinado con acierto, de modo que hoy es posible producir cambios en la opinión pública que responden a un plan preconcebido con sólo actuar sobre el mecanismo indicado, al igual que los conductores puede regular la velocidad de su automóvil manipulando el flujo de gasolina.” (pp. 61-62)
“Pues siendo gregario por naturaleza, el hombre se siente miembro de una grey aunque se encuentre solo en su habitación con las cortinas cerradas. Su mente conserva los patrones que la influencia del grupo le ha imprimido.” (p. 64)