Marino Pérez Álvarez
CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA EN PSICOLOGÍA Y PSIQUIATRÍA (II)
Madrid, 2021, Alianza Editorial.
CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA EN PSICOLOGÍA Y PSIQUIATRÍA (II)
Madrid, 2021, Alianza Editorial.
“La actitud científica tiene un aspecto psicológico y moral, pero no por ello estos aspectos son ajenos a la ciencia, ni tampoco meramente subjetivos. Dejando de lado el engaño y la pose cientificista, la actitud honesta que parte de hacer en conciencia lo más científico que uno sabe y puede no garantiza que la actitud científica sea realmente científica, porque también uno se puede estar engañando a sí mismo inconscientemente o con «mala fe» (en el sentido sartriano). Esto ocurre cuando el científico tira para delante sin más miramientos, se atiene críticamente a la literatura estándar, se expone únicamente a datos y puntos de vista confirmados, le parece que todo converge con lo suyo o se deja llevar como si hubiese un único camino posible, según una suerte de visión de túnel, sin plantear nada que realmente trastoque sus preconcepciones. Las únicas discusiones que se permite no son otras que los típicos tics de que el tema es complejo y hay que seguir investigando.” (p. 113)
“La mala ciencia en estos varios sentidos estaría practicada por charlatanes de todo tipo, periodistas científicos escasamente informados, divulgadores de la ciencia con afán de llegar y epatar al público y científicos en busca de atajos para publicar a toda costa. La mala ciencia se presta a la vulgar divulgación, a la cultura de suplementos dominicales, a ojeadas rápidas en la red, así como a intereses corporativos y profesionales, estados de opinión y trending topics.
(…)
Este mal uso de la ciencia (…) incluye el fenómeno conocido como «venta de enfermedades» (…), consistente en inventar y promover diagnósticos como estrategia para vender fármacos y en particular psicofármacos (…). Se han inventado y promovido diagnósticos psiquiátricos como el ya comentado estrés postraumático, la ansiedad social, el trastorno de pánico y el trastorno bipolar por señalar los que han hecho época, y se ha convertido la depresión en epidemia como estrategia de marketing farmacéutico. Todas estas invenciones y promociones se valen de la retórica de la ciencia y de la connivencia de numerosos científicos.” (pp. 172-173)
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Este mal uso de la ciencia (…) incluye el fenómeno conocido como «venta de enfermedades» (…), consistente en inventar y promover diagnósticos como estrategia para vender fármacos y en particular psicofármacos (…). Se han inventado y promovido diagnósticos psiquiátricos como el ya comentado estrés postraumático, la ansiedad social, el trastorno de pánico y el trastorno bipolar por señalar los que han hecho época, y se ha convertido la depresión en epidemia como estrategia de marketing farmacéutico. Todas estas invenciones y promociones se valen de la retórica de la ciencia y de la connivencia de numerosos científicos.” (pp. 172-173)