En este espacio encontrarás información sobre todas mis publicaciones: NARRATIVA, EDUCACIÓN, HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA.
A FAVOR DEL PENSAMIENTO LIBRE
miércoles, 19 de agosto de 2015
Alan Sillitoe
SÁBADO POR LA NOCHE Y DOMINGO POR LA MAÑANA
Madrid, 2011, Impedimenta.
“Al minuto de poner un pie fuera de la verja de la fábrica ya no pensabas más en el trabajo, pero lo más gracioso es que tampoco pensabas en el trabajo cuando estabas de pie junto a tu máquina. Empiezas el día cortando y taladrando cilindros de acero con cuidado, pero tus acciones se van haciendo poco a poco más automáticas y te olvidas de todo lo relacionado con la máquina y con el trabajo diligente de tus brazos y manos y el hecho de que estás taladrando y cortando, labrando en bruto hasta límites de solo cinco milésimas de pulgada. Tras media hora dejabas de advertir el ruido de los carros que recorrían el pasillo de arriba abajo y el espantoso estruendo de las correas que giraban y golpeaban sin que ello afectara a la calidad de tu trabajo, y olvidabas tus viejos conflictos con el jefe y volvías a pensar en sucesos agradables que te habían ocurrido alguna vez, o cosas que deseabas que te ocurrieran en el futuro. Si tu máquina trabajaba bien –el motor suave, las válvulas apretadas, cada pieza en su lugar– y si imprimías a tus acciones un ritmo favorable, te ponías contento. Te pasabas el resto del día en las nubes, y por la tarde, cuando ya tenías que admitir que sentías los brazos y las piernas tan tensos como si los hubieran estirado en un potro de tortura hasta casi romperlos, salías de la fábrica al cálido mundo de los pubs y las chicas ruidosas de vida alegre que algún día te proporcionarían materia prima para seguir en las nubes cuando estuvieras junto al torno.
Eran maravillosas las cosas en que pensabas cuando trabajabas junto al torno, cosas que creías haber olvidado y que nunca volverían a aparecer, a menudo cosas que deseabas haber olvidado. El tiempo volaba cuando desgastabas el suelo empapado de grasa y trabajabas furiosamente sin darte cuenta: vivías en un mundo armonioso de imágenes que pasaban por tu mente como una linterna mágica, a menudo con colores tan realistas y memorables como disparatados. Un mundo donde la memoria y la imaginación fluían con libertad y hacían acrobacias con tu pasado y con lo que pudiera ser tu futuro, un frenesí que producía todo tipo de visiones placenteras.” (pp. 51-52)
SÁBADO POR LA NOCHE Y DOMINGO POR LA MAÑANA
Madrid, 2011, Impedimenta.
“Al minuto de poner un pie fuera de la verja de la fábrica ya no pensabas más en el trabajo, pero lo más gracioso es que tampoco pensabas en el trabajo cuando estabas de pie junto a tu máquina. Empiezas el día cortando y taladrando cilindros de acero con cuidado, pero tus acciones se van haciendo poco a poco más automáticas y te olvidas de todo lo relacionado con la máquina y con el trabajo diligente de tus brazos y manos y el hecho de que estás taladrando y cortando, labrando en bruto hasta límites de solo cinco milésimas de pulgada. Tras media hora dejabas de advertir el ruido de los carros que recorrían el pasillo de arriba abajo y el espantoso estruendo de las correas que giraban y golpeaban sin que ello afectara a la calidad de tu trabajo, y olvidabas tus viejos conflictos con el jefe y volvías a pensar en sucesos agradables que te habían ocurrido alguna vez, o cosas que deseabas que te ocurrieran en el futuro. Si tu máquina trabajaba bien –el motor suave, las válvulas apretadas, cada pieza en su lugar– y si imprimías a tus acciones un ritmo favorable, te ponías contento. Te pasabas el resto del día en las nubes, y por la tarde, cuando ya tenías que admitir que sentías los brazos y las piernas tan tensos como si los hubieran estirado en un potro de tortura hasta casi romperlos, salías de la fábrica al cálido mundo de los pubs y las chicas ruidosas de vida alegre que algún día te proporcionarían materia prima para seguir en las nubes cuando estuvieras junto al torno.
Eran maravillosas las cosas en que pensabas cuando trabajabas junto al torno, cosas que creías haber olvidado y que nunca volverían a aparecer, a menudo cosas que deseabas haber olvidado. El tiempo volaba cuando desgastabas el suelo empapado de grasa y trabajabas furiosamente sin darte cuenta: vivías en un mundo armonioso de imágenes que pasaban por tu mente como una linterna mágica, a menudo con colores tan realistas y memorables como disparatados. Un mundo donde la memoria y la imaginación fluían con libertad y hacían acrobacias con tu pasado y con lo que pudiera ser tu futuro, un frenesí que producía todo tipo de visiones placenteras.” (pp. 51-52)
Ian McEwan
OPERACIÓN DULCE
Barcelona, 2015, Anagrama.
