Luis Villoro
DE LA LIBERTAD A LA COMUNIDAD (II)
México, D. F., 2005, FCE.
www.lecturasinegoismo.com
“Eliminar la exclusión es la única manera de alcanzar la equidad. Y la equidad es la marca de la justicia. En ese punto el Estado no podría ser neutro. Corregir las inequidades derivadas de situaciones históricas anteriores, compensar las desigualdades que genera la competencia en el mercado, avanzar hacia la igualdad de oportunidades para todos: ésa sería la función primordial de un Estado que pretendiera pasar de la asociación a la comunidad. Para ello tendría que ser un Estado fuerte; pero su fuerza sólo derivaría de una democracia participativa donde nadie quedara excluido.” (p. 35)
“La justicia no establece uniformidad en las diferencias, sino igualdad de trato a las mismas. Muy a menudo se dice que una sociedad justa es una sociedad uniforme. No, eso es una sociedad homogénea; una sociedad justa admite todas las diferencias, es aquella que da el mismo trato a todas las diferencias, no aquella que uniformiza las diferencias.” (p. 60)
“Así pues, la educación para la ética es distinta de la inculcación de valores. Esto es lo que muy a menudo no se entiende en los programas de educación pública […], en los cuales se piensa que educar para la ética es inculcar a los niños un determinado decálogo de valores. Eso no es educación para la ética sino para la sumisión moral a la sociedad, para la aceptación de lo que dice la sociedad, lo cual puede favorecer la paz pública, pero la verdadera educación para la ética es procurar fomentar el razonamiento moral independiente y libre del educando para que él decida cuáles son los verdaderos valores frente a los otros; es decir, que aprenda a usar su autonomía.” (p. 110)