Arthur Conan Doyle
EL MUNDO PERDIDO
Madrid, 1994, Anaya.
“Tengo una imaginación irlandesa, que me pinta lo desconocido y desacostumbrado con colores más terribles de los que realmente poseen. Por otro lado, crecí en medio del horror a la cobardía y aterrorizado ante la posibilidad de sufrir tal estigma. Me atrevo a decir que, como el huno de los libros de historia, sería capaz de arrojarme a un precipicio si se ponía en duda mi valor; pero serían entonces el orgullo y el miedo, más bien que el coraje, los inspiradores de mi acción.” (p. 67)
“Cerebro, carácter, alma... Sólo cuando se va conociendo más de la vida, uno comprende cuán distintos son.” (p. 86)