“Cuando se consideraba que un agente encubierto ya no era útil, era posible que le abandonaran brutalmente. En vez de protegerle como le habían prometido, de facilitarle una nueva identidad y un nuevo domicilio para él y su familia, y de darle dinero, a veces convenía a los servicios de seguridad que lo matara el enemigo. O por lo menos aparentar que lo había matado.” (p. 359)
“En abril de aquel año, la costa de Andalucía arrojó a la orilla el cuerpo descompuesto de un oficial de marines de los Royal Marines. Atado a la muñeca con una cadena tenía un maletín que contenía documentos referentes a los planes de invasión del sur de Europa a través de Grecia y Cerdeña. Las autoridades locales se pusieron en contacto con el agregado británico, que al principio no pareció muy interesado por el cuerpo ni por su equipaje. Luego pareció que cambiaba de opinión y realizó frenéticos esfuerzos para que le entregaran ambos. Demasiado tarde. España era neutral en la guerra, pero en general más favorable a la causa nazi. La comunidad de los servicios de inteligencia alemanes se ocupaba del asunto y el maletín llegó hasta Berlín. El alto mando alemán examinó su contenido, se enteró de las intenciones de los aliados y modificó sus defensas en consonancia. Pero, como probablemente sabes por El hombre que nunca existió, el cuerpo y los documentos eran falsos, un plan ideado por la inteligencia británica. El oficial era en realidad un vagabundo galés, recogido de la morgue y, con meticulosa atención al detalle, investido de una identidad ficticia, junto con cartas de amor y entradas para un espectáculo londinense. La invasión aliada del sur de Europa se llevaría a cabo por la ruta más obvia, Sicilia, que estaba mal defendida. Al menos algunas divisiones de Hitler estuvieron custodiando los accesos erróneos." (pp. 389-390)
[La cita se refiere la “Operación Mincemeat” (“carne picada”), que se llevó a cabo en 1943.]
OPERACIÓN DULCE
Barcelona, 2015, Anagrama.
“Cuando se consideraba que un agente encubierto ya no era útil, era posible que le abandonaran brutalmente. En vez de protegerle como le habían prometido, de facilitarle una nueva identidad y un nuevo domicilio para él y su familia, y de darle dinero, a veces convenía a los servicios de seguridad que lo matara el enemigo. O por lo menos aparentar que lo había matado.” (p. 359)
“En abril de aquel año, la costa de Andalucía arrojó a la orilla el cuerpo descompuesto de un oficial de marines de los Royal Marines. Atado a la muñeca con una cadena tenía un maletín que contenía documentos referentes a los planes de invasión del sur de Europa a través de Grecia y Cerdeña. Las autoridades locales se pusieron en contacto con el agregado británico, que al principio no pareció muy interesado por el cuerpo ni por su equipaje. Luego pareció que cambiaba de opinión y realizó frenéticos esfuerzos para que le entregaran ambos. Demasiado tarde. España era neutral en la guerra, pero en general más favorable a la causa nazi. La comunidad de los servicios de inteligencia alemanes se ocupaba del asunto y el maletín llegó hasta Berlín. El alto mando alemán examinó su contenido, se enteró de las intenciones de los aliados y modificó sus defensas en consonancia. Pero, como probablemente sabes por El hombre que nunca existió, el cuerpo y los documentos eran falsos, un plan ideado por la inteligencia británica. El oficial era en realidad un vagabundo galés, recogido de la morgue y, con meticulosa atención al detalle, investido de una identidad ficticia, junto con cartas de amor y entradas para un espectáculo londinense. La invasión aliada del sur de Europa se llevaría a cabo por la ruta más obvia, Sicilia, que estaba mal defendida. Al menos algunas divisiones de Hitler estuvieron custodiando los accesos erróneos." (pp. 389-390)
[La cita se refiere la “Operación Mincemeat” (“carne picada”), que se llevó a cabo en 1943.]
John Gray
MISA NEGRA (III)
La religión apocalíptica y la muerte de la utopía
Barcelona, 2008, Paidós Ibérica.
“Como otras muchas ideas, la laicidad tiene una historia. En la Europa precristiana no existía la distinción entre lo secular y lo sagrado, como tampoco existe en otras culturas politeístas. El mundo en sí era sagrado y carecía de sentido confinar la religión a la esfera privada: no se concebía aún que la religión pudiese ser un conjunto de prácticas diferenciado del resto de la vida. Sólo empezó a reconocerse la idea de un terreno separado de lo sagrado cuando Agustín de Hipona distinguió entre la ciudad del hombre y la ciudad de Dios. En este sentido, pues, el pensamiento laico es un legado del cristianismo y no tiene significado alguno fuera de un contexto de monoteísmo. En el Asia oriental, el politeísmo ha mantenido una estrecha convivencia con filosofías místicas (de un modo muy similar a como ambos coexistieron también en la Europa precristiana) y nunca ha llegado a producirse el choque entre ciencia y religión que tanto ha polarizado las religiones occidentales. No es casualidad que el darwinismo no haya desatado una guerra cultural en China o en Japón.” (p. 254)
“Quienes exigen que la religión sea borrada de la política piensan que eso es algo que se puede conseguir simplemente excluyendo de las instituciones públicas todo rastro de las confesiones tradicionales. Pero los credos seculares están formados a partir de conceptos religiosos y, no por cohibir la religión, ésta va a dejar de controlar el pensamiento y la conducta. Como el deseo sexual reprimido, la fe siempre reaparece –transformada a veces en formas grotescas– para regir las vidas de quienes la niegan.” (p. 255)
“Pero la idea misma de que las decisiones sobre la guerra y la paz puedan ser reducidas a un cálculo de teoría de juegos es, en sí, una simbiosis de racionalismo y magia: en otras palabras, una superstición.” (p. 260)
“Las religiones no constituyen pretensiones de conocimiento, sino modos de aceptar aquello que es imposible saber.” (p. 277)
MISA NEGRA (III)
La religión apocalíptica y la muerte de la utopía
Barcelona, 2008, Paidós Ibérica.
