Richard Ford
EL PERIODISTA DEPORTIVO (I)
Barcelona, 2008, Anagrama.
“Siento que el mal acecha: la experiencia moderna del placer va unida a la certidumbre de que se va a terminar.” (p. 131)
“-¿Y qué demonios saben ellos? Mira, para mí, el fin nunca justifica los medios. Ese es el error de este país. Tendrías que escribir sobre eso. La degradación de las cualidades intrínsecas de la vida. Eso es un artículo.” (p. 137)
“Cuando vives plenamente tus emociones, cuando son lo bastante simples y atractivas como para disfrutarlas y se acorta la distancia entre lo que sientes y lo que también podrías sentir, entonces puedes confiar en tus instintos. Es la diferencia que hay entre un hombre que deja su trabajo para convertirse en guía de pesca del lago Big Trout, y que un día, mientras rema hacia el muelle al atardecer, deja de remar para contemplar la puesta de sol y se da cuenta de lo mucho que desea ser guía en ese lago; y otro hombre que ha tomado la decisión, deja de remar al mismo tiempo, siente la misma alegría, pero al mismo tiempo, piensa que podría hacerlo también en el lago Windigo, y que también podría ganarse la vida vendiendo canoas.” (p. 144)
[La cursiva pertenece al texto.]
EL PERIODISTA DEPORTIVO (I)
Barcelona, 2008, Anagrama.
“Siento que el mal acecha: la experiencia moderna del placer va unida a la certidumbre de que se va a terminar.” (p. 131)
“-¿Y qué demonios saben ellos? Mira, para mí, el fin nunca justifica los medios. Ese es el error de este país. Tendrías que escribir sobre eso. La degradación de las cualidades intrínsecas de la vida. Eso es un artículo.” (p. 137)
“Cuando vives plenamente tus emociones, cuando son lo bastante simples y atractivas como para disfrutarlas y se acorta la distancia entre lo que sientes y lo que también podrías sentir, entonces puedes confiar en tus instintos. Es la diferencia que hay entre un hombre que deja su trabajo para convertirse en guía de pesca del lago Big Trout, y que un día, mientras rema hacia el muelle al atardecer, deja de remar para contemplar la puesta de sol y se da cuenta de lo mucho que desea ser guía en ese lago; y otro hombre que ha tomado la decisión, deja de remar al mismo tiempo, siente la misma alegría, pero al mismo tiempo, piensa que podría hacerlo también en el lago Windigo, y que también podría ganarse la vida vendiendo canoas.” (p. 144)
[La cursiva pertenece al texto.]