Émile Durkheim
EL SUICIDIO (V)
Buenos Aires, 2004, Losada.
“Sabemos, en efecto, que las deliberaciones humanas, tal y como las experimenta la conciencia reflexiva, a menudo no son más que puras formalidades y no tienen otro objeto que el de corroborar una resolución ya tomada por razones que la conciencia desconoce.” (pp. 403-404)
“La población de hoy no sabe por la de ayer cuál es el montante del impuesto que debe pagar al suicidio; y sin embargo va a pagar exactamente lo mismo mientras las circunstancias no cambien.” (p. 420)
“La religión es, en definitiva, el sistema de símbolos mediante el cual la sociedad toma conciencia de sí misma; es la manera de pensar propia del ser colectivo.” (pp. 425-426)
“Es evidente que en todos los niveles de la jerarquía social el bienestar medio ha aumentado, aunque tal vez este aumento no se haya producido siempre en las proporciones más equitativas. El malestar que experimentamos no proviene por tanto de que las causas objetivas del sufrimiento hayan aumentado en número o en intensidad; pone de manifiesto, no ya una miseria económica, sino una alarmante miseria moral." (p. 532)
EL SUICIDIO (V)
Buenos Aires, 2004, Losada.
“Sabemos, en efecto, que las deliberaciones humanas, tal y como las experimenta la conciencia reflexiva, a menudo no son más que puras formalidades y no tienen otro objeto que el de corroborar una resolución ya tomada por razones que la conciencia desconoce.” (pp. 403-404)
“La población de hoy no sabe por la de ayer cuál es el montante del impuesto que debe pagar al suicidio; y sin embargo va a pagar exactamente lo mismo mientras las circunstancias no cambien.” (p. 420)
“La religión es, en definitiva, el sistema de símbolos mediante el cual la sociedad toma conciencia de sí misma; es la manera de pensar propia del ser colectivo.” (pp. 425-426)
“Es evidente que en todos los niveles de la jerarquía social el bienestar medio ha aumentado, aunque tal vez este aumento no se haya producido siempre en las proporciones más equitativas. El malestar que experimentamos no proviene por tanto de que las causas objetivas del sufrimiento hayan aumentado en número o en intensidad; pone de manifiesto, no ya una miseria económica, sino una alarmante miseria moral." (p. 532)