Antonio Piñero
JESÚS DE NAZARET
El hombre de las cien caras (II)
Madrid, 2012, Edaf.
JESÚS DE NAZARET
El hombre de las cien caras (II)
Madrid, 2012, Edaf.
“Después de celebrar un consejo los príncipes de los sacerdotes y los escribas, Anás, Caifás, Semes, Dataés, Gamaliel, Judas, Leví, Neftalí, Alejandro, Jairo y los demás de entre los judíos, se dirigieron a Pilato acusando a Jesús de muchas maldades diciendo: «Sabemos que este es hijo de José el carpintero y que nació de María. […] Dice que es hijo de Dios y rey, también profana el sábado y pretende disolver la ley de nuestros padres». Pilato les dice: «¿Qué es lo que hace y lo que pretende disolver?».
Los judíos le contestan: «Tenemos una ley que prohíbe curar en sábado. Pues este ha curado en sábado con malas artes a cojos, jorobados, inválidos, ciegos, paralíticos, sordos y endemoniados». Pilato les pregunta: «¿Con qué malas artes?». Le responden: «Es un encantador y arroja los demonios por virtud de Beelzebul, jefe de los demonios, todos los cuales le están sometidos». Pilato les dice: «Esto no es expulsar los demonios por virtud de un espíritu impuro, sino por la del dios Esculapio».
(…)
Pero algunos judíos respondieron...: «¿Quieres este como rey y no al César?». Encolerizado, Pilato, dice a los judíos: «Vuestra raza es siempre pendenciera y oponéis a vuestros bienhechores». Dicen los judíos: «¿A qué bienhechores?». Replica Pilato: «Vuestro Dios os sacó de Egipto de una dura servidumbre, os salvó cuando ibais a través del mar como si fuerais por tierra seca, os alimentó en el desierto con maná, os proporcionó codornices, os dio de beber agua sacada de una roca y os dio una ley. A pesar de todo, irritasteis a vuestro Dios, os buscasteis un becerro fundido, exasperasteis a vuestro Dios, y él trató de exterminaros. Pero Moisés intercedió por vosotros, y no fuisteis castigados con la muerte. Y ahora me acusáis de que odio al emperador.»” (pp. 188-189; Actas de Pilato 9, 1-2)
Los judíos le contestan: «Tenemos una ley que prohíbe curar en sábado. Pues este ha curado en sábado con malas artes a cojos, jorobados, inválidos, ciegos, paralíticos, sordos y endemoniados». Pilato les pregunta: «¿Con qué malas artes?». Le responden: «Es un encantador y arroja los demonios por virtud de Beelzebul, jefe de los demonios, todos los cuales le están sometidos». Pilato les dice: «Esto no es expulsar los demonios por virtud de un espíritu impuro, sino por la del dios Esculapio».
(…)
Pero algunos judíos respondieron...: «¿Quieres este como rey y no al César?». Encolerizado, Pilato, dice a los judíos: «Vuestra raza es siempre pendenciera y oponéis a vuestros bienhechores». Dicen los judíos: «¿A qué bienhechores?». Replica Pilato: «Vuestro Dios os sacó de Egipto de una dura servidumbre, os salvó cuando ibais a través del mar como si fuerais por tierra seca, os alimentó en el desierto con maná, os proporcionó codornices, os dio de beber agua sacada de una roca y os dio una ley. A pesar de todo, irritasteis a vuestro Dios, os buscasteis un becerro fundido, exasperasteis a vuestro Dios, y él trató de exterminaros. Pero Moisés intercedió por vosotros, y no fuisteis castigados con la muerte. Y ahora me acusáis de que odio al emperador.»” (pp. 188-189; Actas de Pilato 9, 1-2)