miércoles, 11 de enero de 2023

Elena Ferrante
LA INVENCIÓN OCASIONAL
Barcelona, 2019, Lumen.



“Quiero a mi país, pero carezco de todo espíritu patriótico y orgullo nacional. Para colmo, la pizza no me sienta bien, como muy pocos espaguetis, no hablo en voz alta, no gesticulo, detesto todas las mafias, no exclamo: Mamma mia! Los caracteres nacionales me parecen simplificaciones que deben combatirse. Ser italiana para mí se agota en el hecho de que hablo y escribo en lengua italiana. Dicho así parece poco, sin embargo, es muchísimo. Una lengua es un compendio de historia, de geografía, de vida material y espiritual, de vicios y virtudes no solo de quien la habla, sino de quienes la han hablado a lo largo de los siglos. Las palabras, la gramática, la sintaxis son un cincel que esculpe el pensamiento.  Y no hablemos de la tradicion literaria, extraordinaria destiladora de la experiencia en bruto, activa desde hace siglos, acervo de inteligencia y tecnicas expresivas que me ha formado y del que estoy orgullosa de haberme alimentado.
(...)
De manera que soy italiana, de pies a cabeza y con orgullo. Pero si pudiera, me sumergiría en todas las lenguas y me dejaría atravesar por todas ellas.” (pp. 36-37)