“Como otras muchas ideas, la laicidad tiene una historia. En la Europa precristiana no existía la distinción entre lo secular y lo sagrado, como tampoco existe en otras culturas politeístas. El mundo en sí era sagrado y carecía de sentido confinar la religión a la esfera privada: no se concebía aún que la religión pudiese ser un conjunto de prácticas diferenciado del resto de la vida. Sólo empezó a reconocerse la idea de un terreno separado de lo sagrado cuando Agustín de Hipona distinguió entre la ciudad del hombre y la ciudad de Dios. En este sentido, pues, el pensamiento laico es un legado del cristianismo y no tiene significado alguno fuera de un contexto de monoteísmo. En el Asia oriental, el politeísmo ha mantenido una estrecha convivencia con filosofías místicas (de un modo muy similar a como ambos coexistieron también en la Europa precristiana) y nunca ha llegado a producirse el choque entre ciencia y religión que tanto ha polarizado las religiones occidentales. No es casualidad que el darwinismo no haya desatado una guerra cultural en China o en Japón.” (p. 254)
“Quienes exigen que la religión sea borrada de la política piensan que eso es algo que se puede conseguir simplemente excluyendo de las instituciones públicas todo rastro de las confesiones tradicionales. Pero los credos seculares están formados a partir de conceptos religiosos y, no por cohibir la religión, ésta va a dejar de controlar el pensamiento y la conducta. Como el deseo sexual reprimido, la fe siempre reaparece –transformada a veces en formas grotescas– para regir las vidas de quienes la niegan.” (p. 255)
“Pero la idea misma de que las decisiones sobre la guerra y la paz puedan ser reducidas a un cálculo de teoría de juegos es, en sí, una simbiosis de racionalismo y magia: en otras palabras, una superstición.” (p. 260)
“Las religiones no constituyen pretensiones de conocimiento, sino modos de aceptar aquello que es imposible saber.” (p. 277)
EVANGELIOS APÓCRIFOS
Versión: Aurelio de Santos Otero
Madrid, 2003, BAC.
“1. Vivía allí mismo otra mujer cuyo hijo era atormentado por Satanás. Su nombre era Judas. Cuantas veces la pobre criatura era embestida por el demonio, se ponía a morder a todos cuantos se le se acercaban. Y si no encontraba a nadie a su alcance, se mordía sus propias manos y miembros. Al llegar, pues, la fama de la Virgen María y de su hijo Jesús a la madre del desgraciado, se levantó ésta y llevó a Judas ante la presencia de Nuestra Señora.
2. Entre tanto, Santiago y José habían sacado al niño Jesús fuera de casa para jugar con otros niños. Y, estando todos sentados, se acercó Judas el endemoniado, y se puso a la derecha de Jesús. Entonces fue atacado por Satanás, como de costumbre, y quiso morder a aquél; pero no pudo. Sin embargo, le hizo daño en el costado derecho y Jesús se puso a llorar. Más de repente salió Satanás del endemoniado bajo la forma de un perro rabioso. Y este niño era Judas Iscariote, el que luego habría de entregarle a los judíos. Es de notar que el costado en que le lastimó Judas fue el mismo que traspasaron los judíos con una lanza.” (p. 323; "Evangelio árabe de la Infancia"; apartado XXXV: JUDAS ISCARIOTE)
Versión: Aurelio de Santos Otero
Madrid, 2003, BAC.
“1. Vivía allí mismo otra mujer cuyo hijo era atormentado por Satanás. Su nombre era Judas. Cuantas veces la pobre criatura era embestida por el demonio, se ponía a morder a todos cuantos se le se acercaban. Y si no encontraba a nadie a su alcance, se mordía sus propias manos y miembros. Al llegar, pues, la fama de la Virgen María y de su hijo Jesús a la madre del desgraciado, se levantó ésta y llevó a Judas ante la presencia de Nuestra Señora.
2. Entre tanto, Santiago y José habían sacado al niño Jesús fuera de casa para jugar con otros niños. Y, estando todos sentados, se acercó Judas el endemoniado, y se puso a la derecha de Jesús. Entonces fue atacado por Satanás, como de costumbre, y quiso morder a aquél; pero no pudo. Sin embargo, le hizo daño en el costado derecho y Jesús se puso a llorar. Más de repente salió Satanás del endemoniado bajo la forma de un perro rabioso. Y este niño era Judas Iscariote, el que luego habría de entregarle a los judíos. Es de notar que el costado en que le lastimó Judas fue el mismo que traspasaron los judíos con una lanza.” (p. 323; "Evangelio árabe de la Infancia"; apartado XXXV: JUDAS ISCARIOTE)
John Gray
MISA NEGRA (II)
La religión apocalíptica y la muerte de la utopía
Barcelona, 2008, Paidós Ibérica.
