Melville J. Herskovits
EL HOMBRE Y SUS OBRAS
México D. F., 1969, Fondo de Cultura Económica.
“Ningún estudio de los motivos que impulsan a trabajar puede omitir las satisfacciones que siente un artesano cuando señala un objeto y dice, con orgullo, «Yo lo hice». Aquí radica uno de los más difíciles problemas de una sociedad industrializada, donde los medios de producción no están ya en manos del trabajador, y donde la especialización de la labor se ha llevado tan lejos que no es posible su identificación con el producto acabado. En estas circunstancias el trabajo se hace desagradable, y su liberación se considera como requisito necesario para un vivir apreciable. Mucho nos asombró que el concepto «vacación» sólo se da en nuestra sociedad; hasta que pensamos que, en otras culturas, el ritmo del trabajo está fijado por sanciones aceptadas por todos, los fines del mismo son la posesión del producto por quien lo trabaja, para disponer de él como desee; y él mismo puede identificarse con lo que ha producido con su habilidad y su fuerza. Tendemos a olvidar el hecho de que la vacación no significa tanto el abandono del esfuerzo como una oportunidad de gastar energía sin intervención extraña. Esto, y solamente esto, es lo que la hace deseable,” (p. 304)
EL HOMBRE Y SUS OBRAS
México D. F., 1969, Fondo de Cultura Económica.
“Ningún estudio de los motivos que impulsan a trabajar puede omitir las satisfacciones que siente un artesano cuando señala un objeto y dice, con orgullo, «Yo lo hice». Aquí radica uno de los más difíciles problemas de una sociedad industrializada, donde los medios de producción no están ya en manos del trabajador, y donde la especialización de la labor se ha llevado tan lejos que no es posible su identificación con el producto acabado. En estas circunstancias el trabajo se hace desagradable, y su liberación se considera como requisito necesario para un vivir apreciable. Mucho nos asombró que el concepto «vacación» sólo se da en nuestra sociedad; hasta que pensamos que, en otras culturas, el ritmo del trabajo está fijado por sanciones aceptadas por todos, los fines del mismo son la posesión del producto por quien lo trabaja, para disponer de él como desee; y él mismo puede identificarse con lo que ha producido con su habilidad y su fuerza. Tendemos a olvidar el hecho de que la vacación no significa tanto el abandono del esfuerzo como una oportunidad de gastar energía sin intervención extraña. Esto, y solamente esto, es lo que la hace deseable,” (p. 304)