Cristóbal de Villalón
VIAJE DE TURQUÍA
www.cervantesvirtual.com
Edición digital basada en la 4ª ed. de Madrid, 1965, Espasa-Calpe.
(La autoría de Villalón no está aceptada por todos los investigadores.)
“MATA: ¿Aguardiente a comer? ¿A qué propósito?
PEDRO: Tan usado es en todas las comidas de conversación en Grecia y toda Turquía el beber dos o tres veces, las primeras, de aguardiente, que lo llaman «raqui», como acá vino blanco.
JUAN: ¿No los abrasa los hígados y boca?
PEDRO: No, porque lo tienen en costumbre, y tampoco es lo primero que es demasiado de fuerte, sino lo segundo que llaman.
JUAN: ¿Hácenlo a falta de vino blanco?
PEDRO: No por cierto, que no falta malvasía y moscatel de Candía; antes tienen más blanco que tinto; sino porque la mayor honra que en tales tiempos hay es el que primero se emborracha y se cae a la otra parte dormido. Y como medio en ayunas, con los primeros bocados, beben el «raqui», luego los comienza a derribar; y aun las mujeres turcas y griegas, cuando entre sí hacen fiestas, luego anda por alto el «raqui».
MATA: ¿Tan gente bebedora es la griega?
PEDRO: Como los alemanes y más. Salvo que en esto difieren: que los alemanes beberán pocas veces y un cangilón cada vez; mas los griegos, aunque beben mucho, comen muy poco y beben tras cada bocado con pequeñita taza. Podéis creer que de como el que escancia toma la copa en la mano, aunque no sean más de tres de mesa, hasta que se vayan, que no cesará la copa ni porná los pies en el suelo aunque dure la comida deciséis horas, como suele.
MATA: ¿Qué? ¿Deciséis horas una sola comida? Pues aunque tuviesen todos los manjares que hay en el mundo bastaban tres.
PEDRO: Por no tener manjares muchos son largas, que si los tuviesen presto se enhadarían. Con un platico de acitunas y un tarazón de pescado salado, crudo, entre diez, hay buena comida, y antes que se
acabe beberán cada seis veces; luego, si hay huevos con cada sendos asados, tardándolos en comer dos horas, beberán otras tantas veces.
MATA: Pues ¿en qué tardan tanto?
PEDRO: Como no va nadie tras ellos y son tan habladores, que con el huevo o la taza en la mano contará uno un cuento y escuchará cuatro.
MATA: ¿Parleros son al comer, como vizcaínos?
PEDRO: Con mucha más crianza, que ésos parlan siempre a troche moche y ninguno calla, sino todos hablan; mas los griegos, en hablando uno, todos callan, y le están escuchando con tanta atención que ternían por muy mala crianza comer entre tanto; y no os maravilléis de deciséis horas, porque si es algo de arte el convite, será manteniendo tela dos días con sus noches; agora sacan un palmo de longaniza; de aquí a un hora, ostrias, que es la cosa que más comen; tras éstas, un poco de hinojo cocido con garbanzos o espinacas; de allí a cuatro horas, un pedacillo de queso; luego, sendas sardinas; si es día de carne, un poco de cecina cruda, y desta manera alargan el convite cuanto quieren.” (cap.: El naufragio: En Lemnos)
“JUAN: Grande trabajo será andar a dar tantas cartas en una cibdad como Nápoles o Roma.
VIAJE DE TURQUÍA
www.cervantesvirtual.com
Edición digital basada en la 4ª ed. de Madrid, 1965, Espasa-Calpe.
(La autoría de Villalón no está aceptada por todos los investigadores.)
“MATA: ¿Aguardiente a comer? ¿A qué propósito?
PEDRO: Tan usado es en todas las comidas de conversación en Grecia y toda Turquía el beber dos o tres veces, las primeras, de aguardiente, que lo llaman «raqui», como acá vino blanco.
JUAN: ¿No los abrasa los hígados y boca?
PEDRO: No, porque lo tienen en costumbre, y tampoco es lo primero que es demasiado de fuerte, sino lo segundo que llaman.
JUAN: ¿Hácenlo a falta de vino blanco?
PEDRO: No por cierto, que no falta malvasía y moscatel de Candía; antes tienen más blanco que tinto; sino porque la mayor honra que en tales tiempos hay es el que primero se emborracha y se cae a la otra parte dormido. Y como medio en ayunas, con los primeros bocados, beben el «raqui», luego los comienza a derribar; y aun las mujeres turcas y griegas, cuando entre sí hacen fiestas, luego anda por alto el «raqui».
MATA: ¿Tan gente bebedora es la griega?
PEDRO: Como los alemanes y más. Salvo que en esto difieren: que los alemanes beberán pocas veces y un cangilón cada vez; mas los griegos, aunque beben mucho, comen muy poco y beben tras cada bocado con pequeñita taza. Podéis creer que de como el que escancia toma la copa en la mano, aunque no sean más de tres de mesa, hasta que se vayan, que no cesará la copa ni porná los pies en el suelo aunque dure la comida deciséis horas, como suele.