"Con su énfasis en el tema de la inmigración, la extrema derecha ha sido capaz de sacar provecho del descontento de las víctimas de la globalización en los países ricos: trabajadores poco cualificados y cuadros intermedios cuyo trabajo puede realizarse a un coste más bajo en las economías emergentes.” (p. 115)
“Desde que arribaron a aquellas costas los primeros colonos procedentes de Inglaterra hasta que el país obtuvo su independencia, las colonias se concibieron a sí mismas a través del prisma de la religión. La interpretación de su historia y la visión de su futuro estuvieron fuertemente condicionadas tanto por el pensamiento posmilenarista (que aguardaba con esperanza la llegada de un mundo transformado en parte por la acción humana) como por ciertas creencias de carácter más quiliasta que hacían vaticinar inminentes conflictos en forma de cataclismo. Cada una de esas corrientes atribuyó a Estados Unidos un papel singular en la historia. El resultado fue la americanización de un mito apocalíptico.” (p. 153)
“Los liberales contemporáneos consideran que los derechos son atributos humanos universales que pueden ser respetados en cualquier parte del mundo, pero en esto evidencian una ya típica desconsideración por la historia. Las actuales concepciones de los derechos humanos se desarrollaron paralelamente al Estado-nación moderno. Fue ese Estado-nación el que emancipó a los individuos de los lazos comunitarios de la época medieval y creó la libertad tal y como la hemos conocido en el mundo contemporáneo. Y eso se consiguió no sin considerables dosis de conflicto y fuertes costes. La violencia a gran escala fue un elemento integral de todo ese proceso. Si Estados Unidos no se convirtió en una nación moderna hasta después de la guerra civil, Francia no hizo lo mismo hasta después de las guerras napoleónicas y Alemania necesitó de dos guerras mundiales y una guerra fría para alcanzar esa misma situación. En África y en los Balcanes, la lucha por la independencia nacional ha ido de la mano de la limpieza étnica, mientras que el ensamblaje y la soldadura de la nación china que aún prosiguen en la actualidad pasan por la represión de las minorías musulmanas y por una política no muy alejada del genocidio en el Tíbet.” (pp. 226-227)
MISA NEGRA (II)
La religión apocalíptica y la muerte de la utopía
Barcelona, 2008, Paidós Ibérica.
"Con su énfasis en el tema de la inmigración, la extrema derecha ha sido capaz de sacar provecho del descontento de las víctimas de la globalización en los países ricos: trabajadores poco cualificados y cuadros intermedios cuyo trabajo puede realizarse a un coste más bajo en las economías emergentes.” (p. 115)
“Desde que arribaron a aquellas costas los primeros colonos procedentes de Inglaterra hasta que el país obtuvo su independencia, las colonias se concibieron a sí mismas a través del prisma de la religión. La interpretación de su historia y la visión de su futuro estuvieron fuertemente condicionadas tanto por el pensamiento posmilenarista (que aguardaba con esperanza la llegada de un mundo transformado en parte por la acción humana) como por ciertas creencias de carácter más quiliasta que hacían vaticinar inminentes conflictos en forma de cataclismo. Cada una de esas corrientes atribuyó a Estados Unidos un papel singular en la historia. El resultado fue la americanización de un mito apocalíptico.” (p. 153)
“Los liberales contemporáneos consideran que los derechos son atributos humanos universales que pueden ser respetados en cualquier parte del mundo, pero en esto evidencian una ya típica desconsideración por la historia. Las actuales concepciones de los derechos humanos se desarrollaron paralelamente al Estado-nación moderno. Fue ese Estado-nación el que emancipó a los individuos de los lazos comunitarios de la época medieval y creó la libertad tal y como la hemos conocido en el mundo contemporáneo. Y eso se consiguió no sin considerables dosis de conflicto y fuertes costes. La violencia a gran escala fue un elemento integral de todo ese proceso. Si Estados Unidos no se convirtió en una nación moderna hasta después de la guerra civil, Francia no hizo lo mismo hasta después de las guerras napoleónicas y Alemania necesitó de dos guerras mundiales y una guerra fría para alcanzar esa misma situación. En África y en los Balcanes, la lucha por la independencia nacional ha ido de la mano de la limpieza étnica, mientras que el ensamblaje y la soldadura de la nación china que aún prosiguen en la actualidad pasan por la represión de las minorías musulmanas y por una política no muy alejada del genocidio en el Tíbet.” (pp. 226-227)
John Gray
MISA NEGRA (I)
La religión apocalíptica y la muerte de la utopía
Barcelona, 2008, Paidós Ibérica.
