viernes, 13 de enero de 2012

Kirk Douglas
EL HIJO DEL TRAPERO
Barcelona, 1988, Ediciones B.


"Es bastante duro ser judío, pero serlo en Amsterdam era muy duro. [Douglas se refiere a una localidad estadounidense del Estado de Nueva York] Allí había recordatorios constantes. Ningún judío trabajaba en las fábricas de alfombras. Ningún judío trabajaba en el periódico local. Ningún chico judío repartía el periódico. En todas las esquinas los chicos te pegaban. ¿Por qué? ¿Quién se lo enseñó? ¡Sus padres! Todos los días, despues de clase, tenía que andar unas doce manzanas hasta la escuela hebrea. Debía dar rodeos, porque en una esquina sí y en otra también había una pandilla esperando al judiezuelo. Estaba la pandilla de Lark Street, la de John Street, la de Keline Street. Me arrojaban cosas, por lo que siempre trataba de dar la vuelta. Nunca olvidaré la primera vez que un grupo de críos me atacó a puñetazos, gritando:
-¡Tú mataste a Jesucristo!
Corrí a casa sangrando por la nariz.
-Ma, ¿por qué hicieron eso? Dicen que maté a Jesucristo. ¡Si ni siquiera sé quién es!
Una forma de vida terrible. Me sentía resentido, pero debía aceptarlo porque así eran las cosas. Recuerdo que mi madre siempre me decía, con tono sereno:
-Como judío, siempre tendrás que ser el doble de bueno para salir adelante en la vida." (p. 39)


"Este es el aspecto patético de nuestra profesión: el rechazo. Es aplastante, desolador. Una herida que nunca se cierra. El dolor siempre está presente: los momentos en que crees que te darán el papel, tus llamadas constantes, las falsas promesas de que te lo adjudicarán. Pero no te lo dan. Es humillante. Desalenté a mis cuatro hijos en la elección de esta profesión. Obviamente, no me escucharon. Pero a mi juicio hay una sola forma de meterse en esto: que seas incapaz de hacer otra cosa, que no tengas más remedio que dedicarte a esta profesión. Lo mejor que puede hacer un actor es tratar de disuadir a otros de que lo sean. Hay que superar muchos obstáculos casi insalvables para alcanzar el éxito. (...) Pero si careces de ese impulso vigoroso, si no tienes una piel dura que te proteja de los rechazos... Y la mayoría de la gente no la tiene. El rechazo es algo con lo que debes convivir. No te abandona aunque seas una estrella. Entonces te rechazan a otro nivel. Hay un papel que quieres interpretar y se lo dan a otra estrella. Definición de actor: alguien que se complace en que lo rechacen." (pp. 111-112)