lunes, 16 de septiembre de 2024

Stefan Zweig
NOVELA DE AJEDREZ
Barcelona, 2023, Ediciones Invisibles.



“No vi nunca, con la excepción del vigilante, que no podía decir ni una palabra ni responder ninguna pregunta, un rostro humano; no oí nunca una voz humana.
   De la noche a la mañana y de la mañana a la noche, ojos, orejas, ninguno de los sentidos recibía el menor alimento, estabas completamente solo contigo mismo, con tu cuerpo y los cuatro o cinco objetos mudos, la mesa, la cama, la ventana, el lavamanos; vivías como un escafandrista bajo la campana de cristal en medio del océano negro de ese silencio e incluso como un escafandrista que sospecha que la cuerda que lo une al mundo exterior se ha roto y nadie va a ir a buscarlo a las mudas profundidades. No había nada que hacer, nada que oír, nada que ver, por todas partes e ininterrumpidamente te rodeaba la nada, el completo vacío sin espacio y sin tiempo. Ibas de un lado para otro y los pensamientos iban contigo de un lado para otro, una y otra vez.
   Pero los pensamientos, por muy insustanciales que parezcan, necesitan un punto de apoyo, o empiezan a girar y a dar vueltas sin sentido sobre sí mismos; tampoco ellos soportan la nada. Esperas algo desde la mañana hasta la noche y no ocurre nada. Esperas y vuelves a esperar. No ocurre nada. Esperas, esperas y esperas, piensas, piensas, piensas hasta que te duelen las sienes. No ocurre nada. Estás solo. Solo. Solo.” (pp. 61-62)