“La creación de los campos de concentración obedecía a un modelo colonial europeo. España los utilizó para sofocar a los insurgentes en la Cuba colonial a finales del siglo XIX, como también lo hizo Gran Bretaña en Sudáfrica durante las guerras de los bóeres. Más o menos por las mismas fechas, fueron instalados también en el África del Sudoeste alemana, donde las autoridades teutonas cometieron un genocidio contra la tribu de los herero. (El primer comisionado imperial para el África del Sudoeste alemana fue el padre de Herman Goering. Y tampoco hay que olvidar que dos de los maestros de Joseph Mengele llevaron allí a cabo experimentos con personas de la propia población indígena.)” (p. 72)
“Aunque toda utopía afirma encarnar la mejor vida posible para el conjunto de la humanidad, en el fondo, nunca deja de ser otra cosa que un ideal entre los muchos existentes. Puede que una sociedad sin propiedad privada y sin dinero les resulte idílica a algunas personas, pero siempre habrá otras para las que ésa sea una perspectiva poco menos que infernal. A algunos puede parecerles obvio que el mundo mejoraría si el mundo estuviese regido por el altruismo, mientras que a otros esa posibilidad les resulta insufriblemente insípida. Todas las sociedades contienen ideales divergentes de vida. Cuando un régimen utópico choca contra esa realidad, el único resultado posible es la represión o la derrota. (…) el totalitarismo es una consecuencia inevitable cuando, a través del uso del poder estatal, se persigue sistemáticamente el sueño de una vida carente de conflictos.” (pp. 77-78)
“Si hay algo que define a «Occidente» es el empeño en buscar la salvación a través de la historia. Es esa teología [debería decir «teleología».] histórica (o creencia en que la historia tiene una finalidad o un objetivo inherente), más que las tradiciones de la democracia y la tolerancia, la que distingue a la civilización occidental de todas las demás.” (p. 103)
[La edición en castellano que cito confunde “teología” con “teleología”, tal y como puede apreciarse en el texto original en inglés: “If anything defines «the West» it is the pursuit on salvation on history. It is historical teleology –the believe that history…”]
MISA NEGRA (I)
La religión apocalíptica y la muerte de la utopía
Barcelona, 2008, Paidós Ibérica.
“La creación de los campos de concentración obedecía a un modelo colonial europeo. España los utilizó para sofocar a los insurgentes en la Cuba colonial a finales del siglo XIX, como también lo hizo Gran Bretaña en Sudáfrica durante las guerras de los bóeres. Más o menos por las mismas fechas, fueron instalados también en el África del Sudoeste alemana, donde las autoridades teutonas cometieron un genocidio contra la tribu de los herero. (El primer comisionado imperial para el África del Sudoeste alemana fue el padre de Herman Goering. Y tampoco hay que olvidar que dos de los maestros de Joseph Mengele llevaron allí a cabo experimentos con personas de la propia población indígena.)” (p. 72)
“Aunque toda utopía afirma encarnar la mejor vida posible para el conjunto de la humanidad, en el fondo, nunca deja de ser otra cosa que un ideal entre los muchos existentes. Puede que una sociedad sin propiedad privada y sin dinero les resulte idílica a algunas personas, pero siempre habrá otras para las que ésa sea una perspectiva poco menos que infernal. A algunos puede parecerles obvio que el mundo mejoraría si el mundo estuviese regido por el altruismo, mientras que a otros esa posibilidad les resulta insufriblemente insípida. Todas las sociedades contienen ideales divergentes de vida. Cuando un régimen utópico choca contra esa realidad, el único resultado posible es la represión o la derrota. (…) el totalitarismo es una consecuencia inevitable cuando, a través del uso del poder estatal, se persigue sistemáticamente el sueño de una vida carente de conflictos.” (pp. 77-78)
“Si hay algo que define a «Occidente» es el empeño en buscar la salvación a través de la historia. Es esa teología [debería decir «teleología».] histórica (o creencia en que la historia tiene una finalidad o un objetivo inherente), más que las tradiciones de la democracia y la tolerancia, la que distingue a la civilización occidental de todas las demás.” (p. 103)
[La edición en castellano que cito confunde “teología” con “teleología”, tal y como puede apreciarse en el texto original en inglés: “If anything defines «the West» it is the pursuit on salvation on history. It is historical teleology –the believe that history…”]
miércoles, 12 de agosto de 2015
Oliver Sacks
MIGRAÑA
Barcelona, 1997, Anagrama.
“Entre
los síntomas del aura de migraña más extraños e intensos, y a la vez más
difíciles de describir y analizar, están los sentimientos de familiaridad
súbita y certidumbre (déjà-vu) o su
contrario, sentimientos de extrañeza (jamais
vu). Todo el mundo experimenta estos estados de modo momentáneo y
ocasional; cuando se producen durante las auras de migraña, se caracterizan por
su intensidad abrumadora y su duración relativamente larga. Estos estados se
asocian a veces con un gran número de otros sentimientos: el pensamiento de que
le tiempo se ha detenido, o que está volviendo atrás de modo misterioso; el
sentimiento de estar soñando, o de ser momentáneamente transportado a otro
mundo; sentimientos de intensa nostalgia, en el déjà-vu, asociados a veces con un resurgimiento de recuerdos hace
tiempo olvidados; sentimientos de clarividencia en el déjà-vu; o la sensación
de que el mundo o uno mismo acaba de ser inventado de nuevo, en el jamais vu.
En todos los casos coincide el sentimiento de una conciencia doble.” (pp.