MATA: ¿Qué? ¿Deciséis horas una sola comida? Pues aunque tuviesen todos los manjares que hay en el mundo bastaban tres.
PEDRO: Por no tener manjares muchos son largas, que si los tuviesen presto se enhadarían. Con un platico de acitunas y un tarazón de pescado salado, crudo, entre diez, hay buena comida, y antes que se
acabe beberán cada seis veces; luego, si hay huevos con cada sendos asados, tardándolos en comer dos horas, beberán otras tantas veces.
MATA: Pues ¿en qué tardan tanto?
PEDRO: Como no va nadie tras ellos y son tan habladores, que con el huevo o la taza en la mano contará uno un cuento y escuchará cuatro.
MATA: ¿Parleros son al comer, como vizcaínos?
PEDRO: Con mucha más crianza, que ésos parlan siempre a troche moche y ninguno calla, sino todos hablan; mas los griegos, en hablando uno, todos callan, y le están escuchando con tanta atención que ternían por muy mala crianza comer entre tanto; y no os maravilléis de deciséis horas, porque si es algo de arte el convite, será manteniendo tela dos días con sus noches; agora sacan un palmo de longaniza; de aquí a un hora, ostrias, que es la cosa que más comen; tras éstas, un poco de hinojo cocido con garbanzos o espinacas; de allí a cuatro horas, un pedacillo de queso; luego, sendas sardinas; si es día de carne, un poco de cecina cruda, y desta manera alargan el convite cuanto quieren.” (cap.: El naufragio: En Lemnos)
“JUAN: Grande trabajo será andar a dar tantas cartas en una cibdad como Nápoles o Roma.
PEDRO: El mayor descanso del mundo, porque se hace con gran orden, y todas las cosas bien ordenadas son fáciles de hacer; en la posada tienen un escribano que toma todos los nombres de los sobreescritos para quien vienen las cartas, y pónelos por minuta, y en cada carta pone una suma de guarismo, por su orden, y pónelas todas en un cajón hecho aposta, como barajas de naipes, y el que quiere saber si tiene cartas mira en la minuta que está allí colgada y hallará: «Fulano, con tanto de porte, a tal número», y va al escribano y dícele: «Dadme una carta». Pregúntale: «¿A cuántas está?» Luego dice: «A tantas»; y en el mesmo puncto la halla.
MATA: En fin, acá todos somos bestias, y en todas las habilidades nos exceden todas las naciones extranjeras: ¡dadme, por amor de mí, en España, toda cuan grande es, una cosa tan bien ordenada! “ (cap.: El viaje por Italia)
“MATA.-¿Cómo se bañan? ¿Métense dentro algunas pilas?
MATA: En fin, acá todos somos bestias, y en todas las habilidades nos exceden todas las naciones extranjeras: ¡dadme, por amor de mí, en España, toda cuan grande es, una cosa tan bien ordenada! “ (cap.: El viaje por Italia)
“MATA.-¿Cómo se bañan? ¿Métense dentro algunas pilas?
PEDRO.-Danle a cada uno una toalla azul, que se pone por la cintura y llega a la rodilla; y metido dentro la estufa hallará dos o tres pilicas en cada una, en las cuales caen dos canillas de agua, una muy caliente y otra fría. Está en vuestra mano templar como quisiéredes, y allí están muchas tazas de estaño con las cuales cogéis el agua y os la echáis a cuestas, sin tener a qué entrar en pila. El suelo, como es todo de mármol, está tan limpio como una taza de plata, que no habría pila tan limpia. Los mismos que sirven el baño os lavarán muy a vuestro placer, y esto no solamente los turcos lo usan, sino judíos y cristianos, y cuantos hay en Levante. Yo mismo lo hacía cada quince días, y hallábame muy bien de salud y limpieza, que acá hay gran falta. Una de las cosas que más nos motejan los turcos, y con razón, es de sucios, que no hay hombre ni mujer en España que se lave dos veces de como nace hasta que muere.
JUAN.-Es cosa dañosa y a muchos se ha visto hacerles mal.
PEDRO.-Eso es por no tener costumbre; mas decidles que lo usen, y veréis que no les ofenderá.” (cap.: Descripción de Constantinopla)
“Comparaba muy bien Platón la vida del hombre al dado, que siempre tiene de estar deseando buena suerte, y con todo eso, se ha de contentar con la que cayere.” (cap.: Descripción de Constantinopla)
JUAN.-Es cosa dañosa y a muchos se ha visto hacerles mal.
PEDRO.-Eso es por no tener costumbre; mas decidles que lo usen, y veréis que no les ofenderá.” (cap.: Descripción de Constantinopla)
“Comparaba muy bien Platón la vida del hombre al dado, que siempre tiene de estar deseando buena suerte, y con todo eso, se ha de contentar con la que cayere.” (cap.: Descripción de Constantinopla)