Ken Wilber (ed.)
CUESTIONES CUÁNTICAS: escritos místicos de los físicos más famosos
del mundo (IV)
Barcelona, 2007, Kairós.
“Creo, sin embargo, que a todo aquel para quien un racionalismo estrecho ha perdido todo atractivo, y para quien tampoco resulta suficientemente poderoso el encanto de una actitud mística, que considera sencillamente ilusoria la oprimente multiplicidad del mundo exterior, no le queda más remedio que exponerse a la intensa acción de los opuestos y sufrir los conflictos consiguientes. Precisamente obrando así, puede el sujeto encontrar más o menos conscientemente un camino interior de salvación. Lentamente surgen entonces imágenes, fantasías o Ideas internas que compensan la situación exterior y revelan como posible la aproximación entre los polos de la antítesis. Consciente del desarrollo de todos los intentos inmaduros que en pos de la unidad se han hecho a lo largo de la historia del pensamiento humano, no me atrevo a hacer predicciones sobre el futuro. Pero, contrariamente a una estricta división de la actividad del espíritu humano en compartimentos separados —división que prevalece desde el siglo pasado— considero que el anhelo de superación de los opuestos, extensivo al logro de una síntesis que abarque a un tiempo a la comprensión racional y a la experiencia mística de la unidad, constituye el mito, confesado o no, de nuestro tiempo y de la época actual.” (pp. 227-228)
[La cita pertenece a textos de Wolfgang Pauli ]
“Todos compartimos esa extraña decepción de poder comprender tan fácilmente la naturaleza general de un pedazo de materia, y que siga siendo insondable para nosotros la naturaleza del espíritu humano. Pero veamos cómo adquirimos esta supuesta familiaridad con el pedazo de materia. Algún influjo que emana de él juega de algún modo con algunas de mis terminaciones nerviosas, iniciando así una serie de cambios físico-químicos, que se propagan a lo largo de los nervios hasta alcanzar algunas de las células del cerebro; ahí sucede un misterio, que hace que surja en la mente una imagen o una sensación que no puede jactarse de parecerse en nada al estímulo que dio origen a la excitación. Todo cuanto conocemos del mundo material tiene que haber sido inferido de un modo u otro de esos estímulos transmitidos por los nervios al cerebro. Constituye una hazaña asombrosa de desciframiento el hecho de haber podido deducir un esquema ordenado de conocimientos naturales a partir de un proceso tan indirecto de comunicación.” (p. 256)
“Al comparar el grado de certidumbre que podemos tener de las cosas espirituales y de las cosas materiales, no olvidemos esto: la mente es el primer y más directo dato con que contamos en nuestra experiencia; todo lo demás son inferencias remotas.” (p. 257)
[Las citas pertenecen a textos de Arthur Stanley Eddington.]