107-108)
"Sólo existe una regla cardinal: siempre hay
que escuchar al paciente; y, por la misma razón, el pecado cardinal es no
escuchar, no prestar atención a sus palabras. Antes de
cualquier planteamiento específico, debe haber un planteamiento general:
establecer una relación, una comunicación con el paciente, a fin de que médico
y paciente se entiendan mutuamente. Una relación, además, en la que el paciente
no sea totalmente pasivo y sumiso, que no crea y haga todo lo que se le dice y
se tome todo lo que le «recetan»;
una relación que es, esencialmente, de colaboración.” (p. 311)
“Nuestra concepción de la naturaleza ha cambiado en
los últimos veinte años: hemos llegado a identificar los procesos dinámicos no
lineales, los procesos caóticos y autoorganizativos, en una amplia variedad de
sistemas naturales, y a comprender que estos juegan un papel esencial en la
evolución del universo. Pero no necesitamos ir muy lejos para encontrar
ejemplos –ni reflexionar sobre la agregación de limo y hongos, o los
movimientos de Plutón–, pues tenemos un laboratorio natural, un microcosmos, en
nuestras cabezas. Es por esta razón, a fin de cuentas, por lo que la migraña
nos parece tan apasionante; pues nos muestra, a través de las manifestaciones
alucinatorias, no sólo una actividad elemental de la corteza cerebral, sino el
funcionamiento de todo un sistema autoorganizativo, un comportamiento
universal. Nos muestra no sólo los secretos de la organización neuronal, sino
el núcleo creativo de la Naturaleza misma.” (p. 362)
Cristóbal de Villalón
VIAJE DE TURQUÍA
www.cervantesvirtual.com
Edición digital basada en la 4ª ed. de Madrid, 1965, Espasa-Calpe.
(La autoría de Villalón no está aceptada por todos los investigadores.)
“MATA: ¿Aguardiente a comer? ¿A qué propósito?
PEDRO: Tan usado es en todas las comidas de conversación en Grecia y toda Turquía el beber dos o tres veces, las primeras, de aguardiente, que lo llaman «raqui», como acá vino blanco.
JUAN: ¿No los abrasa los hígados y boca?
PEDRO: No, porque lo tienen en costumbre, y tampoco es lo primero que es demasiado de fuerte, sino lo segundo que llaman.
JUAN: ¿Hácenlo a falta de vino blanco?
PEDRO: No por cierto, que no falta malvasía y moscatel de Candía; antes tienen más blanco que tinto; sino porque la mayor honra que en tales tiempos hay es el que primero se emborracha y se cae a la otra parte dormido. Y como medio en ayunas, con los primeros bocados, beben el «raqui», luego los comienza a derribar; y aun las mujeres turcas y griegas, cuando entre sí hacen fiestas, luego anda por alto el «raqui».
MATA: ¿Tan gente bebedora es la griega?
PEDRO: Como los alemanes y más. Salvo que en esto difieren: que los alemanes beberán pocas veces y un cangilón cada vez; mas los griegos, aunque beben mucho, comen muy poco y beben tras cada bocado con pequeñita taza. Podéis creer que de como el que escancia toma la copa en la mano, aunque no sean más de tres de mesa, hasta que se vayan, que no cesará la copa ni porná los pies en el suelo aunque dure la comida deciséis horas, como suele.
MATA: ¿Qué? ¿Deciséis horas una sola comida? Pues aunque tuviesen todos los manjares que hay en el mundo bastaban tres.
PEDRO: Por no tener manjares muchos son largas, que si los tuviesen presto se enhadarían. Con un platico de acitunas y un tarazón de pescado salado, crudo, entre diez, hay buena comida, y antes que se
acabe beberán cada seis veces; luego, si hay huevos con cada sendos asados, tardándolos en comer dos horas, beberán otras tantas veces.
MATA: Pues ¿en qué tardan tanto?
PEDRO: Como no va nadie tras ellos y son tan habladores, que con el huevo o la taza en la mano contará uno un cuento y escuchará cuatro.
MATA: ¿Parleros son al comer, como vizcaínos?
PEDRO: Con mucha más crianza, que ésos parlan siempre a troche moche y ninguno calla, sino todos hablan; mas los griegos, en hablando uno, todos callan, y le están escuchando con tanta atención que ternían por muy mala crianza comer entre tanto; y no os maravilléis de deciséis horas, porque si es algo de arte el convite, será manteniendo tela dos días con sus noches; agora sacan un palmo de longaniza; de aquí a un hora, ostrias, que es la cosa que más comen; tras éstas, un poco de hinojo cocido con garbanzos o espinacas; de allí a cuatro horas, un pedacillo de queso; luego, sendas sardinas; si es día de carne, un poco de cecina cruda, y desta manera alargan el convite cuanto quieren.” (cap.: El naufragio: En Lemnos)
“JUAN: Grande trabajo será andar a dar tantas cartas en una cibdad como Nápoles o Roma.
VIAJE DE TURQUÍA
www.cervantesvirtual.com
Edición digital basada en la 4ª ed. de Madrid, 1965, Espasa-Calpe.
(La autoría de Villalón no está aceptada por todos los investigadores.)
“MATA: ¿Aguardiente a comer? ¿A qué propósito?
