P. V. Glob
LA GENTE DE LA CIÉNAGA (II)
Barcelona, 2012, Marbot.
“La muerte ha sido siempre el destino seguro de los seres humanos, y adopta las formas más diversas. Entre las gentes de la Edad del Hierro, conservadas en las turberas durante dos milenios, hemos visto las huellas de la muerte en sus formas más horribles. Jóvenes y viejos, hombres y mujeres, encontraban la muerte por degüello o estrangulamiento, ahorcamiento o ahogamiento, quizá después de haber sufrido tortura, mutilación y desmembramiento. Pero al mismo tiempo, las ciénagas han conservado la identidad de esas personas hasta nuestros días, mientras que todos sus contemporáneos y parientes a lo largo de los 800 años que abarca la Edad del Hierro temprana han desaparecido por completo o, si acaso, se han conservado como esqueletos en sus tumbas.” (p. 163)