PEDRO: Tan usado es en todas las comidas de conversación en Grecia y toda Turquía el beber dos o tres veces, las primeras, de aguardiente, que lo llaman «raqui», como acá vino blanco.
JUAN: ¿No los abrasa los hígados y boca?
PEDRO: No, porque lo tienen en costumbre, y tampoco es lo primero que es demasiado de fuerte, sino lo segundo que llaman.
JUAN: ¿Hácenlo a falta de vino blanco?
PEDRO: No por cierto, que no falta malvasía y moscatel de Candía; antes tienen más blanco que tinto; sino porque la mayor honra que en tales tiempos hay es el que primero se emborracha y se cae a la otra parte dormido. Y como medio en ayunas, con los primeros bocados, beben el «raqui», luego los comienza a derribar; y aun las mujeres turcas y griegas, cuando entre sí hacen fiestas, luego anda por alto el «raqui».
MATA: ¿Tan gente bebedora es la griega?
PEDRO: Como los alemanes y más. Salvo que en esto difieren: que los alemanes beberán pocas veces y un cangilón cada vez; mas los griegos, aunque beben mucho, comen muy poco y beben tras cada bocado con pequeñita taza. Podéis creer que de como el que escancia toma la copa en la mano, aunque no sean más de tres de mesa, hasta que se vayan, que no cesará la copa ni porná los pies en el suelo aunque dure la comida deciséis horas, como suele.
MATA: ¿Qué? ¿Deciséis horas una sola comida? Pues aunque tuviesen todos los manjares que hay en el mundo bastaban tres.
PEDRO: Por no tener manjares muchos son largas, que si los tuviesen presto se enhadarían. Con un platico de acitunas y un tarazón de pescado salado, crudo, entre diez, hay buena comida, y antes que se
acabe beberán cada seis veces; luego, si hay huevos con cada sendos asados, tardándolos en comer dos horas, beberán otras tantas veces.
MATA: Pues ¿en qué tardan tanto?
PEDRO: Como no va nadie tras ellos y son tan habladores, que con el huevo o la taza en la mano contará uno un cuento y escuchará cuatro.
MATA: ¿Parleros son al comer, como vizcaínos?
PEDRO: Con mucha más crianza, que ésos parlan siempre a troche moche y ninguno calla, sino todos hablan; mas los griegos, en hablando uno, todos callan, y le están escuchando con tanta atención que ternían por muy mala crianza comer entre tanto; y no os maravilléis de deciséis horas, porque si es algo de arte el convite, será manteniendo tela dos días con sus noches; agora sacan un palmo de longaniza; de aquí a un hora, ostrias, que es la cosa que más comen; tras éstas, un poco de hinojo cocido con garbanzos o espinacas; de allí a cuatro horas, un pedacillo de queso; luego, sendas sardinas; si es día de carne, un poco de cecina cruda, y desta manera alargan el convite cuanto quieren.” (cap.: El naufragio: En Lemnos)
“JUAN: Grande trabajo será andar a dar tantas cartas en una cibdad como Nápoles o Roma.
PEDRO: El mayor descanso del mundo, porque se hace con gran orden, y todas las cosas bien ordenadas son fáciles de hacer; en la posada tienen un escribano que toma todos los nombres de los sobreescritos para quien vienen las cartas, y pónelos por minuta, y en cada carta pone una suma de guarismo, por su orden, y pónelas todas en un cajón hecho aposta, como barajas de naipes, y el que quiere saber si tiene cartas mira en la minuta que está allí colgada y hallará: «Fulano, con tanto de porte, a tal número», y va al escribano y dícele: «Dadme una carta». Pregúntale: «¿A cuántas está?» Luego dice: «A tantas»; y en el mesmo puncto la halla.
MATA: En fin, acá todos somos bestias, y en todas las habilidades nos exceden todas las naciones extranjeras: ¡dadme, por amor de mí, en España, toda cuan grande es, una cosa tan bien ordenada! “ (cap.: El viaje por Italia)
“MATA.-¿Cómo se bañan? ¿Métense dentro algunas pilas?
MATA: En fin, acá todos somos bestias, y en todas las habilidades nos exceden todas las naciones extranjeras: ¡dadme, por amor de mí, en España, toda cuan grande es, una cosa tan bien ordenada! “ (cap.: El viaje por Italia)
“MATA.-¿Cómo se bañan? ¿Métense dentro algunas pilas?
PEDRO.-Danle a cada uno una toalla azul, que se pone por la cintura y llega a la rodilla; y metido dentro la estufa hallará dos o tres pilicas en cada una, en las cuales caen dos canillas de agua, una muy caliente y otra fría. Está en vuestra mano templar como quisiéredes, y allí están muchas tazas de estaño con las cuales cogéis el agua y os la echáis a cuestas, sin tener a qué entrar en pila. El suelo, como es todo de mármol, está tan limpio como una taza de plata, que no habría pila tan limpia. Los mismos que sirven el baño os lavarán muy a vuestro placer, y esto no solamente los turcos lo usan, sino judíos y cristianos, y cuantos hay en Levante. Yo mismo lo hacía cada quince días, y hallábame muy bien de salud y limpieza, que acá hay gran falta. Una de las cosas que más nos motejan los turcos, y con razón, es de sucios, que no hay hombre ni mujer en España que se lave dos veces de como nace hasta que muere.
JUAN.-Es cosa dañosa y a muchos se ha visto hacerles mal.
PEDRO.-Eso es por no tener costumbre; mas decidles que lo usen, y veréis que no les ofenderá.” (cap.: Descripción de Constantinopla)
“Comparaba muy bien Platón la vida del hombre al dado, que siempre tiene de estar deseando buena suerte, y con todo eso, se ha de contentar con la que cayere.” (cap.: Descripción de Constantinopla)
JUAN.-Es cosa dañosa y a muchos se ha visto hacerles mal.
PEDRO.-Eso es por no tener costumbre; mas decidles que lo usen, y veréis que no les ofenderá.” (cap.: Descripción de Constantinopla)
“Comparaba muy bien Platón la vida del hombre al dado, que siempre tiene de estar deseando buena suerte, y con todo eso, se ha de contentar con la que cayere.” (cap.: Descripción de Constantinopla)
sábado, 1 de agosto de 2015
Ángel Vázquez
LA VIDA PERRA DE JUANITA NARBONI
Madrid, 2000, Cátedra.
“Sabes muy bien que sería incapaz de escaparme sola…Si yo encontrara un hombre, uno de esos hombres que te cuidan cuando estás enferma, como Spencer Tracy, o te salvan cuando te vas a tirar por un puente y te estrujan a besos para luego darte un par de bofetadas como Clark Gable… ¡Mierda de cine, el daño que le ha hecho a una!” (p. 215)
"Sí hijito, sí. Muy guapa. Pero perdona que te lo diga, ya es hora de que te hable claro: UNA PUTA. ¡Que ya estoy harta! Y creo que entre los dos hay la suficiente confianza para que yo te pueda hablar de ese modo. Tú no sabes lo que yo he sufrido con ella, Dedé, tú no lo sabes. Eso no lo sabe nadie y estoy harta de tanto callar, que por una vez voy a explayarme. No me negarás que tú sabes que se escapó con un tío y nos dejó solos a papá y a mí. Porque eso lo sabe todo el mundo. Sí, claro, el tiempo lo cura todo, pero por lo visto lo mío no es una herida, es un estigma. ¡Deja que te cuente! Mientras vivió mamá, ya llevó una vida bastante agitada. Salía y entraba y hacía cuanto le daba la gana utilizándome de tapadera. Porque ya sabes tú con quién salía, con todas las pendonas, las mujeres modernas de entonces. Cabrita que tira al monte… ¿Para qué voy a darte ahora detalles de cosas que tú bien sabes? La verdad es que siempre me tuvo envidia, desde pequeñita. Y fui yo quien la salvó cuando aquello de la Avenida, aquello de los fuegos artificiales del 14 de julio, recién acabada la primera guerra. A pique de que un trozo de metralla me hubiera destrozado la cara, o me hubiera marcado para siempre como le ocurrió a mi madrina. ¡Ojalá! Hubiera preferido esa marca que no la vergüenza que he tenido que soportar durante muchos años al verme señalada siempre como «la hermana de la que se escapó»." (pp. 324-325)
LA VIDA PERRA DE JUANITA NARBONI
Madrid, 2000, Cátedra.
“Sabes muy bien que sería incapaz de escaparme sola…Si yo encontrara un hombre, uno de esos hombres que te cuidan cuando estás enferma, como Spencer Tracy, o te salvan cuando te vas a tirar por un puente y te estrujan a besos para luego darte un par de bofetadas como Clark Gable… ¡Mierda de cine, el daño que le ha hecho a una!” (p. 215)
"Sí hijito, sí. Muy guapa. Pero perdona que te lo diga, ya es hora de que te hable claro: UNA PUTA. ¡Que ya estoy harta! Y creo que entre los dos hay la suficiente confianza para que yo te pueda hablar de ese modo. Tú no sabes lo que yo he sufrido con ella, Dedé, tú no lo sabes. Eso no lo sabe nadie y estoy harta de tanto callar, que por una vez voy a explayarme. No me negarás que tú sabes que se escapó con un tío y nos dejó solos a papá y a mí. Porque eso lo sabe todo el mundo. Sí, claro, el tiempo lo cura todo, pero por lo visto lo mío no es una herida, es un estigma. ¡Deja que te cuente! Mientras vivió mamá, ya llevó una vida bastante agitada. Salía y entraba y hacía cuanto le daba la gana utilizándome de tapadera. Porque ya sabes tú con quién salía, con todas las pendonas, las mujeres modernas de entonces. Cabrita que tira al monte… ¿Para qué voy a darte ahora detalles de cosas que tú bien sabes? La verdad es que siempre me tuvo envidia, desde pequeñita. Y fui yo quien la salvó cuando aquello de la Avenida, aquello de los fuegos artificiales del 14 de julio, recién acabada la primera guerra. A pique de que un trozo de metralla me hubiera destrozado la cara, o me hubiera marcado para siempre como le ocurrió a mi madrina. ¡Ojalá! Hubiera preferido esa marca que no la vergüenza que he tenido que soportar durante muchos años al verme señalada siempre como «la hermana de la que se escapó»." (pp. 324-325)
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